Argentina e Israel: las lecciones para reducir en forma drástica la inflación y ampliar la cooperación pública-privada

A principios de la década del 80, Israel atravesó una situación muy similar a la de la Argentina, con un alto déficit fiscal, inflación cercana al 500% anual, salida de capitales y un fuerte endeudamiento del sector público. En 1985, mientras en estas tierras se implementaba el Plan Austral, en aquel pequeño país de Medio Oriente también comenzaba un fuerte programa de estabilización que ese año llevó la inflación al 20% y que desterró en poco tiempo tanto ese flagelo como otros factores que conspiraban contra la competitividad.

Ahora, como el resto del mundo, la economía israelí también sufre por la pandemia del coronavirus, pero tiene dos elementos que pueden resultar clave para la recuperación de la Argentina: el compromiso para mantener el gasto público bajo control y la fuerte colaboración entre el sector público y el privado para crear exitosas empresas en el sector tecnológico.

En este sentido, Ronen Krausz, Consejero Político y Encargado de Negocios de la Embajada de Israel en Argentina, dijo a Infobae que las relaciones bilaterales atraviesan un muy buen momento y que, seguramente, luego de dejar atrás la pandemia, habrá más inversores interesados en proyectos locales. Sin embargo, aclaró que es muy importante que el Gobierno resuelva el problema de la deuda en default.

“Las relaciones entre Israel y la Argentina en términos económicos continúan afianzándose y en permanente crecimiento. Nuestros países tienen economías complementarias. Argentina es un país con enormes recursos naturales, mientras que Israel desarrolla soluciones tecnológicas para mejorar la productividad y la calidad. Por eso que tenemos un gran desafío por delante”, destacó.

El diplomático destacó la importancia de la visita del presidente Alberto Fernández a Israel en enero pasado.

“La embajadora Galit Ronen lo acompañó todo el tiempo, y según nos comentó, al presidente le interesó todo lo que Israel tiene en el campo de alta tecnología. Actualmente estamos haciendo un seguimiento de las conversaciones que ahí surgieron, para que salgan oportunidades concretas”, explicó.

Además, recordó que el 25 de mayo pasado el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, se comunicó telefónicamente con el presidente para saludarlo por la fiesta patria y, entre otros temas, hablaron sobre avanzar con conversaciones para fortalecer las relaciones y vínculos comerciales, a través del Mercosur, para mejorar las relaciones entre la región e Israel.

En este sentido, subrayó que en 2018 Israel cambió su legislación interna “para facilitar el proceso de exportación de carne argentina, debido a que consideró el mercado de la carne argentina como un actor económico importante”. Mientras que antes solo se podía exportar carne congelada, el rango se amplió a la refrigerada.

Por esta razón, este año se esperan exportaciones de carne kosher de la Argentina a Israel por 300 millones de dólares.

“Es importante entender que el comercio y la inversión son parte de un proceso global de cooperación que permitió el fortalecimiento de las relaciones entre ambos países”, afirmó.

En particular, comentó: “dado que Israel se destaca en generar soluciones tecnológicas innovadoras para una gran cantidad de sectores, incluidos la salud, biotecnología, ciberseguridad, Fintech, energías renovables, tratamiento de agua y agro, en cada uno de estos sectores tenemos interés para cooperar con Argentina”.

En el caso particular del agro, subrayó: “desde hace bastante tiempo que hay empresas israelíes que aportan su tecnología en varias provincias argentinas para para el mejoramiento de la productividad a través del monitoreo y otras soluciones, tanto para la producción agrícola como ganadera”.

Uno de los ejemplos es la tecnología para el riego y, por esta razón, hubo numerosas delegaciones argentinas en Israel para conocer las soluciones en el manejo del agua la lucha contra la desertificación. “Argentina tiene zonas que se inundan y zonas con sequía; Israel tiene experiencia en hacer florecer cultivos en un desierto gracias a la tecnología. En eso podemos ayudar”, destacó.

En el sector de la salud, este mes se realizó la “Primera ronda de negocios virtual sobre Telemedicina entre Argentina e Israel”, organizada por la Embajada de Israel en Argentina, la Cámara de Comercio Argentino Israelí y el Instituto de Exportación y Cooperación Internacional de Israel, en la que se discutieron las necesidades para la adecuada atención de la emergencia del COVID-19.

De esta forma, se buscó facilitar la vinculación directa entre las instituciones locales del sector salud con los principales fabricantes de tecnologías médicas israelíes.

En el área de la tecnología, también destacó que la Bolsa de Comercio de Rosario y la Israel Innovation Authority lanzaron un llamado para que empresas israelíes presenten sus propuestas relacionadas con los temas FoodTech, AgriTech, FinTech, BioTech y Ciudad Inteligente.

Además de estos temas puntuales, el diplomático afirmó: “el gobierno israelí sigue con atención el desarrollo de la economía argentina que, más allá de las cuestiones coyunturales, cree que es “un socio para la cooperación en desarrollos tecnológicos para el agro, para la minería, gas y petróleo, y también en lo relativo a la llamada Industria 4.0 con soluciones para transformación digital de las industrias”.

Cómo fue el plan de estabilización

Si bien el diplomático aclaró que cada país tiene su propia dinámica e historia que complican las comparaciones, relató cuál fue la experiencia israelí de los 80 en la que pudo bajar fuertemente la inflación.

“En el caso de Israel, tuvimos una crisis enorme en los años 80, con 450% de inflación. Pero cuando salió, no volvió a tener crisis inflacionarias. Uno de los economistas que intervino en la elaboración del programa que sacó al país de este ciclo es un argentino, el profesor Manuel Trajtenberg”.

Aquel plan incluyó fuertes medidas para bajar de manera abrupta la inflación: se congelaron los precios de la mayoría de los productos y los salarios, se fijó un tipo de cambio rígido entre el shekel y el dólar, se recortó el gasto público en un 4% del PBI incluyendo salarios en el sector estatal, subsidios a distintos productos básicos y programas de bienestar social. Estas medidas se complementaron con la aprobación de leyes que llevaron a un cambio institucional de la política económica de Israel.

“El plan fue muy efectivo para bajar la inflación y lograr la estabilidad económica. Tal es así que, a 35 años de la implementación del programa, los desafíos de la economía israelí son totalmente opuestos a los que afrontábamos en los 80. La inflación hoy es muy baja (debajo del objetivo del 1 % anual), la moneda es muy fuerte y se apreció en un 25% en los últimos 15 años. Asimismo, el gasto público es de un 40% del PBI, uno de los más bajos entre todos los miembros de la Organización para Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE)”, detalló.

Al respecto, destacó que Israel le ofreció a la Argentina “aprender de nuestra experiencia y estamos listos para apoyar, ayudar, compartir y aprender juntos, cuando sea el momento”.

En particular, sobre la negociación de la deuda, dijo: “si la Argentina, tanto el Estado como el sector privado, vuelve a tener acceso al mercado de financiamiento internacional, sin duda esto permitirá que se concreten operaciones comerciales y hará más atractiva la llegada de inversiones desde Israel, como también de otros países del mundo”.

Otra experiencia para observar es la colaboración entre el sector público y privado de Israel para el lanzamiento de startups. En 1992 el gobierno israelí creó del programa Yozma (en hebreo “iniciativa”), que consistía en la creación de un esquema de fondos de capital público-privado que apostaba por aquellos startups a las que, en ese momento, les resultaba muy difícil acceder al capital de riesgo.

Yozma invirtió inicialmente en 200 startups gracias a este sistema, que proponía un aporte del 40 por ciento del capital por parte del Estado y daba la posibilidad a los privados de comprar la otra parte a un precio muy accesible pasados los primeros cinco años. “Esa iniciativa generó un efecto en cadena que atrajo a inversores de todo el mundo a quienes convencieron no solo de que era posible invertir en Israel, sino de que era un gran negocio” recordó.

De hecho, en la actualidad Israel se ubica como segundo país, detrás de China, en cantidad de empresas (70) que cotizan en el Nasdaq, sin contar obviamente a Estados Unidos. Y el 4,3 por ciento del PBI de Israel se destina a la investigación y desarrollo, ratio que lo ubica primero en el ranking elaborado por OCDE.

Sin embargo, aclaró que “la clave del éxito de Israel como país innovador está en su ecosistema, el cual está integrado el gobierno, la academia, las empresas multinacionales, el ejército y los inversores, y todos colaboran a crear las condiciones adecuadas para la creación de los startups”.

Krausz destacó que el incremento de los lazos bilaterales se desarrollará más allá de las tendencias comerciales que surjan tras la pandemia. “Estamos buscando constantemente estrechar los vínculos entre ambos países, y también en forma directa con las provincias. En estos últimos años hemos desarrollado experiencias de cooperación con las provincias de Tucumán, Mendoza, Santa Fe, Córdoba y San Juan”, detalló.

Al respecto, resaltó: “Israel tiene mucho interés en comprar carne kosher de Argentina, pero también de cooperar en soluciones de tecnología según las necesidades existentes y las que vayan surgiendo. Y por supuesto, el turismo también es un sector fuerte. Los israelíes aman venir a la Argentina”.

Todos estos proyectos no quitan que la propia economía israelí esté atravesando también por un momento muy duro: el desempleo, que en febrero alcanzó un mínimo de 3,3%, ahora llega al 21%, equivalente a más de 850.000 personas, lo que generó manifestaciones masivas en favor de más apoyo económico.

“El Estado ya implementó una paga única a todos los ciudadanos para aliviar el momento que pasan sus ciudadanos, esperando una reactivación de la economía a medida que se vaya normalizando la situación actual”, aclaró.

En suma, el diplomático hizo un balance positivo de su función como consejero de la embajada en la Argentina durante tres años, que dejará pronto, luego de acompañar a los embajadores Ilan Sztulman y ahora a Galit Ronen.

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