El panorama financiero para el Tesoro argentino mejoró radicalmente con el acuerdo por la deuda regida por tribunales extranjeros y con la extensión de las condiciones ofrecidas en ese canje a los tenedores de deuda bajo ley local. Ahora, los únicos vencimientos de relevancia que quedan en el horizonte son los pagos al Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, al fisco todavía le quedan brechas por financiar en los próximos años, dado que el freno económico que generó la pandemia hizo crecer los gastos a enfrentar al tiempo que se derrumbó la recaudación impositiva. La pregunta para los analistas es de dónde va a conseguir financiamiento el país para cubrir ese bache.
El Instituto Internacional de Finanzas (IIF) elaboró un informe sobre las condiciones financieras de la Argentina. Los reportes del consorcio de bancos internacionales se destacaron porque en 2018 alertaron respecto de la sobrevaluación de la lira tura y el peso argentino, las dos monedas emergentes que se derrumbaron ese mismo año.
Ahora, el razonamiento de los analistas es que con el acuerdo de deuda encaminado hacia una definición, los únicos vencimientos que supondrían fuertes necesidades de financiamiento son los pagos que se le adeudan al FMI. Asumiendo que una negociación con el organismo capitaneado por Kristalina Georgieva logra patear hacia adelante los abultados pagos previstos para los próximos año. Pero, aún así, las necesidades de financiamiento seguirán existiendo por la diferencia creciente entre ingresos y gastos del Tesoro.
Si el financiamiento monetario va a terminar bajo un nuevo programa, el FMI tendrá que pedir a Argentina un ajuste fiscal sustancial por adelantado o aumentar el tamaño del rescate para financiar el déficit fiscal
El financiamiento del déficit fiscal sera el desafío de acá en adelante y no hay mercado ni organismos disponibles a prestar para cubrir esas necesidades.
“Si bien las perspectivas de financiación externa de la Argentina son radicalmente mejores que hace unos años, los déficits fiscales y su financiación siguen siendo un problema. El déficit fiscal se está ampliando rápidamente bajo una severa recesión y se proyecta que supere el 10% del PIB, en comparación con el 3,8% del año pasado. El gasto primario ha vuelto a los niveles de 2017-18 en términos reales y los ingresos están deprimidos cíclicamente”, advierte el documento que lleva la firma de Sergi Lanau, Martín Castellano y Jonathan Fortun.
En la opinión del IIF,será difícil que el Fondo acepte llegar a un nuevo acuerdo con la Argentina que implique mantener un déficit fiscal importante o sostener un amplio margen de emisión monetaria para financiar al Tesoro. El informe resalta que el 90% del déficit en lo que va del año se sostuvo gracias emisión monetaria.
Si bien las perspectivas de financiación externa de la Argentina son radicalmente mejores que hace unos años, los déficits fiscales y su financiación siguen siendo un problema
“Dado que las opciones de tomar préstamos en los mercados nacionales e internacionales serán limitadas el próximo año, un escenario sin monetización y sin financiación del FMI para el déficit implicaría un ajuste fiscal sustancial. La mejora de los ingresos a medida que se reactive el crecimiento ayudaría, pero aún sería necesario realizar importantes recortes de gastos. Nos parece poco probable que la Argentina y el FMI opten por un ajuste tan drástico en el marco de un nuevo programa. Tampoco estamos convencidos de que el FMI quiera aumentar sus préstamos de exposición para financiar el déficit. Es probable que una solución de compromiso implique una combinación de medidas fiscales y la retirada gradual de la financiación monetaria”, agrega el análisis.
“Si el financiamiento monetario va a terminar bajo un nuevo programa, el FMI tendrá que pedir a Argentina un ajuste fiscal sustancial por adelantado o aumentar el tamaño del rescate para financiar el déficit fiscal”, agregaron.
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