La suba del dólar paralelo y el aumento de la brecha cambiaria son tendencias indeseadas para el Gobierno por distintos motivos. Entre otros porque presiona sobre la inflación y aumenta la incertidumbre en la economía. Sin embargo, también tiene algunos efectos positivos, fundamentalmente el incentivo a la compra de bienes durables, que se vuelven mucho más baratos medidos en “dólar billete”.
El motivo de esta situación es que los precios de los bienes ajustan mucho más lento, en muchos casos siguiendo de cerca el dólar oficial. Por lo tanto, cuando se calcula el valor del mismo en moneda dura se produce un abaratamiento notable.
Este fenómeno se notó particularmente con la venta de autos. En algunos casos, hubo reducciones superiores al 40% medido en dólares porque la suba de los precios en pesos fue muchísimo más lenta que la escalada del dólar en el mercado informal. Por ahora, esa brecha entre ambos tipos de cambios se mantiene, por lo que este fenómeno de compra alimentada por diferencia cambiaria podría sostenerse al menos por un tiempo. Ayer el “blue” finalizó a $133, mientras que el oficial lo hizo a $75,50, una diferencia superior al 75%.
El abaratamiento medido en dólar “billete” impulsó la compra de autos y de muebles para el hogar. En este último caso obviamente también impacta el efecto del “teletrabajo” y la necesidad de tomar clases desde el hogar
Parte de esta recuperación se reflejó en el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) de mayo. Si bien marca una caída de 20% contra el mismo mes del año pasado, contra abril sube 10 puntos porcentuales.
“A la demanda retraída de abril y mayo se sumó la suba del dólar paralelo en el impulso de la venta de bienes durables”, explica un informe del ministerio de Desarrollo Productivo al hacer referencia al pico de venta de muebles para el hogar y autos 0 kilómetro.
En junio la venta de autos llegó a casi 37.000 unidades, superando la del mismo mes del año pasado. Una parte también se adjudica a las operaciones que no se pudieron cerrar por la cuarentena en meses anteriores.
Es notable que desde el propio Gobierno reconozcan el efecto que tiene la brecha cambiaria a la hora de impulsar la venta en determinados rubros. Algo de este efecto también se notó en artículos como bicicletas y productos electrónicos, aunque estos últimos tuvieron subas un poco mayores ante el temor de que se produzca un cierre de la importación.
A la demanda retraída de abril y mayo se sumó la suba del dólar paralelo en el impulso de la venta de bienes durables, señaló un informe del ministerio de Desarrollo Productivo.
“El fuerte dinamismo en muebles (incremento de ventas del 187% respecto a la precuarentena) se debió a que muchos hogares invirtieron en mesas y sillas para adaptarse al teletrabajo y, también, a que la brecha cambiaria respecto del dólar oficial abarató sensiblemente la compra de durables al dólar paralelo”, indica además el trabajo elaborado por Producción.
En el caso de muebles para el hogar influye además la “nueva normalidad”, que implica la mayor cantidad de estudio y trabajo en casa. También se incrementó la venta de colchones.
“Otro sector que pasó de la parálisis a una actividad significativa es minerales no metálicos, asociado a la construcción”, resaltó el trabajo. En abril, el consumo de energía de este sector cayó 64% interanual; al 7 de julio, esa baja se ubicó en el 8%, debido a una creciente demanda de cemento, vidrio, cerámicos y ladrillos. Patrones similares se encuentran en las plantas textiles, cuya demanda de energía caía al 70% interanual en abril y al 45% en mayo. Al 7 de julio, la caída se recortó al 17%. Claramente pesa en este comportamiento las “dos velocidades” de la recuperación dependiendo de la geografía: en el interior la apertura de la actividad es mucho más notable que en el AMBA.
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