Grupos de acreedores de la Argentina tomaron contacto con varias organizaciónes internacionales en busca de apoyo para cambiar las reglas de sus títulos extranjeros, según fuentes familiarizadas con el tema
El Fondo Monetario Internacional (FMI), el departamento del Tesoro, la Asociación Internacional de Mercados de Capital (ICMA, según sus siglas en inglés) y el Instituto de Finanzas Internacionales son algunas de las organizaciones que fueron informalmente contactadas por los bonistas, dijeron las fuentes, que pidieron no ser identificadas.
Si bien estos grupos no tienen ninguna injerencia en la letra de los contratos, la idea es que si los compran le daría al ministro Martín Guzmán cobertura política para aceptar los cambios, que fortalecerían los derechos de los derechos de los acreedores cerrando los resquicios legales para los bonos argentinos emitidos a partir de 2016. El cambio de estos “indentures”, como se denomina en inglés a las cláusulas legales de los títulos, es un aspecto clave en la parte final de las negociaciones entre el gobierno argentino y los principales acreedores, incluyendo a BlackRock Inc, Ashmore Plc y Fidelity Management & Research Co.
Así no
Las actuales “Cláusulas de Acción Colectiva” están escritas en un modo por el cual la Argentina puede forzar una restructuración sin un acuerdo amplio de sus acreedores mediante las estrategias de “redesignación” y “Pac-man”.
Los inversores quieren hacer más difícil para la Argentina la aplicación de esas tácticas, que se aprovechan de cómo están estructuradas las “Cláusulas de Acción Colectiva”. Guzmán dijo en un evento el jueves que el país podría adoptar esos cambios si tienen el apoyo de la comunidad internacional. Una vocera del Tesoro de EEUU, la oficina de prensa del FMI y un funcionario del Instituto de Finanzas Internacionales declinaron hacer comentarios al respecto. Una vocera de la Asociación Internacional de Mercados de Capital (ICMA) no respondió a preguntas y la oficina de prensa de Economía de la Argentina también declinó hacer comentarios.
Argentina y sus principales acreedores están entrando en las fases finales de conversaciones que llevaron varios meses para restructurar USD 65.000 millones en títulos de deuda, que el gobierno dijo que no podía pagar incluso antes de que el coronavirus golpeara su menguante economía. La brecha entre las posiciones de las partes negociadoras es de dolo 3 centavos de dólar (por dólar de deuda a restructurar) calculadas a “Valor Presente Neto”, según analistas de los bancos Goldman Sachs y Morgan Stanley.
La última oferta del gobierno expira el 4 de agosto, a menos que sea extendida.
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