Los analistas financieros anticipan que una vez concretado el canje de la deuda, tanto con ley extranjera como local, seguirán latentes los factores que presionan al alza del dólar en sus variantes libres, como el blue y las paridades bursátiles.
“Si bien la negociación exitosa era una condición necesaria para despejar la incertidumbre, todavía quedan diversos ovillos por desenredar en materia económica y financiera. A nuestro criterio, estas cuestiones sin resolver están pesando sobre la dinámica cambiaria e impiden lograr la estabilidad”, indicó un informe de GMA Capital.
El informe identificó siete factores que van a seguir impulsando a las cotizaciones por fuera del cepo.
1) Emisión monetaria para financiar el déficit. “El congelamiento de la actividad afecta al frente fiscal mediante dos vías: el aumento en el gasto público para paliar la crisis y la caída en la recaudación. Sin acceso a los mercados ni ahorro previo, esa diferencia de recursos solamente puede ser cubierta por el financiamiento del Banco Central”, apuntó el estudio.
La asistencia del BCRA al Tesoro por Adelantos Transitorios y Transferencia de Utilidades en el último año alcanzó los $1.989.000 millones (casi $2 billones), un 8% del PBI. Aunque este cúmulo de pesos fue en gran parte absorbido a través de instrumentos de deuda del BCRA, un potencial vuelco de liquidez en los próximos meses empujará a un nuevo salto cambiario.
En este aspecto, las valuaciones del dólar blue y del contado con liqui estuvieron aumentando, a partir del cepo de USD 200 para la demanda privada, a un ritmo que siguió al del la expansión de la Circulación Monetaria (efectivo en poder del público y cuentas a la vista), principal componente de la Base Monetaria.
Desde el 25 de octubre pasado la Circulación Monetaria aumentó 82,1%, mientras que el dólar blue (+74,8%) y el contado con liquidación (+57,4%) quedaron algo rezagados, diferencia que podría anticipar el recorrido alcista para dólares alternativos en el corto plazo.
2) El derrotero de las reservas. Aún con un amplio superávit comercial de USD 1.400 millones mensuales, el BCRA no pudo sumar reservas, que se mantienen cerca de los USD 43.00 millones desde el 25 de octubre pasado, mientras que las reservas de libre disponibilidad, con las que la entidad puede intervenir en el mercado, sí se debilitaron y perforaron el piso de los USD 10.000 millones.
“Desde el comienzo de la cuarentena hasta la fecha, las reservas netas se contrajeron en casi USD 3.000 millones y en agosto perforaron los USD 10.000 millones”, subrayó GMA Capital.
Una cantidad de pesos en la economía que crece a una tasa cercana al 100% anual junto con existencias de dólares en reservas decrecientes componen un combo muy peligroso para la estabilidad cambiaria y también macroeconómica.
3) Pérdida de competitividad. De acuerdo con el ITCRM (Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral) que elabora el BCRA, el dólar comercial es apenas más competitivo que el previo a las PASO de 2019.
“Si bien el tipo de cambio oficial se desliza a compás de casi 3% mensual, resulta insuficiente para alcanzar el ritmo de depreciaciones de las principales contrapartes comerciales, particularmente, Brasil, el principal socio comercial”, donde el dólar subió en 2020 un 35 por ciento.
En este sentido, “las limitaciones que presenta un tipo de cambio casi fijo con ajustes graduales afectan directamente al proceso de dolarización. Por el lado de las exportaciones, hay un desincentivo en los productores a liquidar los dólares de la cosecha. Al mismo tiempo, hay un aumento en la demanda de bienes importados adelantándose a una eventual devaluación”, precisó el estudio.
4) Tasas reales negativas. Aunque el BCRA estableció una política de tasas que llevaron a los rendimientos de los plazos fijos a un 33% anual, el informe de GMA enfatiza que “actualmente, si hacemos un promedio de la inflación esperada de tres meses, obtenemos que la recompensa a los pesos (Badlar) rinde 11% anual negativo”.
“La tasa real es un fenómeno para seguir de cerca, especialmente a medida que la economía comience a abrirse y se vuelquen más pesos a la calle. El canal de la tasa, si bien es insuficiente, es una primera barrera de contención para fomentar la demanda de pesos y controlar la aceleración inflacionaria”, consideró.
5) La velocidad de circulación empieza a rebotar. La alta demanda de dinero, por motivos principalmente precautorios en una economía casi cerrada, mantuvo la velocidad del dinero en valores mínimos históricos. “A partir de cierta flexibilización en los últimos meses, los pesos comenzaron a circular más rápido y se espera que mantengan esta línea a medida que se vaya abriendo la cuarentena”, consideró el estudio.
Asimismo, GMA Capital describe otros dos factores que también justificarían un mayor ritmo de depreciación del peso en próximos meses:
6) Nuevos focos de incertidumbre: FMI y plan económico. Todavía existe incertidumbre en torno a un acuerdo con el FMI, el principal acreedor de la Argentina, al que se le deben USD 44.000 millones. Como sucedió en el pasado, es de prever que este gran prestamista exigirá un ordenamiento fiscal como condición de la refinanciar los pagos que recaen en el bienio 2022-2023, en momentos en el que el Gobierno no aportó indicios acerca de un plan económico en el mediano y largo plazo.
7) Sin noticias de la dolarización de deuda en pesos de inversores offshore. Es probable que los tenedores de bonos en pesos en el extranjero hayan comenzado a aprovechar el rally reciente, especialmente en la curva CER, para desarmar posiciones y cerrar con resultados positivos en dólares, aunque recalentando la brecha cambiaria, como se observó con el encarecimiento de 6,5% en el contado con liqui en las últimas dos semanas.
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