En la otra orilla del Río de la Plata aseguran que en los últimos meses aumentó el número de consultas de productores agropecuarios argentinos para invertir en campos uruguayos. Pero a diferencia de otros momentos, ahora no hay solamente proyectos de desarrollar un negocio, sino también de radicarse y empezar una nueva vida en el vecino país.
Todo empezó en agosto del año pasado, cuando Alberto Fernández consiguió un rotundo triunfo en las elecciones primarias, que fue para el ex presidente Mauricio Macri imposible de revertir dos meses después, y permitió que la fórmula presidencial del Frente de Todos ganara los comicios de octubre. A partir de ese momento, los índices de confianza de los productores argentinos sobre la proyección de su actividad para el mediano y largo plazo, comenzaron a derrumbarse y lo mismo continúa sucediendo en la actualidad, en especial después del intento del gobierno nacional de intervenir y expropiar la empresa Vicentin.
En el mundo agropecuario está muy fresco todavía el recuerdo de la política que desplegó el kirchnerismo hacia el campo. A partir de 2006, con el cierre de las exportaciones de carne vacuna. Y luego, ya en la etapa más álgida, con la confrontación que generó la Resolución 125, de “retenciones móviles a la exportación” de los cuatro principales cultivos de la Argentina, en 2008. La derrota política de Cristina Fernández en ese enfrentamiento derivó en mayores restricciones a la comercialización de la producción y más intervención en los mercados, como sucedió con el trigo y el maíz. En ese momento, desde el gobierno decían que el objetivo era cuidar “la mesa de los argentinos”, algo que no sucedió porque la brecha entre el bajo precio que cobró el productor y los altos valores que pagó el consumidor por los alimentos, no benefició a ninguno de esos sectores.
Ahora, un empujón adicional para el aumento de consultas argentinas en Uruguay fue la cuarentena estricta que nuestro país lleva adelante para prevenir el coronavirus, y la aparición semanas atrás en los medios nacionales del presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, con definiciones concretas y un contundente mensaje sobre las posibilidades que ofrece su país a los inversores extranjeros; seguridad jurídica y reglas de juego claras y mantenidas en el tiempo, para que los negocios sean exitosos. También influyó el aumento de casos de inseguridad rural, especialmente a través de la rotura de silobolsas.
Lo concreto es que en el vecino país, diferentes analistas que dialogaron con Infobae coincidieron en que aumentaron las consultas de productores y empresarios agropecuarios argentinos interesados en invertir en inmuebles rurales de Uruguay. Si bien la cantidad no se ha podido cuantificar todos hablan de un número mayor a otras oportunidades y con una clara diferencia: años atrás el interés era instalarse para producir la tierra, y ahora no solamente es eso, sino también para tramitar la residencia.
Desde hace unos meses que Lacalle Pou propone mejorar las condiciones jurídicas y económicas para atraer capitales extranjeros. Por eso muchos integrantes de la producción agropecuaria nacional tienen la intención de sacar su capital de la Argentina y comprar campos en el vecino país para destinarlo a rentas y luego alquilarlos.
En base a los datos aportados por diferentes especialistas, que son aproximados, reflejan que actualmente en Uruguay hay unas 16.500.000 hectáreas destinadas a la producción agropecuaria, de las cuales el 30% se encontrarían en manos de extranjeros, y ahí los argentinos tendrían una participación del 5% con casi 1.000.000 de hectáreas.
La presencia de argentinos en Uruguay no es de ahora. Muchos recuerdan como a partir del año 2002 y de la mano de las mejores tecnologías que llevaron desde nuestro país los productores y empresas del agro, la producción de soja en Uruguay aumentó en cantidad de hectáreas sembradas, llegando a 1.600.000 hectáreas y actualmente se mantiene muy cerca de dichos niveles. En aquel momento los valores de los campos uruguayos eran muy bajos y con altos precios de la soja. Luego el panorama se revirtió, y los argentinos se alejaron; el negocio ya no era conveniente.
La opinión de los especialistas
Eduardo Blasina, es consultor en Uruguay y trabaja en el negocio agropecuario desde hace años. “Si bien no hemos podido cuantificar hasta el momento la cantidad de llamados desde la Argentina, hay que decir que son muchas las consultas que hemos recibido para la agricultura, ganadería y lechería. Las mismas van desde condiciones para hacer negocios y hasta para radicarse en nuestro país, porque observan que acá hay mejores condiciones para trabajar e invertir, a través de seguridad jurídica, beneficios fiscales y con un gobierno que tiene al campo de aliado”, comentó a este medio.
Guillermo Binello es argentino, Ingeniero Agrónomo y desde hace 12 años está instalado en Montevideo con una consultora que asesora en proyectos de inversión en el agro y además trabaja en la venta y alquiler de campos. En diálogo con Infobae, dijo: “Yo en lo particular ya he recibido entre 10 y 15 consultas concretas de argentinos para invertir en Uruguay, de las cuales ya cerré algunas operaciones. Hay más consultas que negocios cerrados. Acá se habla de que el mercado se empieza a calentar porque se viene la ola argentina y eso seguramente va a impactar en los precios de la tierra”.
Y agregó: “Lo que ofrece Uruguay a diferencia de la Argentina es seguridad jurídica, estabilidad, no hay retenciones a las exportaciones agropecuarias, no existen las restricciones cambiarias, hay menor presión impositiva, reglas de juego que se mantienen en el tiempo y que benefician a las inversiones, y es libre el uso de monedas extranjeras, entre otros beneficios”.
Uruguay, a diferencia de la Argentina, ofrece seguridad jurídica, estabilidad, no hay retenciones a las exportaciones del agro ni restricciones cambiarias, le presión impositiva es más baja, hay reglas de juego que se mantienen en el tiempo y es libre el uso de monedas extranjeras
Por su parte, Davy Dufour que desarrolla su emprendimiento de Agronegocios en la ciudad de Dolores, en el Departamento de Soriano, con el foco puesto en la agricultura, señaló: “A nosotros en particular las consultas que recibimos de argentinos son para desarrollar el negocio ganadero, como así también para la producción mixta, es decir agricultura y ganadería. Nos preguntan mucho sobre las condiciones a invertir y los precios de los campos. Y una novedad es que también preguntan sobre inmuebles en zonas urbanas, que se pueden destinar como vivienda particular o como sede de una futura empresa”.
El consultor sostuvo además que actualmente el precio de la hectárea en Uruguay, especialmente en Soriano, donde se encuentran las mejores tierras productivas, en promedio es de entre 7.000 y 8.000 dólares. En los campos marginales el precio va de 4.000 a 5.000 dólares y para la actividad forestal la hectárea ronda los 2.000 a 3.000 dólares.
Sobre el desarrollo que ha tenido la ganadería en los últimos años en Uruguay, Dufour dijo: “Actualmente es muy importante el engorde a corral. El encierro de la hacienda dura unos 120 días y con una alimentación a granos. El negocio exportador de esa carne es a través de la Cuota 481, que venía muy bien hasta que llegó la pandemia. Además, en el negocio de la exportación de carne vacuna en general Uruguay está caro, y hay países como Australia, Brasil y la Argentina que se encuentran en mejores condiciones para negociar con China, que es el principal comprador. Uruguay, a nivel mundial, se destaca por la trazabilidad que ha implementado y permitió mejorar sus niveles de calidad de carne”.
En relación a lo planteado por Dufour sobre las consultas que recibieron desde nuestro país, Blasina comentó: “Estamos observando que hay muchos argentinos que tienen intenciones de venir a trabajar y a radicarse en zonas como Montevideo o Punta del Este. Ya es una situación que excede a las consultas vinculadas con lo estrictamente agropecuario, porque se expresa claramente el proyecto de empezar una nueva vida en Uruguay”.
Por último, Dufour también se preguntó si el movimiento de consultas se reflejará en negocios reales cuando Uruguay decida la apertura de la frontera una vez que finalice la pandemia del coronavirus: “Si logramos concretar entre un 10 y 15% de las consultas de argentinos que recibimos hasta el momento, seguramente será muy beneficioso para todos”.
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