Tras el anuncio del acuerdo con los acreedores por la deuda en dólares conocido la semana pasada, el ministerio de Economía afrontó en forma satisfactoria su primera colocación de deuda en pesos. A través de una licitación de cuatro títulos, consiguió captar $107.589 millones, claramente por encima de los $70.000 millones ofrecidos originalmente y del vencimiento de $50.042 millones.
En un contexto de elevada liquidez, como producto del aluvión de pesos empujado por el Banco Central para afrontar el desbalance fiscal de la pandemia, el gobierno consigue así hacerse de pesos y no tener tanta dependencia de esa emisión de la autoridad monetaria. Cabe destacar que durante el mes de julio, el BCRA le suministró $220.000 al Tesoro a través de adelantos transitorios y transferencia de utilidades.
Los bonos colocados fueron las Letras del Tesoro Nacional en pesos a descuento (Ledes) con vencimiento el próximo 30 de diciembre, de las cuales se adjudicaron $41.880 millones; por el mismo título, pero con vencimiento el 29 de enero de 2021, se adjudicaron $32.700 millones; por los Bonos del Tesoro Nacional en Pesos Ajustados por CER más 1,30%, con vencimiento al 20 de septiembre de 2022, se adjudicaron $20.100 millones; por último, por el mismo título, pero con tasa de 1,45% y vencimiento al 13 de agosto de 2023, se adjudicaron $12.800 millones.
Según consideró Diego Bastourre, secretario de Finanzas, la licitación “es destacable” por el volumen colocado y porque permitió iniciar un alargamiento de los plazos.
“Extender los plazos de colocación a tasas sostenibles constituye un pilar fundamental para el desarrollo del mercado de capitales y su profundidad, que se traduce en el día a día en mejores condiciones de acceso al financiamiento doméstico no solo para el Tesoro Nacional sino también para las provincias, empresas y personas”, señaló Bastourre.
El secretario de Finanzas destacó también que se redujeron las tasas de fondeo “en línea con la compresión de spreads observada en la curva de títulos ajustables por CER”.
Los analistas ponen en contexto el resultado de la licitación, considerando el particular escenario que atraviesan dos variables de la economía. La primera es la situación fiscal, que sumó al déficit que ya tenía una considerable caída en la recaudación y un fuerte crecimiento del gasto, ambos como producto de la pandemia. La segunda es la inflación, contenida hasta el momento a través de algunas decisiones que han mostrado eficacia pero, se sabe, no pueden aplicarse para siempre.
El gobierno consiguió continuar hoy la línea de las últimas licitaciones, en cuanto a que la colocación superó en su monto a los vencimientos. Según Martín Vauthier, director de la consultora EcoGo, eso ocurre por tres factores: “Una primera razón para esta licitación exitosa es que hay un mercado con mucha liquidez en pesos, dada la emisión del Central para financiar al Tesoro y cubrir el déficit fiscal durante la pandemia. El segundo factor es un cepo muy duro, que sostiene en forma artificial la demanda de instrumentos en pesos. Por último, las señales que viene dando el gobierno en cuanto a construir la curva de pesos y no defaultear la deuda en moneda nacional, con rendimientos alineados en las tasas del mercado secundario”.
Según Vauthier, en el control de cambios está el principal límite: “Mirando hacia adelante, el desafío es mantener la demanda de activos en pesos al mismo tiempo en que se vaya liberando el cepo. Un control con esta intensidad le pone un techo a la recuperación económica post-pandemia. Por eso es importante que vayan apareciendo señales en materia fiscal y también de estrategia monetaria”.
Es importante que la tasa reaccione a ese aumento, que vayan alineadas con el dólar y la inflación y que sean positivas para que los activos en pesos sigan teniendo atractivo (Martín Vauthier).
Otro analista, Christian Buteler, siguió la misma línea para explicar la operación: “La licitación tiene estos resultados por la enorme emisión, que equivale a una base monetaria en los últimos 6 meses, y el cepo cambiario, que vuelve prácticamente imposible comprar dólares, con muchísimas trabas para acceder al dólar Bolsa o al contado con liquidación”.
“¿A dónde van a a ir los pesos si no entran a la licitación? Son pocas las opciones que le quedan a un inversor institucional para moverse en un contexto como éste. Tendría que haber una crisis terminal para que el gobierno no pudiera renovar los vencimientos”, agregó.
Al mismo tiempo, Buteler consideró que “en ese contexto malo, siempre es preferible que el tesoro se financie con el mercado y no con el Banco Central. Aunque la deuda nueva con consiguió no es tanta, hay que tener en cuenta lo que se renovó”.
Los analistas también relativizan algo que el gobierno viene pregonando cada vez que hablar de la curva de rendimientos en pesos, en cuanto a que la tasa que recibe el inversor es positiva.
“Es difícil saberlo, porque la inflación está encorsetada con acuerdos de precios, cepo cambiario, tarifas congeladas y otras medidas. En algún momento, todo eso se puede escapar”, dijo Buteler.
En los últimos meses las tasas fueron positivas porque “la inflación está anestesiada”, señaló Vauthier y eso se puede extender a agosto, pero “a medida que nos acerquemos a la nueva normalidad, es probable que la inflación sea superior a la de los últimos meses. Es importante que las tasas reaccionen a ese aumento, que vayan alineadas con el dólar y la inflación y que sean positivas para que los activos en pesos sigan teniendo atractivo”.
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