Qué plazos, exigencias y sorpresas tendrá la negociación entre la Argentina y el FMI

En Washington y Buenos Aires coinciden en destacar que se partirá de una buena relación entre las partes, pero también que los planteos serán muy diferentes al de los bonistas. Las recomendaciones históricas del organismo

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La directora gerente del FMI,
La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, y el ministro de Economía de Argentina, Martín Guzmán, mantienen una buena relación

El economista conoce casi todos los rincones del edificio del Fondo Monetario Internacional (FMI) que tiene su entrada principal en el 700 de la calle 19 de Washington DC. Pasó varios años en diversos puestos del organismo multilateral con el que la Argentina deberá negociar un nuevo programa de mediano plazo para postergar el pago de su deuda que comienza a vencer en septiembre de 2021.

Formó parte de la burocracia y de la política de la institución y su nombre está debajo de los radares mediáticos. Por esta razón, optó por dialogar en Infobae en off the récord para conversar con tranquilidad sobre las negociaciones que se iniciarán posiblemente en septiembre, cuando concluya el intercambio de los bonos con los acreedores privados.

El Fondo está a la espera de una señal por parte del Gobierno; por ahora, está conforme con el acuerdo que logró el ministro Martín Guzmán con los principales bonistas para salir del default (porque respeta los parámetros de sustentabilidad trazados en marzo último de reducción de intereses y de alivio financiero para los próximos años), aunque afirma que se debe pensar rápidamente en un plan económico que brinde certezas de mediano plazo en términos fiscales y monetarios y apunte a varios objetivos al mismo tiempo. El primero y más urgente es reducir el exceso de pesos en circulación que, aunque no se traduzca en una inflación de tres dígitos como temen algunos analistas, puede llevar a una mayor inestabilidad financiera y frenar el proceso de recuperación económica; en este sentido, el FMI no cree que hagan falta más controles cambiarios, sino un plan integral, porque de lo contrario solo se agravarían los problemas actuales.

Mantener los controles, admite, será necesario en el corto plazo para sostener la precaria estabilidad financiera y permitir que el Banco Central acumule más reservas, pero, a la vez, el Gobierno debe buscar fuentes más sólidas para sumar dólares, como un aumento de las exportaciones y por esta razón es clave que no deje que se aprecie el peso.

Las conversaciones se iniciarán posiblemente en septiembre, cuando concluya el intercambio de los bonos con los acreedores privados

Si bien el staff del FMI dijo en sus análisis previos que entiende la necesidad de que el Gobierno apele a la emisión monetaria durante la pandemia, sabe que las autoridades económicas deben controlarla con rapidez en los próximos meses y reconocen que tanto Economía como el BCRA son conscientes de este desafío.

Una señal importante en este sentido será el Presupuesto 2021, que debe presentarse el 15 del mes próximo, porque allí se podrán ver no solo las pautas para el nuevo año, sino las estimaciones macroeconómicas para el trienio, confían en Washington. En este sentido, la prioridad es que haya un ancla para lidiar con la emisión y tender hacia un camino de consolidación fiscal que, aunque sea más lento que lo previsto antes de la pandemia, debe ser firme luego del alto déficit que se prevé para este año.

Una de las principales recomendaciones
Una de las principales recomendaciones del staff del FMI es que se prioridad a un ancla para lidiar con la emisión y tender hacia un camino de consolidación fiscal que, aunque sea más lento que lo previsto antes de la pandemia, debe ser firme luego del alto déficit que se prevé para este año (Reuters)

El plan debe apuntar a recuperar el crecimiento económico por la vía de más exportaciones e inversiones directas. Será una condición para negociar el nuevo programa para postergar los pagos, más allá de que el Gobierno elija un nuevo stand by o un Acuerdo de Facilidades Extendidas (EFF, en inglés), que tiene condicionalidades parecidas.

Al respecto, la fuente consultada por este medio dijo que “la situación del país es muy mala y el FMI le debería pedir un ajuste que ahora nadie está en condiciones de hacer, por condiciones internas y por la pandemia. Por lo tanto, me imagino negociaciones tensas, pero un final feliz, porque sería un problema para todos los accionistas, pero en especial para el G7, si un socio entra en default”.

Esto no quita que el staff liderado por la vicejefa del Departamento para el Hemisferio Occidental, Julie Kozack, no coloque las municiones sobre la mesa para pedir un ordenamiento fiscal, monetario y cambiario para empezar a dialogar, con o sin artículo IV por delante. “Un programa con un país que tiene los actuales niveles de emisión monetaria como la Argentina y el cepo como en sus peores épocas, es difícil de imaginar”, sugirió.

Es muy probable que el staff liderado por la vicejefa del Departamento para el Hemisferio Occidental, Julie Kozack, coloque las municiones sobre la mesa para pedir un ordenamiento fiscal, monetario y cambiario para empezar a dialogar, con o sin artículo IV por delante

Posiblemente, la mayor tolerancia venga por el lado del ritmo del ajuste fiscal: en medio de la pandemia, se espera que la tendencia del déficit sea descendente, pero a una velocidad que le permita a la economía volver a crecer, aclaró la fuente.

El ministro Martin Guzman con
El ministro Martin Guzman con la subdirectora del Western Hemisphere Julie Kozack, y el jefe de la misión para la Argentina, Luis Cubeddu y el representante argentino ante el organismo, Sergio Chodos

El experimentado economista en la tarea del FMI destacó: “pese a todo, seguramente se aprobará un nuevo stand by en 2021, antes de que empiecen los vencimientos de capital hasta fines de 2023. Esa opción es más sencilla que negociar un acuerdo de facilidades extendidas (EFF, en inglés), aunque éste permite una amortización en un plazo bastante mayor que en caso del stand by”, como ocurrió con el programa firmado en 2018 y que fue recientemente cancelado por el gobierno argentino.

Mientras negocia, el Gobierno deberá seguir pagando los vencimientos de intereses con una tasa de interés anual cercana al 3%, que subirá al 4% en julio próximo por el crédito de USD 44.000 millones concedido al país. Si bien la tasa es flexible, porque se calcula en base a una canasta de monedas, en los casos donde hubo desembolsos excepcionalmente grandes, se aplican sobrecargos como en el caso argentino.

Vencimientos de la deuda con
Vencimientos de la deuda con el FMI y de los vencimientos bajo ley local y en dólares

En algo coincide esta fuente con el ministro de Economía, Martín Guzmán, y con otros informantes oficiales y no oficiales consultadas en Washington: “la negociación será larga y compleja”. Habrá momentos de suma tensión, pero el Gobierno cuenta con una ventaja respecto de la que desarrolló con los bonistas: el FMI ya comenzó a tejer una buena relación con el presidente Alberto Fernández apenas asumió en diciembre pasado, simétrica a la que Christine Lagarde tenía con Mauricio Macri. El Fondo entiende que no será fácil llegar a un punto de coincidencia en torno de todas las cuestiones necesarias para llegar a un acuerdo.

En este sentido, una fuente del FMI expresó a Infobae que “estamos dispuestos a apoyar a Argentina, incluida la colaboración con las autoridades en un nuevo programa respaldado por el Fondo cuando las autoridades así lo deseen. Sin embargo, en esta etapa no se ha realizado ninguna solicitud”. Se prevé que este pedido se haga cuando se cierre el capítulo con los acreedores privados.

Estamos dispuestos a apoyar a Argentina, incluida la colaboración con las autoridades en un nuevo programa respaldado por el FMI cuando las autoridades así lo deseen, destacó una fuente del organismo de crédito multilateral

Cada vez que pudo, la directora gerente, Kristalina Georgieva, manifestó en privado su apoyo a la negociación con los bonistas y el staff técnico actuó en el mismo sentido. Queda, claro está, una larga tarea diplomática por delante con los principales accionistas del organismo y el enfrentamiento con Estados Unidos por el liderazgo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) seguramente no ayudará en este sentido. En particular, esta postura del gobierno argentino no le agradará al Tesoro de Estados Unidos, que se ocupa de estos asuntos, porque la Casa Blanca está demasiado preocupada en la contención del Covid y la elección de noviembre próximo como para preocuparse por la Argentina.

El “ritmo zen” del ministro Guzmán para negociar no será un problema para los técnicos del FMI, que, en paralelo, elaborarán un informe sobre el préstamo 2018-2020, como el que se hace cada vez que un país da de baja un programa de acceso excepcional que se extendió a USD 57.100 millones, aunque no se completó por decisión del nuevo gobierno. Una vez que este informe termine, podrá discutirse el nuevo esquema de refinanciamiento, cuyas características finales no serán decididas ni por el staff ni por Georgieva, sino por el directorio en general y, en particular, por los representantes del G7.

Los escenarios de la negociación

¿Cómo imaginan ex funcionarios del FMI y de la Argentina este combate en el campo de la diplomacia financiera? Héctor Torres, representante del país ante el organismo con los gobiernos de Néstor Kirchner y Mauricio Macri, dijo a Infobae: “las negociaciones van a ser complejas; por un lado, porque vamos a necesitar una concentración de préstamos en los primeros años a fin de poder hacer frente a los vencimientos pactados en el acuerdo que firmó Macri para 2022 y 2023”. Es decir, “vamos a necesitar desembolsos front-loaded, pero estimo que, dada nuestra situación económico-social, no vamos a estar en condiciones de poder aceptar que el acuerdo tenga condicionalidad concentrada en los primeros años”.

Vamos a necesitar desembolsos front-loaded, pero estimo que, dada nuestra situación económico-social, no vamos a estar en condiciones de poder aceptar que el acuerdo tenga condicionalidad concentrada en los primeros años (Héctor Torres)

“Esto podría generar un descalce complicado. Para zanjarlo las relaciones con los principales accionistas del FMI, Estados Unidos en primer lugar, va a ser muy importante”, aclaró.

“Creo que el staff del FMI va a enfocarse en las reformas que permitan que la economía mejore la competitividad y salgamos de ese círculo vicioso de que cada vez que crecemos terminamos con un déficit de cuenta corriente. Si vamos por un Acuerdo de Facilidades Extendidas, esas reformas podrán espaciarse en el tiempo”, apuntó Torres.

Más allá de esta particularidad, aclaró el ex representante de la Argentina: “todos los programas del FMI incluyen siempre el objetivo de que el país recobre acceso al mercado privado de capital. Para eso es necesario que las necesidades de financiamiento del fisco sean compatibles con la recaudación y que la presión fiscal sea compatible con un aumento de la inversión”.

Todos los programas del FMI incluyen siempre el objetivo de que el país recobre acceso al mercado privado de capital (Héctor Torres)

“El staff del FMI es consciente de que sería muy difícil lograr un equilibrio fiscal en el 2021, pero en algún momento habrá que buscar un superávit primario compatible con el servicio de la deuda con el FMI y con los privados”, expresó Torres.

En tanto, el ex director para el Hemisferio Occidental del Fondo, Claudio Loser, expresó: “aunque se dice que las negociaciones serán muy difíciles, creo que habrá menos tensiones entre las partes que la que hubo con los bonistas, porque ya hubo un diálogo bastante frecuente y profundo, que empezó a principios de año y se encuentra en un nivel bastante razonable. Al respecto, el apoyo del FMI en la negociación con los acreedores fue muy importante”.

Creo que la negociación generará más tensión hacia dentro de la coalición gobernante en la Argentina que entre el Gobierno y el FMI. El ministro Guzmán tiene bastante claro lo que hay que hacer, aunque por supuesto tratará de correr todo lo posible el proceso de ajuste, pero lo entiende, mientras que el ala política tendrá una visión muy dura”, comentó.

El economista argentino Claudio Loser
El economista argentino Claudio Loser estimó: "La negociación generará más tensión hacia adentro de la coalición gobernante en la Argentina que entre el Gobierno y el FMI"

Por su parte, “el FMI pedirá un ajuste, pero no inmediato ni irracional, sino que tendrá en cuenta lo que pasará en el mundo con la pandemia. El Fondo ha tenido negociaciones con muchos países en este contexto y, mientras el Covid-19 se mantenga vigente, no se puede pedir un ajuste fuerte, pero tal vez sí en algún momento del 2021”, acotó Loser.

En términos estructurales, apuntó el hombre que negoció con toda la región durante varios años, “los puntos importantes son, además de limpiar la parte fiscal y ordenar lo monetario, reestructurar el plano cambiario, no digo que se vaya hacia una flotación limpia, pero sí eliminar las restricciones e ir hacia una devaluación del tipo de cambio oficial”.

Además, aclaró Loser, “se insistirá con un sistema de ayuda directa a los más necesitados, no generalizado; y una reforma previsional, no para los jubilados de hoy, si no para los del futuro, para que el sistema previsional se pueda autofinanciar. Y otro pedido complicado será el cambio de la legislación laboral”.

Se insistirá con un sistema de ayuda directa a los más necesitados, no generalizado; y una reforma previsional, no para los jubilados de hoy, si no para los del futuro, para que el sistema previsional se pueda autofinanciar (Claudio Loser)

“El FMI tendrá una actitud positiva para poder renegociar tanto el programa nuevo como para correr los plazos de pago hacia el futuro”, aventuró Loser.

Por su parte, el ex viceministro Pablo Guidotti sostuvo: “las negociaciones con el FMI van a ser largas y dificiles, a pesar de las declaraciones diplomáticas habituales durante el proceso. En este momento, el Fondo ha adoptado una posición flexible con motivo de la pandemia por lo que no empujará un ajuste fiscal desmedido en el corto plazo pero si lo exigirá en el mediano plazo”.

“A pesar de la flexibilidad que pueda exhibir el FMI, la realidad es que la Argentina debe demostrar la capacidad de poder repagarle los USD 44 mil millones que le debe, lo que es muy difícil de hacer sin volver a tener acceso al mercado de capitales. En este sentido, la Argentina está pagando los costos de haber destruido el mercado de capitales doméstico con la nacionalización de los fondos de pensión y la incertidumbre económica que impide que se expanda el sistema financiero”, resaltó el profesor de la UTDT.

Pablo Guidotti: "La Argentina está
Pablo Guidotti: "La Argentina está pagando los costos de haber destruido el mercado de capitales doméstico con la nacionalización de los fondos de pensión y la incertidumbre económica que impide que se expanda el sistema financiero" (Martín Rosenzveig)

De hecho, explicó, “el sistema financiero argentino hoy le presta más al Estado que al sector privado. La negociación con el FMI es difícil porque el programa que tuvo la Argentina era de alto acceso y tiene alta visibilidad en Washington. Esto hace que el staff del FMI se cuidará sobremanera de volver a tener otro fracaso con la Argentina. Creo que el Gobierno entiende esta situación y por esto habla de negociaciones que se realizarán en el primer semestre del año próximo”.

Hay que ver si el esquema actual de financiar un alto déficit fiscal con emisión monetaria aguanta hasta el año próximo y también cómo se perfila el equilibrio político hacia las elecciones de medio término del 2021. Todos estos factores influirán en las negociaciones”, concluyó el ex secretario de Hacienda, uno de los tantos funcionarios que tuvo que negociar con el Fondo y que, por lo tanto, sabe de qué se trata esta cuestión.

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