La posibilidad de que China invierta en granjas para la cría de cerdos y producción de carne porcina en la Argentina para el consumo del gigante asiático, disparó una polémica que tuvo resonancia en la opinión pública y que incluso impulsó una campaña en rechazo al potencial proyecto por parte de periodistas, escritores, científicos, artistas y organizaciones argumentando los posibles riesgos ambientales, sanitarios y de bienestar animal que conllevaría.
Sin embargo, y ante tamaña polvareda se vuelve necesario recorrer la postura de sus detractores y del sector productor, pero sobre todo, de qué se trata el proyecto, sus probabilidades fehacientes de ejecución y cuáles son las negociaciones y el interés por parte del Gobierno argentino al respecto.
¿Por qué China está ávida de hacerse de carne porcina y, entre ellas, de la Argentina? China es el principal productor de cerdos del mundo, como así también, el principal consumidor. Hacia 2018 se estimaba un plantel de cerdos cercano a las 500 millones de cabezas y un consumo anual de 55 millones de toneladas. Sin embargo, a finales de 2018 estalló en sus granjas una epidemia de Gripe Porcina Africana, una enfermedad mortal para el animal, muy contagiosa y sin cura. Este brote hizo que la cantidad de cerdos en ese país descendiera entre un 30% y un 40%, ya sea por la mortandad ocasionada por el virus, como por los sacrificios para frenar su propagación.
A partir de esto, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) estimó que el faltante de carne de cerdo ocasionada por esta enfermedad es de 18 millones de toneladas, con una producción local de cerdo actualmente calculada en 36 millones de toneladas. Este marcado déficit hizo que el gobierno chino instara al sector a invertir en otros países para producir carne de cerdo y así poder abastecerse. Ahí entra la Argentina.
Biogénesis Bagó, una empresa de sanidad animal con negocios en China, fue uno de los primeros que habló sobre una posible fuerte inversión desde ese país. Así, a principios de año se mencionó el supuesto interés del país asiático en desembolsar 27.000 millones de dólares en los próximos 4 a 8 años en Argentina para la producción de cerdos. Estimaron que eso generaría 20.000 millones de dólares anuales en exportaciones, compradas por ese país, y pasar de una producción de 6 a 100 millones de cerdos en un período de 5 a 8 años. Estas cifras son descartadas por especialistas en el sector y de concretarse las inversiones serían bastante menores, pero de todas maneras contundentes.
El Gobierno
El Gobierno argentino dio sus primeras pistas sobre el tema en cuanto a las negociaciones con China, aunque aún nunca se habló públicamente de montos. El 6 de julio, el canciller Felipe Solá mantuvo una reunión virtual con el ministro de Comercio chino, Zhong Shan, donde se tocó el tema.
A través de un comunicado, Solá manifestó que “fue bien recibido por el ministro Shan el avance en un proyecto, ya conversado entre el gobierno argentino y el Ministerio de Agricultura de China, sobre producción de carne porcina de inversión mixta entre las empresas chinas y las argentinas. La Argentina podría producir 900.000 de toneladas de carne porcina de alta calidad y le daría a China absoluta seguridad de abastecimiento durante muchos años. Ya llegaron a un acuerdo sobre este proyecto la Asociación China para la Promoción Industrial y la Asociación Argentina de Productores Porcinos (AAPP)”.
Según datos oficiales, Argentina tiene unas 950.000 cerdas. De ese total cerca de 350 mil están en unidades productivas con finalidad comercial. El desarrollo de la cadena de Valor porcina mediante inversiones conjuntas entre empresarios Argentinos y Chinos con vistas a proveer (exportar) al mercado chino preve adicionar 300 mil madres en un periodo de 4 años; 60 mil el primer año y 80 mil los tres años posteriores. “Esta progresión minimiza el riesgo sanitario en virtud de estar basada en el desarrollo de unidades (nucleos) genéticas locales”, explicaron.
Más allá de esa cifra, todavía no se conoce de manera oficial los detalles del proyecto y cuánta plata significaría en inversiones para Argentina. No obstante, el Secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Jorge Neme, dio algunas señales al respecto.
“Estamos conversando con las autoridades chinas el modelo de memorandum de entendimiento que es un marco para las inversiones. El Ministerio de Agricultura chino lo está considerando. Estamos esperando las respuestas. Pensamos que faltan una serie de conversaciones porque pusimos algunas condiciones”, marcó Neme en diálogo con Radio Colonia.
Al respecto, sostuvo que “aquí hay una oportunidad de negocios. Un país que demanda proteínas animales y nosotros tenemos una enorme capacidad productiva de la base de esa producción animal que es el maíz en el interior del país, en Chaco, Formosa, Salta, donde perfectamente podemos transformar ese maíz que está lejos del puerto en carnes” y agregó que “estamos hablando de una producción que tendría frigoríficos, biodigestores, estamos hablando de tecnología de punta que tiene que ver con hacer las cosas bien”.
Por otro lado, Neme remarcó la necesidad de que los inversores chinos se asocien con los locales: “Nosotros planteamos, así como cuando va un empresario argentino a China y te indican que tenés que tener un socio chino, nosotros estamos planteando que tienen que haber socios, productores y cooperativas argentinas”.
Las posibilidades
El especialista, consultor y ex presidente de la AAPP, Juan Uccelli, descarta que la magnitud de las inversiones sean las anunciadas desde el sector privado, sino que las mismas deberán ajustarse a las posibilidades de crecimiento del sector.
Según Uccelli “hay que partir de una realidad que es la disponibilidad de cerdas madres para abastecer un crecimiento, por lo menos los dos primeros años y que arroja una cifra de 60.000 madres por año”, las cuales se dividirían en cuatro módulos productivos diferentes los cuales contarían con “la planta de alimentos para los animales y el frigorífico para la faena y desposte”.
Con 60.000 madres más por año de la mano de la inversión china, Argentina, teniendo en cuenta el crecimiento por sí sola de su plantel de cerdos alcanzaría las 540.000 madres que sumado a las incorporadas por las inversiones, totalizarían en 780.000 para 2026 y la producción de carne en 1.720.000 toneladas (1 millón más 720.000 toneladas producto de la inversión china). Para esto se requeriría una inversión de 600 millones de dólares.
El rechazo
La potencial inversión disparó una campaña, entre muchas que aparecieron en los últimos días, en rechazo del proyecto y que impulsó un documento titulado “No queremos transformarnos en una factoría de cerdos para China, ni en una fábrica de nuevas pandemias”. La campaña cuenta con la firma de periodistas, escritores, artistas, científicos, intelectuales y organizaciones, entre otros.
El documento asegura que “en los criaderos industriales, los animales son sometidos a aplicaciones de una cantidad de antibióticos y antivirales para prevenir las enfermedades y engordarlos rápidamente. Por ende, estos centros industriales se convierten en un caldo de cultivo de virus y bacterias resistentes. Una vez que un microorganismo muta, se fortalece y puede provocar nuevas infecciones con daños incalculables. Como consecuencia, hay que tomar medidas como el confinamiento de una gran parte de la población mundial o la matanza de miles de millones de animales”.
Asimismo, explica que “no podemos aceptar que, en nombre de la reactivación económica o en el altar de las exportaciones, la Argentina se convierta en una factoría de cerdos para China (o para quien sea). Los criaderos industriales de animales ilustran un modelo agroindustrial cruel e insustentable que no solamente genera focos de contaminación en el plano local y regional sino también se convierten en incubadoras de nuevos virus altamente contagiosos y, por ende, en fábricas de nuevas pandemias”, entre otros argumentos.
La mirada del sector
Sin embargo, para Uccelli estos argumentos no son fehacientes. Según indicó el especialista, de concretarse las inversiones “estaríamos cambiando el granero del mundo por góndola, de 250 dólares de promedio de exportación en granos a 2.600 dólares por vender carne de cerdo. Trabajo para argentinos y para los profesionales argentinos”.
En cuanto a los recursos para alimentar a los cerdos, Uccelli sostuvo que “Argentina consume el 3% del maíz y el 1% de la soja que produce. Cuando hagamos esto vamos a duplicarlo. No hay que hacer ninguna deforestación, sino que le vamos a dar valor agregado y transformarlo en carne acá”.
“En cuanto a lo de los antibióticos por las enfermedades es mentira. Nosotros no usamos antibióticos, salvo casos particulares, porque no es negocio curar cerdos, el negocio es que no se enfermen, por eso manejamos la bioseguridad de las granjas y no entra nadie. Ese es el punto”.
Y con respecto al bienestar animal, Uccelli indicó que “es imprescindible para la producción lógica y sustentable del negocio. No puedo producir si no aplico las normas de bienestar animal. No puedo acinar animales para que no lleguen al comedero o que no puedan comer. No sirve. El animal así no engorda”.
Campaña
En medio de toda esta polémica se lanzó una campaña desde change. org, bajo el lema “No a las Granjas”, donde mediante una petición se juntan firmas para rechazar el interés de las empresas chinas de invertir en la Argentina.
“El objetivo de las empresas chinas, es evitar que futuras epidemias o pandemias nazcan nuevamente en sus tierras, instalarse en otros países y abastecer su mercado de carne de cerdo, la que más consumen, sin tener que producirla ellos”, manifestaron desde la organización de la movida.
Y agregaron: “China le ofrece a Argentina pagar 27 mil millones de dólares, a cambio de crear granjas industriales de cerdos para abastecer su mercado. Argentina usaría ese dinero para pagar la deuda externa. Esto no estaría beneficiando a la sociedad argentina. No le provee buenos alimentos, ni una mejor calidad de vida y los expone a nuevas crisis de salud. Algunas pocas industrias se verían beneficiadas por esto, las cerealeras, los empresarios rurales y los laboratorios que venden estos remedios”.
Por otro lado, recordaron: “En China están sufriendo brotes de Peste Porcina Africana que surgió entre el 2018 y 2019 (PPA), la misma está arruinando los medios de vida de muchos pequeños granjeros y sacrificando la vida de aproximadamente 400 millones de cerdos, que han decidido enterrar vivos. Los encubrimientos de China han permitido la propagación del ganado hoy amenazando a los criadores de cerdo de todo el mundo. Desde el brote en China, la peste porcina africana a estallado en 10 países de Asia”.
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