Una consecuencia directa de las PASO fue el vacío de poder que afectó a la administración de Mauricio Macri, tras la contundente derrota a manos de la oposición, que no le dejó margen para financiar el déficit fiscal con nueva deuda e interrumpió de facto el acuerdo stand by con el Fondo Monetario.
Sobrevino hace un año el colapso de las valuaciones de acciones y bonos, acompañado por un salto de más de 30% en el tipo de cambio. Y ante la necesidad de estabilizar la economía para una transición política lo menos traumática posible, se reincidió en medidas que se creía perimidas, como el control de cambios y el reperfilamiento de los vencimientos.
Los giros del BCRA al Tesoro por 2 billones de pesos cubren un déficit fiscal que ya alcanza al 8% del PBI
Una de estas medidas que regresó para quedarse fue la del financiamiento del déficit fiscal a través de la emisión espuria, de la mano de dos instrumentos de contabilidad creativa: los Adelantos Transitorios y la Transferencia de Utilidades que efectúa el Banco Central al Tesoro.
Entre el 20 de agosto de 2019 y el 7 de agosto pasado el BCRA le giró al Tesoro unos 2 billones de pesos, cifra que expone el monumental déficit fiscal que hunde a la economía en un estancamiento de más de una década. En ese lapso de un año, las reservas internacionales del BCRA, que respaldan a los pesos, decrecieron de USD 59.400 millones a USD 43.100 millones.
El BCRA reconoció que la gestión de la política monetaria en la emergencia exigió una importante expansión de la liquidez
La asistencia del BCRA al Tesoro por Adelantos Transitorios y Transferencia de Utilidades en el último año alcanzó los $1.989.000 millones, un 8% del PBI (USD 362.000 millones al cierre del primer trimestre, según la Secretaría de Finanzas). Aunque este cúmulo de pesos fue en gran parte absorbido a través de instrumentos de deuda del BCRA, un potencial vuelco de liquidez en los próximos meses le pondrá nuevas presiones a la inflación y también al dólar en sus distintas cotizaciones, oficiales y alternativas.
Por Transferencia de Utilidades (ganancias contables por la devaluación del peso) se giraron $1.167.000 millones ($1,17 billón), mientras que por Adelantos Transitorios (una suerte de pagaré no negociable que entrega el Tesoro al Central) se enviaron $822.000 millones en el último año.
Estos dos billones de pesos equivalen a USD 28.947,3 millones, según el tipo de cambio oficial de la fecha de cada desembolso. Una tercera parte se giró en los siete meses transcurridos entre el 20 de agosto y el 20 de marzo, y dos terceras partes a partir de esta fecha, que dio inicio a las medidas de aislamiento y asistencia social por la propagación del coronavirus.
En su último Informe de Política Monetaria, el Banco Central detalló su visión sobre la necesidad de inyectar liquidez para solventar las medidas oficiales para atenuar el impacto económico del coronavirus.
“El BCRA fue clave en aportar el financiamiento del paquete de estímulo fiscal en la emergencia implementado por el Gobierno Nacional, en tanto que la persistencia de importantes dificultades de acceso a los mercados financieros, en el contexto de la reestructuración de la deuda externa y con un mercado de deuda en pesos en proceso de reconstrucción, y la disponibilidad limitada de nuevas fuentes multilaterales de crédito mantuvieron restringidas las alternativas de financiamiento del Tesoro”, indicó el informe oficial.
La crisis económica originada por la pandemia requirió de medidas extraordinarias de apoyo a familias y empresas
“Las principales medidas fiscales, que concentraron 70% del gasto primario en el segundo trimestre, fueron los pagos del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), la extensión de la Tarjeta Alimentaria, el programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP), la ampliación del subsidio de desempleo, el congelamiento de tarifas de servicios públicos, el pago de adicionales a trabajadores esenciales, el gasto en insumos de salud y bienes de capital hospitalarios, y las transferencias a provincias”, detalló el Central.
La autoridad monetaria admitió que el déficit fiscal del año 2020 aumentará significativamente respecto de lo observado en 2019: “De acuerdo con los últimos datos publicados por el Ministerio de Economía, el déficit primario acumulado en los últimos 12 meses a junio representó aproximadamente 4,2% del PIB, tras el 0,4% del Producto registrado en 2019. Una gran parte del déficit primario es explicado por efecto de la pandemia de COVID-19 sobre la actividad económica: se estima que 2,7 puntos porcentuales del PIB son gastos adicionales relacionados a medidas de contención social, económica y sanitaria”.
En medio de un ciclo recesivo de dos años, el Gobierno tuvo que enfrentar una situación de emergencia económica y social agudizada por una inédita pandemia, sin acceso al mercado de deuda y en un contexto de fuerte caída de la recaudación en términos reales, con recursos que crecen a una tasa inferior a la de la inflación.
El Informe Monetario precisó que en 2020 “asistió excepcionalmente al Tesoro Nacional, facilitando el financiamiento necesario de las medidas fiscales de apoyo a las empresas y hogares”, a través de transferencias al Tesoro por $1,04 billón asociados a las utilidades correspondientes al ejercicio 2019, más $472.000 millones de adelantos transitorios netos y USD 3.244 millones de reservas internacionales de libre disponibilidad a cambio de Letras Intransferibles. Asimismo, hasta fines de julio suscribió nuevas Letras Intransferibles en moneda extranjera por USD 106 millones.
El BCRA reconoce que será necesario un ajuste fiscal
El Banco Central indicó que “en lo que resta del año, la política fiscal pondrá un mayor foco en la promoción de la reactivación del aparato productivo y en la atención de situaciones críticas derivadas de la emergencia económica y social”.
Y reconoció que habrá que ajustar las cuentas públicas una vez que empiece a normalizarse la actividad económica, superado el confinamiento por el COVID-19: “El déficit fiscal primario del año 2020 exhibirá un extraordinario aumento como consecuencia de la pandemia. Para el año próximo, una vez superada la emergencia sanitaria, se proyecta una fuerte reducción del déficit fiscal primario, ya sin las masivas asistencias extraordinarias a las familias y empresas que caracterizaron lo ocurrido desde abril de 2020”.
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