En febrero pasado, cuando Vicentin se presentó en convocatoria de acreedores la deuda de la empresa alcanzaba los USD 1.577 millones al tipo de cambio oficial de $ 63 de ese momento. Entre los acreedores de la empresa había 1.895 proveedores de granos, otras 586 empresas que le vendían bienes y servicios, y 37 bancos y financieras.
Pero además Vicentin quedó debiéndole plata a 19 organismos fiscales o previsionales, a 98 de sus accionistas (la mayoría de ellos distintos integrantes de la familia fundadora) y a tres de sus empresas controladas por el propio grupo, que le habían hecho transferencias que nunca recuperaron.
En las últimas semanas el juez en lo Civil y Comercial de la ciudad santafesina de Reconquista, Fabián Lorenzini, encabezó dos audiencias de conciliación en el marco del concurso preventivo de la agroexportadora, luego de que el gobierno de esa provincia propusiera la conformación de un triunvirato con los interventores designados por el Gobierno nacional más uno provincial. No hubo acuerdo entre las partes para el armado de un fideicomiso con participación de ambas partes, y el presidente Alberto Fernández decidió dejar sin efecto el Decreto de Necesidad y Urgencia por el cual intervenía la empresa Vicentin por 60 días.
Ahora la situación de la empresa se definirá en el marco del Concurso de Acreedores. En ese ámbito se deberá determinar cómo llegó a esta situación financiera tan complicada y cuál será el plan para cancelar la deuda con los acreedores, muchos de ellos son pequeños y medianos productores que necesitan que Vicentin cancele la misma para poder continuar en la actividad.
En medio de toda esta situación, se produjo ayer el fallecimiento de Sergio Nardelli, CEO de Vicentin, en su domicilio particular de Reconquista, como consecuencia de un paro cardíaco. Tenía 59 años.
Por otro lado, en la actualidad Vicentin atraviesa un conflicto gremial, que se desató meses atrás, en otra empresa del grupo: Algodonera Avellaneda. Su planta, instalada en Reconquista, se encuentra paralizada por el reclamo de un sector de los trabajadores para que sean trasladados al sindicato de aceiteros. En reiteradas oportunidades la empresa había expresado ante autoridades judiciales, provinciales y los medios, que el único gremio que se reconocía era el textil.
Un reciente informe de la Federación de Industrias Textiles Argentinas (FITA) reflejó que la industria textil tiene activa sólo un 18% de la capacidad instalada, y en los últimos 4 años se han perdido más de 30.000 puestos de trabajo. Por otro lado, la actividad productiva cayó un 34% en los últimos 3 años, las ventas un 65 % en el mismo período, y las importaciones en el último año han subido un 27%.
Según narran las crónicas de los medios santafesinos, el conflicto en Algodonera Avellaneda se había profundizado en los últimos días, de tal manera que hubo movilizaciones de este grupo de trabajadores a domicilios particulares de los directivos de Vicentin, como es el caso de Alberto Padoán, y Sergio Nardelli habría sido insultado en las calles de Reconquista.
La crisis
Desde la empresa explicaron que hay un encuadre de la misma “en los convenios colectivos de trabajo celebrados por las entidades gremiales que representan al sector TEXTIL, el CCT N* 500/07 de la Asociación Obrera Textil de la República Argentina (AOT) y el CCT N* 123/90 del Sindicato de Empleados Textiles de la República Argentina (SETIA). Estos convenios aplican no sólo para nuestra compañía, sino para todas las empresas del sector que se encuentran agrupadas en la Federación de Industrias Textiles Argentinas”.
Además, manifestaron: “La empresa no sólo cumple con los compromisos derivados de dichos acuerdos, sino que adicionalmente abona un plus por productividad del orden del 15%. La compañía no ha dejado jamás de abonar los salarios correspondientes, aún en un contexto extremadamente delicado agravado por la pandemia, y se ha mantenido a todo el plantel de trabajadores sin producir ni un solo despido. También que es falso que se abone parte del sueldo con productos. Se trata en la realidad de beneficios adicionales que se otorgan por fuera del salario acordado”.
“No vamos a participar de gestiones o conversaciones con gremios de otras actividades que nada tienen que ver con nuestra industria. En ese sentido no entendemos la convocatoria que nos realizara días atrás el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Santa Fe para participar de una reunión con el gremio aceitero, siendo que nuestro rubro es el textil, y que nada tiene que ver con la industria aceitera, ni con cualquier otra industria que no sea la propia de la actividad que desarrolla la empresa”, expresaron en un comunicado los integrantes de Algodonera Avellaneda.
Esta semana, un grupo de trabajadores de Algodonera Avellaneda reclamaron mediante una carta la resolución del conflicto y rechazaron la injerencia de otro gremio. Por otro lado, empresas del norte de Santa Fe se reunieron ayer con autoridades del gobierno provincial. En un comunicado habían expresado, previo al encuentro: “El principio de libertad sindical establece que cada trabajador tiene el derecho de afiliarse, o no, a la asociación sindical en cuyo ámbito se encuentra comprendido, no pudiendo afiliarse a ningún otro sindicato. Además, establecería un precedente, de afectación de autonomía de las instituciones y desapego a las normas”.
Y agregaron: “Expresamos nuestra alta preocupación por la postura adoptada por el Ministro de Trabajo de la Provincia de Santa Fe, avalando el incumplimiento de la Ley de Asociaciones sindicales al permitir que los trabajadores elijan libremente su convenio colectivo de trabajo sin tener en cuenta la actividad afín. Situación que de prosperar, afectaría a todos los trabajadores, de los distintos sectores públicos (Nacionales, Provinciales y Municipales) y privados (Comercio, Servicios, Industria y Sector Agropecuario) poniendo en riesgo la fuente de trabajo. Demasiado angustiante resulta la crisis producto de la pandemia, para sumar incertidumbre a la estabilidad laboral, por no aplicar las normas”.
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