Luego de que el Gobierno informara este martes que alcanzó con los principales grupos de acreedores un acuerdo en el proceso de reestructuración de deuda emitida bajo legislación internacional, el ex ministro de Hacienda Alfonso Prat-Gay cuestionó en las redes el entendimiento al considerar que podría haberse logrado un “acuerdo mejor”.
“Se podría haber logrado un acuerdo mejor. Como Ecuador: más rápido, mayor alivio de intereses, mayores plazos y quita de capital. Pero ya está: con acuerdo no alcanza; sin acuerdo no arranca. Ahora a ponerle todo el diálogo y toda la energía para salir de esta dolorosa recesión”, aseguró el ex funcionario en Twitter.
Días atrás Prat-Gay se había quejado además, porque el Gobierno entregó demasiado temprano un incentivo a los bonistas que les permite seguir negociando en forma indefinida, a pesar de necesitar alcanzar un acuerdo tanto como el Gobierno.
“Están los dos atrapados, tanto el Gobierno como los bonistas, el peor escenario para los dos es que no haya un acuerdo. La experiencia de un litigio no es buena para los bonistas, a los que en el pasado litigaron durante todo ese tiempo les fue peor que a los que entran al canje hoy. Están jugando los dos al límite”, cuestionó en su momento.
Se podría haber logrado un acuerdo mejor. Como Ecuador: más rápido, mayor alivio de intereses, mayores plazos y quita de capital. Pero ya está: con acuerdo no alcanza; sin acuerdo no arranca. Ahora a ponerle todo el diálogo y toda la energía para salir de esta dolorosa recesión (Alfonso Prat-Gay)
Las críticas del ex ministro de Hacienda van a contramano de declaraciones de otros ex funcionarios de Cambiemos. El último presidente del Banco Central de la era Macri, Guido Sandleris, manifestó a través de la red social que “el anuncio de acuerdo para la restructuración de la deuda con los tres principales grupos de bonistas es una muy buena noticia”.
Por un lado, Sandleris ponderó que el “acuerdo es razonable y es necesario para que nuestro país avance en la construcción de consensos económicos, objetivo más difícil de lograr estando en default”, aunque “no modifica casi la cantidad total de deuda”, lo que a su entender “confirma lo que dijimos muchas veces, el tema nunca fue la cantidad de deuda sino la concentración de vencimientos en el corto plazo”.
En tanto, el ex ministro de Finanzas y ex presidente del Banco Central, Luis Caputo, quien también fue responsable de gran parte de las colocaciones de bonos en la gestión de Mauricio Macri, calificó de “gran acuerdo” la iniciativa oficial y le envió sus “felicitaciones al Presidente” Alberto Fernández, al ministro Martín Guzmán y “a todos los involucrados”.
Además, el último ministro de Economía de Macri, Hernán Lacunza, expresó que se trató de “un acuerdo ecuánime y razonable”, además de “necesario, porque la alternativa del default era caos y pobreza”
Lacunza agregó que la iniciativa para regularizar la deuda soberana es un “punto de partida, no de llegada. El futuro depende de la hoja de ruta. Sin dogmas, consensos”.
Incluso el e ex presidente Mauricio Macri, consultado por Infobae, aseguró desde Francia: “¡Finalmente se cerró! Defaultear jamás puede estar bien”, reflexionó brevemente sobre el final exitoso de las negociaciones con los acreedores.
Cabe recordar que el acuerdo alcanzado hoy con los bonistas –informado oficialmente por el Gobierno esta madrugada, a las 3 am– implica ciertos cambios económicos respecto de la última oferta presentada ante la comisión de valores de Estados Unidos (SEC) el 6 de julio.
En base a cálculos del mercado, la oferta en términos de valor presente de los nuevos bonos que se entregarán en el canje equivale a 54,8 dólares promedio por cada 100 dólares de deuda nominal.
En particular, con el nuevo esquema los bonos globales emitidos a partir del 2016 tienen un promedio de valor de recupero de 53,6 dólares, mientras que en los bonos de los canjes 2005 y 2010 se ubicarán en torno a 58,7 dólares por cada 100 dólares de deuda nominal.
Los cambios introducidos ahora por el Ministerio de Economía a la propuesta presentada el 6 de julio pasado, no implican un mayor desembolso en los pagos previstos, sino más bien una mejora el perfil de flujos de fondos de las acreencias de los bonistas, adelantando ciertos pagos de intereses y de capital.
De esta forma, la nueva propuesta mantiene la estructura general que contempla la emisión de 13 bonos en euros y dólares, con vencimientos entre 2028 y 2046, a los que se suman los títulos específicos con vencimiento en 2030 para el pago de intereses devengados.
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