Las acciones de empresas argentinas que cotizan en Wall Street vuelan, los bonos soberanos saltaron hasta 10% mientras empresas, analistas y políticos de distintos bandos celebran que luego de 8 meses de negociaciones el Gobierno argentino logró reestructurar su deuda extranjera de una forma consensuada con los acreedores.
Pero más allá de las celebraciones y las ganancias que puedan anotar los inversores, la pregunta es qué cambia para el ciudadano de a pie después de más de dos años de recesión e inestabilidad económica, agravados hoy para la pandemia. Los economistas consultados coinciden en señalar una variable como la principal: el dólar, ya que aunque no esperan que desaparezcan las presiones cambiarias el menos sí que se reduzcan. De la mano de ello, también menores presiones inflacionarias, algo de impulso marginal a la actividad y, ya más intangible, un poco de confianza.
Detrás de la reducción de casi USD 35.000 millones en pagos de deuda futuros que consigue el Tesoro nacional como resultado del acuerdo, los activos financieros argentinos son los primeros en sentir el resultado del muy extenso período de negociaciones. Pero, según especialistas, más allá de que esas sean las expresiones más visibles el acuerdo afecta también la economía de a pie. Primero y principal, en las calles de la City donde el mercado paralelo del dólar es hoy el reflejo de todas las tensiones económicas.
Para Federico Furiase, el hecho de despejar la interrogante respecto a si la Argentina podría conseguir un alivio para su deuda ante vencimientos que aparecían como muy difíciles de enfrentar en el corto plazo suma, más que nada, en forma de alivio a la presión para los dólares paralelos. Y, gracias a una relativa calma cambiaria, la posibilidad de moderar los temores inflacionarios.
“El acuerdo le saca presión a la brecha y por lo tanto acota el riesgos de una aceleración inflacionaria. Además le da potencia al mercado de pesos local y eso hace que el Gobierno se pueda financiar localmente y aflojar algo la emisión”, dijo el economista y director de EcoGo.
“Si bien el soberano no va a acceder al mercado de capitales en el corto plazo, si lo van a poder hacer empresas y provincias, Y todo eso potencia la recuperación pospandemia porque el arrastre estadístico que deja la caída de 2020 es muy fuerte y porque existe mucha capacidad ociosa”, agregó Furiase.
El foco en las presiones cambiarias también es el principal para Matías Rajnerman, economista de Ecolatina.
“Tiene un impacto positivo en el mercado cambiario, intermedio en la inflación y tibio en la actividad, sobre todo pensando en el corto plazo. Lo más probable es que en los próximos días reduzca las presiones sobre el dólar, sobre todo el paralelo, el contado con liquidación y el dólar MEP”, resumió Rajnerman
“Lo más probable es que reduzca las presiones porque concretamente se espera que el peso se devalúe menos en el mediano plazo. El oficial debería continuar subiendo, con lo cual es probable que la brecha se atenúe, y con eso cae un poco el incentivo a subfacturar exportaciones y sobrefacturar exportaciones, algo que se había acentuado. Eso va a tener un impacto en el mercado oficial y se va a transmitir de alguna manera en la inflación”, agregó Rajnerman.
Sin embargo, para el analista el acuerdo de deuda tiene muy poco para ofrecer en materia de crecimiento económico ya que la principal variable en ese rubro hoy por hoy es el de la pandemia de coronavirus COVID-19. A lo sumo, el acuerdo permite eludir una caída aún más profunda.
“Para pensar en que la economía crezca o deje de caer, lo primero que tiene que pasar es la pandemia. Con acuerdo de deuda, sin vacuna o sin superar la crisis sanitaria, no hay mucho que hacer. Pero asumamos que eso pasa y que efectivamente se supera el coronavirus, el impacto en la actividad va a estar atenuado porque las variables vienen muy deprimidas, pero sobre todo porque si bien esto baja mucho el riesgo y la incertidumbre, ninguno de los dos desaparecieron. El impacto más positivo es el contrafáctico. Si se alargaba el default, la economía real iba a estar mucho peor. Hubiera sido muy negativo sobre la inversión y sobre el consumo”, concluyó el economista de Ecolatina.
Para Agustín D’Atellis, titular de AD Consultores, el efecto del acuerdo de deuda no va a ser tan perceptible. Más allá del alivio cambiario, mucho queda por hacer en materia de un acuerdo con el FMI y la implementación de políticas que impulsen la actividad.
“El resumen de esto es que es un paso muy importante que es una condición necesaria pero no suficiente. Te relaja mucho el panorama financiero de acá en adelante. Te ordena mucho porque saca a la Argentina del default que genera toda una serie de problemas no sólo de acceso al crédito de la Nación, sino que te impide la posibilidad de refinanciar crédito de las provincias, de los privados, te frena desembolsos de algunos compromisos de inversión que ya estaban comprometidos. Esto te despeja todas esas cuestiones”, comentó el economista.
“Desde el punto de vista de las expectativas te saca el panorama trágico, lo que te quita presión sobre la brecha lo que por sí mismo te reduce expectativas de inflación. Ahora, impacto sobre la economía real, ahora te tenés que poner a laburar. Algún impacto por el lado de expectativas te puede generar en consumo, en construcción quizás. Ahora viene el gran desafío va a ser el programa económico con el FMI, al fondo no le interesa tanto la pata financiera como el programa económico. Ahí la Argentina va a tener que plantarse y lograr algo positivo, que sería histórico. Y ahí empiezan las políticas destinadas a reactivar”, agregó D’Atellis.
“En el mejor de los casos permite algunas inversiones que pueden generar empleo, pero esto dependerá también de otras políticas”, concluyó.
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