Renta básica universal: el Gobierno avanza en las características del sistema que sustituirá al Ingreso Familiar de Emergencia

Se estima que tendrá un piso de 4 millones de beneficiarios. Trabajan en conjunto los ministerios de Economía, Desarrollo, Trabajo y la Anses. La opinión de los economistas

Cola de beneficiarios en un banco de Caballito, durante la cuarentena (Nicolás Stulberg)

El Gobierno ya está analizando distintas alternativas para implementar un programa de renta básica o ingreso básico universal luego de la cuarentena. La idea es que reemplace al Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), el programa que ofrece un bono de $10.000 a trabajadores informales, monotributistas sociales y empleadas domésticas, y que en agosto iniciará su tercera ronda de pago.

En las alternativas para implementar el programa están trabajando la Jefatura de Gabinete, tres ministerios -Economía, Desarrollo Social y Trabajo- y la Anses que por su capilaridad será la encargada de llegar a los futuros beneficiarios. Hasta ahora, en lo que coinciden es que el beneficio reemplazará al pago del IFE, pero no a otras prestaciones como la Asignación Universal por Hijo (AUH) o embarazo, que se mantendrán como hasta ahora.

Hasta ahora en lo que coinciden los organismos que analizan el cambio es que se reemplazará al pago del IFE, pero no abarcará a otras prestaciones como la Asignación Universal por Hijo (AUH) o embarazo

“Se está pensando en un beneficio para personas en mayor estado de vulnerabilidad luego de la cuarentena. El IFE dejó un mapa claro de la situación”, comentaron fuentes cercanas al Gobierno. En ese mapa, por ejemplo, quedó en evidencia que 4 millones de personas nunca habían tenido un trabajo en blanco o una cuenta bancaria. Ese número sería el piso de beneficiarios a los que está pensando llegar el Gobierno con la renta o el ingreso universal.

Una de las opciones más avanzadas es que el programa estará también orientado hacia el empleo. Por ejemplo, una de las posibilidades en estudio es que las personas que lo reciban tengan además un proceso de capacitación y de inserción laboral en el sector privado. Por ejemplo, que las empresas puedan emplear a los beneficiarios, en una primera instancia, con fondos del Estado.

Se analiza que el programa tenga alguna forma de inserción laboral para los beneficiarios (EFE)

Otro aspecto importante en el que se trabaja es que no haya intermediarios entre el Estado y los beneficiarios. “Que el registro y el criterio de elección esté en manos del Estado y no de organizaciones intermedias”, destacaron los informantes.

“En el mundo ya hay un debate sobre el ingreso universal, a la luz de la inequidad y de las vulnerabilidades desnudadas por la pandemia. Más aún en países en desarrollo, donde el 50% de los trabajadores son precarios con ingresos inestables que caen a pique en las crisis. Pero no hay que confundir los términos: pocos países en desarrollo tienen los recursos fiscales para un ingreso universal”, señaló el economista Eduardo Levy Yeyati, decano de la Escuela de Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella.

Pocos países en desarrollo tienen los recursos fiscales para un ingreso universal (Eduardo Levy Yeyati)

“Lo que hoy se discute son extensiones de los programas existentes, como la AUH para menores o la PUAM para adultos mayores o el reciente IFE. En este sentido, las propuestas apuntan a un piso de ingreso para eliminar la pobreza extrema y el hambre, más que a una renta universal para la que deberíamos ver primero un fuerte crecimiento del ingreso per cápita y una recomposición de las cuentas públicas”, agregó.

Aunque aun no hay precisiones sobre la implementación, podría considerarse como un ingreso mínimo universal a una transferencia equivalente a la línea de indigencia, no por hogares como el IFE, sino por persona, a los mayores de 18 años que no perciban ingresos. En ese caso, cada beneficiario debería tener una cuenta bancaria gratuita.

El Gobierno busca que todos los pagos sean bancarizados, como se hizo con el IFE (Foto NA: JUAN VARGAS)

Antecedentes internacionales y limitaciones

Sin embargo, Levy Yeyati alertó sobre las dificultades que suelen tener los programas de inserción laboral. “Hoy los programas sociales ya piden esa contraprestación laboral, que suele reducirse al filtro de las organizaciones sociales, sin creación genuina de trabajo. Es ingenuo pensar que los beneficiarios de estos programas conseguirán un empleo en relación de dependencia: la Argentina, como muchos países en desarrollo, no crea suficientes empleos ni siquiera para su clase media formada, por eso los únicos trabajos que crecen son los precarios, independientes o informales”.

“Pedir una contraprestación laboral suena bien pero en la práctica es una invitación a inventar trabajos ficticios y solo fortalece el rol de los intermediarios. Tiene más sentido que el programa sea universal, es decir, no condicionado, acompañado de un programa serio de formación y certificación laboral”, opinó Levy Yeyati.

Tiene más sentido que el programa sea universal, es decir, no condicionado, acompañado de un programa serio de formación y certificación laboral

La financiación del programa, en tiempos de aumento del gasto público, será una de las claves. “Esos programas requieren aumento de gasto permanente, no de única vez. Por lo tanto hay que saber que, a menos que reemplaces otros programas, el gasto total aumentará. La Argentina tiene déficit crónico que no puede financiar”, advirtió Juan Luis Bour, director de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL).

A nivel global, hubo varios intentos en Europa de implementación programas de renta básica. En Finlandia, entre 2017 y 2018, estuvo dirigido a desempleados a los que se les dio 560 euros, pero no fue continuado. En Barcelona, en 2018, hubo un proyecto (B-Mincome) para familias de barrios pobres. Y en Suiza se realizó un referéndum para ver si la población estaba de acuerdo, pero fue rechazado. Ahora, con la crisis pospandemia, el tema se vuelve a debatir.

Los países avanzados llegan a pensar en un ingreso universal porque todo el mundo genera ingreso y la mayoría altos ingresos. La Argentina es un país muy empobrecido

“En la Argentina se podría hacer un ingreso universal reemplazando a todo el gasto asistencial que está muy superpuesto y desordenado, con repartos de dinero del Misterio de Desarrollo Social hacia las organizaciones sociales. Se puede llegar a pensar en unificar todo el gasto asistencial en una renta universal, pero no sería una solución a la pobreza“, detalló Jorge Colina, de Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa).

“Los países avanzados llegan a pensar en un ingreso universal porque todo el mundo genera ingreso y la mayoría altos ingresos. La Argentina es un país muy empobrecido, donde la gran mayoría es pobre. Es muy inconsistente en la Argentina”, agregó Colina.

Seguí leyendo:

Más Noticias

A cuánto podría llegar el dólar a principios de 2025, según el mercado y el plan de Milei

Un relevamiento del Banco Central refleja las expectativas de los analistas para los próximos meses, con un foco en el tipo de cambio y la inflación. Las consultoras realizaron ajustes en sus proyecciones para los primeros meses del año que viene

La acción de YPF subió hasta 16% en el premarket de Wall Street tras presentar un balance positivo

La compañía energética YPF registró un incremento significativo en su rentabilidad gracias al aumento en la producción de hidrocarburos y mayores ventas de gas. Esto se reflejó en un fuerte repunte en la cotización de sus acciones en la Bolsa de Nueva York

Un experto explicó 7 claves del nuevo sistema para que cuentapropistas contraten trabajadores

El nuevo padrón PADIC, anunciado por la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), busca formalizar la contratación de colaboradores para trabajadores independientes. Este sistema, implementado mediante la Resolución General 5599/2024, permite a los cuentapropistas registrar hasta tres colaboradores sin establecer una relación de dependencia

El “voto supermercado” en las elecciones de EEUU preocupa también en Argentina

Hasta el 49,10% de un paquete de fideos son impuestos y las familias más necesitadas destinan hasta el 90% de sus ingresos al consumo de productos básicos esenciales; así surge la urgencia de bajar los impuestos de la canasta básica, y esto es posible si la política hace su trabajo

El precio de los bonos como indicador de una política de estado

Los precios de los bonos no sólo miden la solidez financiera actual, sino también la reputación fiscal y crediticia de una administración nacional o provincial