Luego de los moderados registros inflacionarios registrados durante los primeros meses del año, el Banco Central reconoció que espera una mayor inflación para la segunda mitad del año. Así quedó plasmado en el Informe de Política Monetaria (IPOM) que elaboró la entidad monetaria, en el que destacó que “se prevé un proceso de reacomodamiento gradual de los precios relativos” para dicho período.
Según el IPOM, que el BCRA publica con frecuencia semestral, a medida que las restricciones a las distintas actividades y a la movilidad de las personas vayan cediendo y la demanda gane impulso, los precios de los servicios privados cobrarían mayor dinamismo, tras haber quedado visiblemente rezagados frente a la evolución reciente de los precios de los bienes.
En ese sentido, consideró que el reinicio de las negociaciones salariales y la búsqueda de recomposición de los márgenes de comercialización minorista en algunos sectores, “podrían ejercer presión sobre el proceso de formación de precios”.
Cabe recordar que a fines de julio, los analistas y operadores que participan del Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) proyectaron que la inflación minorista para diciembre de 2020 se ubicará en 39,5% interanual, disminuyendo en 1,2 puntos porcentuales los pronósticos provistos a fines de junio.
En tanto, la previsión de inflación para los próximos 12 meses se redujo, ubicándose en 51,9 por ciento interanual (-0,6 p.p. respecto de la encuesta pasada). Lo mismo sucedió con la inflación interanual proyectada para los próximos 24 meses —la variación esperada entre agosto de 2021 y julio de 2022— que disminuyó hasta 38,4%.
El reinicio de las negociaciones salariales y la búsqueda de recomposición de los márgenes de comercialización minorista en algunos sectores, “podrían ejercer presión sobre el proceso de formación de precios
No obstante, el Banco Central destacó que el Gobierno seguirá implementando “políticas activas que permitan administrar los cambios en los precios relativos de una manera ordenada”.
En el IPOM, la autoridad monetaria destacó que la decisión de prorrogar hasta fin de año la suspensión de los cuadros tarifarios de electricidad y gas natural bajo jurisdicción nacional –a través del Decreto de Necesidad y Urgencia 543/2020) y en otros servicios, como los de televisión prepagos y de telefonía “ayudará a mantener acotada la suba de los ítems regulados, contribuyendo a la recuperación de los ingresos reales de los hogares”.
Asimismo, indicó que la extensión del programa de Precios Máximos sobre un conjunto de productos esenciales y la actualización del programa de Precios Cuidados “seguirán operando para reducir la dispersión de precios, coordinar expectativas y proteger el poder de compra de las familias”.
La política monetaria se conducirá calibrando la liquidez del mercado para que el proceso de reacomodamiento gradual de los precios relativos asociado a la recuperación de la economía ocurra en un entorno de inflación acotada
En otro orden, sostuvo que la política monetaria “excepcionalmente expansiva” y orientada a asistir a las familias y a las empresas en medio de la pandemia de coronavirus no se traducirá en una aceleración de la inflación anual.
“La política monetaria se conducirá calibrando la liquidez del mercado para que el proceso de reacomodamiento gradual de los precios relativos asociado a la recuperación de la economía ocurra en un entorno de inflación acotada”, aseguró el Banco Central.
El Central advirtió que confía en la posibilidad de contener esa enorme expansión a través de las vías de absorción monetaria ya conocidas. “El Banco Central actuará con todas sus herramientas ante eventuales excesos de liquidez que pudieran emerger en los próximos meses. En este sentido, hasta el momento el BCRA utilizó mayormente Leliq y Pases, con una remuneración promedio en torno a 33%, lo que implicó un esfuerzo nominal en los primeros 7 meses del año similar a igual periodo de 2019 y significativamente menor en términos reales”.
En, tanto, informó que durante el segundo trimestre de 2020 comenzaron a vislumbrarse los primeros signos de recuperación tras la flexibilización progresiva del aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO). Y detalló que ese primer impulso provino fundamentalmente de la demanda del mercado interno, sostenida por un esfuerzo coordinado de las políticas fiscal y monetaria.
En cuando al tipo de cambio y el régimen cambiario vigente, el informe aseguró: “La acotada volatilidad cambiaria y el uso prudente de las reservas internacionales también han sido ejes de política monetaria del BCRA. Las regulaciones del mercado de cambios vigentes y el esquema de flotación administrada permitieron acotar la volatilidad cambiaria, y evitar así sus efectos negativos sobre los precios internos, la actividad y la estabilidad financiera”.
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