Analistas y bancos de inversión de Wall Street se muestran sumamente optimistas en las últimas horas sobre un acuerdo “inminente” por la deuda entre el Gobierno argentino y los acreedores. Las diferencias son mínimas y prácticamente todos los informes que recibieron inversores en los últimos días marcan una gran confianza sobre una resolución favorable. Pero lo más relevante es que ahora se proyecta un fuerte rebote de la deuda argentina una vez que se entreguen los nuevos bonos, algo previsto para el 4 de septiembre.
Un informe para clientes preparado por Alberto Bernal, de XP Securities –una compañía de inversiones con base en Nueva York-, resalta que el escenario en el que quedará posicionada la Argentina una vez completada la reestructuración será óptimo. Y lo justifica de la siguiente manera: “El cupón promedio de la deuda argentina será de 3,6%, que es igual al de Chile, que es un país investment grade”.
Pero la gran incógnita es a cuánto cotizará la nueva deuda. Se trata de un tema muy relevante para aquellos que deben tomar la decisión de aceptar o no el canje de deuda que propone el Gobierno. El actual precio de los títulos arroja un rendimiento del 12% anual en dólares. Pero los cálculos que hace el mercado para valuar la oferta del canje es en realidad del 10%, lo que arroja un precio de U$S 53 para la propuesta argentina, mientras que los acreedores piden U$S 56. Se trata de una distancia menor y que representa pagos por unos USD 2.000 millones adicionales distribuidos en más de veinte años.
Si la deuda argentina pasa a rendir por debajo del 10% anual en dólares, los bonos pasarían a cotizar por encima de U$S 60. Pero esto será posible sobre todo si la adhesión al canje es muy masiva y quedan pocos inversores fuera de la transacción. Pero no es el principal escenario en estos momentos
Un reporte de Morgan Stanley a clientes apuntó en la misma dirección. “Creemos que el Gobierno argentino evitará un default caótico y no tendría sentido que las negociaciones no tengan un resultado favorable llegado a este punto”. Además, realiza un cálculo de cuánto le costaría al Gobierno aceptar la oferta conjunta de los tres grupos de acreedores. Representaría pagos adicionales de USD 500 millones en 2022 y 2023, y otros U$S 1.000 millones por año en 2026 y 2027. En total serían alrededor de USD 3.000 millones en los próximos cinco años.
Pero según las estimaciones de Bernal, una vez que los nuevos títulos empiecen a cotizar, “los rendimientos rápidamente irán a niveles debajo del 10% anual”, lo que implicaría un salto adicional en los precios de los bonos, bien por arriba de los U$S 60. En la misma línea, el economista sostiene que las acciones argentinas “tendrán los mejores rendimientos en la región, si se materializa nuestro escenario de acuerdo”.
El incentivo para un acuerdo pasa no sólo por sacar a la deuda argentina del default. También las provincias precisarán renegociar sus deudas –muchas ya arrancaron con el proceso- y una empresa con mayoría estatal como YPF requerirá el acceso a los mercados para poder invertir. Por otro lado, resalta que el FMI está bajo fuerte stress, porque hay cerca de 100 países que habrían solicitado ayuda económica para atravesar la crisis desatada por la pandemia.
Tanto el Presidente Alberto Fernández como el ministro de Economía, Martín Guzmán, vienen sosteniendo que no hay margen para mejorar adicionalmente la propuesta, mientras que los consorcios de acreedores rechazaron la oferta y presentaron otra, que es levemente más alta. Según está trascendiendo en las últimas horas, el Gobierno estaría dispuesto a aceptar cambios en cláusulas legales solicitadas por los bonistas. Esto en teoría también debería ayudar a acercar a las partes. El 4 de agosto vencen los 30 días para el cierre de la oferta, pero lo más probable es que los tiempos se extiendan hasta fin de agosto, ya que la entrega de los nuevos títulos está prevista para el 4 de septiembre.
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