El Fondo Monetario Internacional (FMI) reiteró que confía en que la Argentina y los acreedores privados puedan seguir trabajando de forma constructiva para llegar a un acuerdo de reestructuración de la deuda soberana, con el fin de que sea sostenible y pueda encaminar al país hacia un sendero de crecimiento.
Así lo manifestó el vocero del organismo, Gerry Rice, en su habitual conferencia de prensa quincenal. “Las autoridades argentinas siguen tratando de conseguir un acuerdo con los bonistas privados para reestructurar la deuda soberana y, como ya lo hemos dicho, las negociaciones son un tema bilateral. Confiamos en que las partes sigan trabajando de forma constructiva y en los plazos adecuados con el fin de llegar a una acuerdo que sitúe la deuda en un sendero sostenible y que pueda sentar las bases de un crecimiento durarero”, aseguró el funcionario del Fondo.
Consultado sobre una negociación con la Argentina por un nuevo programa con el organismo, Rice reiteró que las autoridades no han solicitado financiamiento del FMI y aclaró que no tiene que estar necesariamente vinculado con la consulta del artículo IV. “El financiamiento que correspondería a un nuevo programa del Fondo contribuiría a alcanzar los objetivos de balanza de pagos, sus necesidades, incluyendo las obligaciones del sector oficial”, manifestó el vocero de la entidad.
El Gobierno, sin embargo, hasta ahora mantuvo la estrategia que definió desde un primer momento: terminar la negociación con los bonistas y luego recurrir al Fondo Monetario para encarar un nuevo programa. Y el objetivo es lograrlo, pero si el canje no resultara exitoso, la Argentina igualmente recurrirá al organismo, aseguraron fuentes ligadas a la negociación.
El final de la reestructuración de la deuda hoy es incierto. Los tres comités de acreedores se juntaron para presentarle al Gobierno una nueva contraoferta, que vale 3 dólares más que la oficial y plantea algunos cambios legales. Pero el presidente Alberto Fernández reiteró -y lo mismo hizo el ministro de Economía, Martín Guzmán, y otros funcionarios- que la propuesta formalizada el 6 de julio ante la Securites & Exchange Commission (SEC) es la última y le pidió a los bonistas que contribuyan a sacar al país de la postración.
Pero los acreedores insisten en que la diferencia es mínima y las consecuencias de un fracaso en la operación serían mucho peores para la Argentina que otorgar, por lo menos, un punto más en el valor de la oferta.
Las declaraciones de Rice estuvieron en línea con lo que el Fondo viene diciendo desde los últimos meses. El apoyo de la titular del organismo, Kristalina Georgieva, a la Argentina fue explícita y hasta avaló la ayuda al país para la definición del plan de sustentabilidad de la deuda. La última oferta presentada por el Gobierno en los Estados Unidos supera en valor al que el organismo considera sustentable (USD 53,5 frente a USD 50), pero lo aceptó para que las negociaciones avancen y pueda concretarse un canje exitoso.
Lo que plantean los funcionarios argentinos ahora es que si los acreedores no aceptan la propuesta vigente, que en principio tiene fecha de cierre el 4 de agosto, luego la Argentina irá al FMI, avanzará con un programa y el dinero disponible para pagarle a los bonistas será mucho menor.
Durante la rueda de prensa, Rice retomó recientes declaraciones de Georgieva para remarcar que debido al impacto contínuo de la pandemia, la economía mundial afronta una recesión profunda que tendrá una recuperación parcial y desigual en 2021. Además, planteó que las medidas inéditas adoptadas por los países del G20 y otros contribuyeron a evitar que el resultado económico sea mucho peor, y que a medida que ingresamos en la próxima fase de la crisis, se van a necesitar medidas adicionales y una mayor cooperación internacional.
“Se va a tener que continuar con medidas monetarias y fiscales de apoyo hasta encontrar una salida duradera de la crisis. Si se retira el apoyo de manera prematura, podría descarrillar la recuperación y generar costos más altos”, enfatizó el vocero del Fondo, en alusión a las palabras de Georgieva.
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