Las fintech presentaron ante las autoridades del Banco Central el borrador de un “código de buenas prácticas” para su actividad, en particular vinculada a los préstamos online, con el objeto de transformarlo en un primer paso para establecer nuevas pautas de funcionamiento. El sector parece haber acusado el golpe del informe emitido por el Banco Central el pasado 10 de junio, en el que la autoridad monetaria relevó las tasas cobradas por 46 fintech, muchas de ellas muy elevadas, y declaró que “sigue con atención su desempeño”.
Desde las fintech especializadas en crédito al consumo hablan de “levantar la vara”. Saben que en su mercado existen “sellos de goma virtuales” que prestan dinero a tasas siderales y cometen abusos. La idea de establecer “buenas prácticas”, formalizada a través de la Cámara Argentina de Fintech, tiene como motor distinguirse de esas webs poco confiables. Destacan que las empresas del sector que integran la Cámara están constituidas formalmente, que cumplen con sus impuestos y que están en condiciones de afrontar sin problemas ciertas reglas para que su funcionamiento tenga mayor transparencia.
Por supuesto, también enfatizan su argumento central para enfrentar las críticas: se ocupan de una clientela de la que nadie quiere ocuparse. Las fintech dan préstamos a un segmento de la población que no recurre a la banca tradicional, ya sea porque están inhabilitados o porque a los bancos no les interesa tenerlos como clientes. “Si no les damos un préstamo nosotros, no tienen opciones: Tienen que ir al circuito ilegal, porque los bancos no los atienden”, explican en una de las empresas.
Destacan que ese segmento tiene un nivel de morosidad superior al del cliente bancario. En general, el “crédito urgente” consiste en prestar un monto bajo, para el consumo o para tapar una urgencia, por un plazo corto, a tasas altas y, por sobre todo, sin pedir antecedentes crediticios. La agilidad de la tecnología permite tener el préstamo depositado en una cuenta tras unos pocos clicks en el celular. En el informe del BCRA había empresas consolidadas y otras desconocidas.
El documento de la Cámara Argentina de Fintech conversado con las autoridades del BCRA ya fue presentado en una primera reunión, que ambas partes consideraron positiva, según pudo saber Infobae. Esa primera aproximación deberá tener un segundo paso más complejo en el que muchas de esas “buenas prácticas” tal vez se transformen en normativa y obliguen a las fintech a moverse dentro de determinados límites. Entre otras cosas, para dejar fuera de juego a quienes cometen abusos. Algunos hablan de un “sello de calidad”.
En febrero, mucho antes de su lapidario informe, el BCRA ya había impactado a las fintech eliminando la posibilidad del “débito directo” para cobrar las cuotas de préstamos. Esto apuntó a frenar algunas prácticas abusivas del “crédito urgente”, a la hora de debitar a usuarios atrasados en sus pagos.
En concreto, el “código de buenas prácticas” tendría su principal efecto práctico en cómo cobrarle a los morosos y cómo reemplazar el débito automático que el BCRA les negó en febrero. Las fintech proponen que existan parámetros para el débito de las cuotas. Las posibilidades serían, por ejemplo, que esos débitos tengan un límite de dinero mensual o que haya una determinada cantidad de “intentos” de cobranza al mes, para evitar malas prácticas.
También se abordan otras cuestiones, tales como el resguardo de su información personal y los mecanismos necesarios para resolver conflictos entre una fintech y sus usuarios. A la vez, propusieron que el sector implemente parámetros de “endeudamiento responsable” para evitar el ahogo financiero de los tomadores de préstamos.
Otro aspecto en el que aceptarían pautas es en el modo de informar la tasa de interés y el costo financiero total al cliente, algo que en el caso de los bancos está puntillosamente regulado por el BCRA para todo tipo de préstamos. Muchas fintech utilizan una calculadora en la que rápidamente puede establecerse cuántas cuotas se van a pagar y de qué monto. Esa claridad, aseguran, es lo mejor para que el cliente pueda saber si el préstamo le conviene o no.
El acercamiento entre las empresas y el Banco Central para acordar condiciones de otorgamiento para el “crédito urgente” llega en paralelo a otro punto fuerte de esa relación, vinculada al otro gran negocio del heterogéneo mundo fintech: los medios de pago. El BCRA le presentó a las fintech un proyecto denominado “Transferencias 3.0″, tal como adelantó Infobae el lunes, destinado a modificar el sistema de pagos vigente y expandir las transferencias electrónicas. El plan incluye la interacción de las transferencias con otros mecanismos, como los pagos con código QR, las tarjetas de débito y de crédito y otros sistemas más novedosos, como el pago asociado a un DNI o a un celular. La Cámara Argentina de Fintech había propuesto al BCRA un plan de pagos con código QR interoperable, en el que un único sistema integre a las cuentas de los bancos y las fintech. La respuesta del BCRA fue el proyecto “Transferencias 3.0″.
El plan del Banco Central, que aún requiere etapas de análisis dentro y fuera de la entidad, fija comisiones máximas y establece un “tramo gratuito” para que los comercios que facturan hasta $400.000 por mes puedan aceptar pagos electrónicos sin costo alguno. En el mercado observaron que el principal perjudicado por esa decisión sería Mercado Libre. Durante los últimos años, la empresa fundada por Marcos Galperín armó a través de su servicio Mercado Pago una red de más de 700.000 comercios que acepta pagos con tarjeta gracias a sus servicios. En su mayoría, se trata de pequeños comerciantes y cuentapropistas que salieron del “solo efectivo”. Si el plan avanzara, Mercado Libre no podría cobrar por esa prestación.
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