El ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes, mencionó el pasado económico de la Argentina como un ejemplo de prosperidad que los países de la región deben reflotar para integrarse al mundo y reducir la pobreza.
En una disertación virtual organizada por la Fundación Libertad, Guedes dijo que tanto la Argentina como Venezuela eran países prósperos en el pasado, pero mientras citó al país del norte sudamericano como un caso de miseria, evitó referirse a la actualidad de su principal socio en el Mercosur para evitar discusiones diplomáticas.
En el encuentro -moderado por el periodista y analista peruano Álvaro Vargas Llosa- el ministro sostuvo, cuando fue consultado por la Argentina “Hay un camino para generar prosperidad y otro que provoca miseria. Argentina fue uno de los países más prósperos a principios del siglo 20, y perdió ese rumbo. Tuvieron el primer subterráneo de la región. Era muy poderoso. Recibieron inmigrantes después de ambas guerras mundiales que apoyaron a los que estaban para que el país se desarrollara. Y Venezuela también era rico hace 30 años y ahora pasó a la miseria”, detalló.
Guedes se refirió así al fuerte crecimiento económico que tuvo la Argentina durante las primeras décadas del siglo XX, que la colocaron casi en pie de igualdad con países centrales, por ejemplo, en el PBI per cápita y que, aún con la Gran Depresión, logró sostener por bastante tiempo más.
En cambio, explicó, “Chile pasó de la miseria a aumentar su PBI per cápita por encima de otros países de la región, cuando hace 40 años era pobre. Y hay ejemplos similares en otras regiones del mundo”.
Por otra parte, el economista de 70 años doctorado en Chicago y fundador del banco BTG Pactual, entre otros antecedentes destacados, dijo que el Mercosur debe persistir en el camino de la integración con el resto del mundo.
“Tuvimos mala suerte. El año pasado fuimos a la Argentina y conversamos con el presidente Macri de esta necesidad de integrarnos, porque Uruguay y Paraguay ya estaban convencidos, ya que en muchas otras regiones la gente sale de la pobreza con más integración. Mientras tanto, América latina se transformó en el continente de la desesperanza. No integramos más nuestras economías. Le dijimos a la argentina de ir hacia la OCDE. ¿Qué paso?: Macri perdió y además los europeos, especialmente Francia, Holanda y Bélgica, con la excusa de los incendios forestales, frenaron el avance del acuerdo con la Unión Europea. No es justo: es un área más grande que Europa. No se puede prevenir todo, pero luchamos contra el fuego. Por otro lado, los países centrales no bajaron sus emisiones de carbono”, explicó.
Al respecto, explicó que, antes de la pandemia, Brasil logró “reactivar el Mercosur, el acuerdo con la Unión Europea que estaba frenado desde hace muchos años, firmar acuerdos por países del norte de América y con Corea del Sur, entre otros”, al destacar que, pese a la ola proteccionista que cubre al mundo, el gobierno de Bolsonaro mantiene su estrategia de apertura e integración.
“La pandemia hizo un gran daño, pero el año próximo volveremos a crecer, no quiero decir cuánto porque la economía es una ciencia social. Volveremos muy pronto, mucho más de lo que otros piensan”, destacó el ministro en el zoom que duró poco más de una hora.
En este sentido, subrayó que, aunque el gobierno se enfocó en el corto plazo para atender la demanda de los sectores sociales más pobres, afectados por la pandemia, no dejará de lado su agenda de privatizaciones, porque cree que es la mejor receta para que el país siga creciendo.
“Durante 30 años probamos con todo tipo de variantes de izquierda, y ahora por primera vez hay una alianza política conservadora y liberal, que es una coalición muy interesante. Estimábamos que la deuda iba a bajar y bajó; bajamos las tasas de interés de largo plazo y cortamos privilegios. Y yo dije en Davos que los íbamos a sorprender a todos y lo hicimos. Antes de la pandemia estábamos creciendo cuando el mundo iba en forma sincronizada hacia una desaceleración”, indicó.
Frente al brutal impacto económico del Covid-19, destacó que el gobierno de Bolsonaro giró de priorizar “cambios estructurales a medidas de emergencia, con dinero que teníamos por las reformas previas. Y gastamos más del doble que el promedio de los países emergentes; creo que solo Estados Unidos gastó más que nosotros para atender esta crisis. Para preservar empleos, lanzamos un programa de emergencia. El FMI había pronosticado que sufriríamos una recesión del 9%, otros decían más de 10% y ahora varios creen que será 4 por ciento y que a fin de año estaremos ontrack de nuevo”.
“Gastamos 10% del PBI en esta asistencia social, pero la idea es bajar en forma dramático estos gastos extraordinarios una vez que pase la pandemia”, aclaró el funcionario.
Sin embargo, aclaró que eso no desviará al gobierno de Bolsonaro de su rumbo principal de reformas. “Tenemos que ir más rápido, más fuerte y mas profundo que antes de la pandemia. El presidente sigue con su guerra cultural; es una guerra cultural contra muchos líderes de América latina, pero es una batalla de muchos años, de 30 o 40 años, para crear una mente liberal en la región, con un gran cambio respecto de las décadas previas. Pero el país de la región que más está gastando en asistencia social es una economía de mercado”.
El país de la región que más está gastando en asistencia social es una economía de mercado
“Aceleraremos las reformas. En los próximos 60 días queremos anunciar 3 o 4 privatizaciones y creo que el Congreso nos apoyará. Perdimos un año por la pandemia, pero ganamos miles de vidas. Brasil volverá a sorprender al mundo, porque, entre otros elementos, el Congreso está abierto. Millones de brasileños no tienen agua, o electricidad porque son servicios estatales; estamos cambiando esos marcos regulatorios para que entre capital privado. El gas natural debería bajar entre 30 y 40 por ciento en un año porque se paga más caro que en Europa. Vamos a liberar estas empresas”, destacó.
En este sentido, dijo que, aunque haya que subir algún impuesto en forma transitoria, otros bajarán. “Si subimos un impuesto, es para remplazar a otro. Hay 30 millones de personas en la informalidad en el mercado laboral. Eran invisibles. Cuando ofrecimos cheques, aparecieron, y se juntaron con los 12 millones de desempleados. Triplicamos las transferencias previas en cantidad de gente y en el monto. Pero es un gasto extraordinario para la pandemia; fue exitoso y lógico para esta situación. Y no hubo problemas en la calle. Toda esa comida llegó a la gente sin problemas, la gente comió todos los días”, explicó.
“Brasil tiene un gran sistema informal por sus absurdos impuestos y su rigidez laboral, pero perdimos menos empleo formal que Estados Unidos; entre otras razones, porque se pudo renegociar en el sector privado para trabajar menos horas a cambio de menos salario. El desempleo ha ido bajando mes a mes. No vamos a mantener este ayuda, es imposible. Lo que haremos es crear para los más necesitados, los indigentes, un ingreso mínimo. Y si no los podemos eliminar, al menos vamos a reducir en forma dramática los impuestos laborales. Respecto de cómo se financian estas transferencias, se hizo cambiando 3 o 4 programas previos que no funcionaban; es un redireccionamiento del gasto social”, detalló.
De inmediato, frente a las críticas internacionales que recibió por la cantidad de fallecidos y por la estrategia del presidente de restarle importancia al efecto del Coronavirus, Guedes aseguró: “Nunca desatendimos el gasto en la salud y la Justicia transfirió a los gobiernos provinciales y prefectos tenían la responsabilidad de preservar la distancia social. Aunque el presidente dijera lo contrario, no podía hacer nada. No es él quien pone gente dentro o fuera de la calle. No nos guiamos por las pasiones, sino por la razón. El está con los pobres en forma real”.
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