El Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) exhibió una contracción de 12,3% interanual en junio, afectado principalmente por la caída de los rubros de la construcción, la industria y el comercio debido a la extensión de la cuarentena.
En los primeros seis meses del año el EMAE acumuló una caída de 12,9% con relación al mismo período de 2019. En la medición de la serie desestacionalizada, el EMAE de junio mostró un incremento de 7,4% con relación al mes anterior y recuperó parte de la retracción acumulada en el período marzo-abril.
“La mejora obedeció fundamentalmente a una mayor flexibilización de las restricciones a la circulación, principalmente en la industria y el comercio, sobre todo en las provincias menos afectadas por la COVID-19″, afirmó el informe del INDEC.
Con excepción de Intermediación financiera (4,8%) y Electricidad, gas y agua (3,6%), que en conjunto incidieron positivamente en 0,2 p.p., el resto de los sectores registró caídas en junio con respecto al mismo mes de 2019. Los sectores Otras actividades de servicios comunitarios, sociales y personales (-63,2%) y Hoteles y restaurantes (-62,7%) fueron los de mayor caída interanual en junio.
Gabriel Caamaño de Ecoledesma explicó que “el segundo trimestre de 2020 quedó 19,6% por debajo del mismo período de 2019 (esperábamos -20,5%) y -16,6% por debajo del primer trimestre de 2020”.
“En junio, la actividad continuó en rojo, a pesar de un crecimiento desestacionalizado (respecto al mes previo)”, afirmó Matías Rajnerman, analista de la consultora Ecolatina.
La actividad económica argentina, que atraviesa por una prolongada recesión y alta inflación, sigue condicionada desde fines de marzo por las medidas de aislamiento obligatorio, con el fin de reducir la propagación de la pandemia de coronavirus.
“El principal factor explicativo es la cuarentena. Mientras que las restricciones se relajaron entre junio y mayo, y por eso el número positivo (intermensual), obviamente se endurecieron entre junio 2019 y junio 2020 y de ahí el desplome interanual”, añadió Rajnerman.
“Entre los sectores, los que exhiben la mayor incidencia en la caída general siguen siendo la construcción, el comercio y la industria, aunque vale aclarar que en todos los casos las variaciones negativas fueron menores a las observadas durante abril y mayo”, indicó un informe de la consultora Orlando Ferreres & Asociados.
La caída de la actividad se desaceleró en junio, pero quedó en un escalón inferior al previo a la llegada de la pandemia
Un informe de la Unión Industrial Argentina (UIA) refirió que en junio, la actividad industrial se contrajo -10,7% interanual y registró un rebote de 17,7% mensual en la medición desestacionalizada. Con estos datos, en el primer semestre de 2020 se acumuló una baja de -13,8% respecto a igual período del año anterior.
El EMAE, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), registró en abril y mayo pasados una importante contracción del 26,3% y 20,6%, respectivamente.
Qué esperar para los próximos meses
Los analistas coinciden en que las medidas de aislamiento impactaron de manera heterogénea en las distintas ramas de actividad. Si bien la mayoría de los sectores continúa en rojo, la profundidad de la caída varió inter e intra sectorialmente. Asimismo, aunque en los últimos meses se observa una recuperación de la actividad, el nivel se ubica claramente por debajo del registrado antes de la pandemia.
“El orden de magnitud de las dificultades económicas es muy profundo y solo comparable al de la caída de 2001-2002. La crisis sanitaria y el confinamiento, al principio lógico y necesario, acentuaron naturalmente la recesión de la actividad y el frenazo de la inversión. Posteriormente, la extensión sucesiva del confinamiento obligatorio profundizó la caída histórica de la economía generando, en consecuencia, la necesidad de un espacio fiscal y financiero mucho mayor para gestionar ese contexto. La economía argentina no contaba ni cuenta aún con esas condiciones”, consideró Eduardo Fracchia, director del IAE Business School de la Universidad Austral.
Los analistas económicos esperan una apertura plena de la economía hacia fin de año, aunque la caída anual del PBI superará el 10%
El mejor desempeño de algunos sectores en los últimos dos meses ha llevado mejorar las expectativas de actividad para el tercer trimestre; según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central se prevé una recuperación trimestral del 8%, un poco por encima de las expectativas del mes previo. Sin embargo, se ajustaron a la baja, a un nivel de 6% trimestral, las perspectivas de rebote de la actividad para el cuarto trimestre, con lo cual el año cerraría con una contracción del PBI de 12,5%. La pérdida de impulso de la recuperación se explicaría principalmente por las fuertes restricciones a la movilidad en la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano bonaerense, fuertemente afectada por la pandemia.
“Si bien se descuenta un rebote de la actividad en 2021 (de entre 5% y 6%) que continuaría a menor ritmo en 2022, la huella de la pandemia seguirá presente por un largo tiempo y con un fuerte impacto socioeconómico. Ya en mayo se visualizaba una caída récord de 2,7% del empleo registrado respecto a febrero y de 3,4% respecto al mismo mes de 2019, con un efecto más profundo en los trabajadores independientes. Esto junto con la fuerte caída en salarios reales tendrá un marcado impacto en desempleo y en pobreza, que va a llevar tiempo superar”, describió un informe de la Bolsa de Comercio de Córdoba.
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