El impacto de la cuarentena: la confianza de los consumidores en la economía cayó a menos del 27 por ciento

La extensión del confinamiento y con ello la profundización de la depresión de la actividad productiva y comercial se manifiesta en el deterioro del humor de la opinión pública. Es el menor registro en 14 meses

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El cierre de locales comerciales
El cierre de locales comerciales es la respuesta al derrumbe del consumo por la extensión de la cuarentena (Maximiliano Luna)

Un nuevo sondeo semanal de la opinión pública por parte de la consultora Management & Fit arrojó en la segunda semana de julio una nueva baja de la confianza actual en la situación económica, respecto de la semana anterior, en 0,3 puntos porcentuales, a 26,6%, el menor registro desde mayo del año anterior.

Claramente, la profundización de la recesión provocada por la extensión de la cuarentena decretada desde el 20 de marzo, parcialmente flexibilizada para algunas actividades y personas que no requieren del uso del servicio público de pasajeros, principal medio de traslado de la población trabajadora a sus fuente de ingreso, se manifiesta en el indicador del “optimismo económico” de m&f, el cual se compone de tres subíndices: Optimismo propiamente definido; expectativas y confianza.

El índice de “optimismo económico” se ubicó al cierre de la segunda semana de julio en 28,5%, subió 0,3 puntos porcentuales respecto de la medición previa, aunque acusó una disminución en casi un punto porcentual en comparación con el nivel de un mes antes, y retrocedió a los valores de mayo del año anterior.

Fuente: Management & Fit
Fuente: Management & Fit

Si bien la irrupción de la pandemia del COVID-19 y la decisión del Gobierno de disponer el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio desde el 20 de marzo explica el continuo deterioro del optimismo de la población en materia económica, cabe notar que no hizo más que sostener la tendencia declinante observada desde fines de diciembre 2019, cuando había alcanzado un pico de poco más de 40 puntos porcentuales.

El índice de ‘optimismo económico’ se ubicó al cierre de la segunda semana de julio en 28,5%, subió 0,3 puntos porcentuales respecto de la medición previa, aunque acusó una disminución en casi un punto porcentual en comparación con el nivel de un mes antes

Al parecer, la ausencia de un plan económico y de la explicitación de objetivos claros que anticiparan un punto de quiebre en la recesión que se inició desde el segundo trimestre de 2018, junto a la caída del salario real que provocó la aceleración de la inflación en los primeros 4 meses del corriente año, explicaron ese deterioro; el cual estuvo alineado con un índice de confianza que cayó a 26,6 puntos, 0,3 puntos porcentuales por debajo de la semana previa, y de 30,4 en el de expectativas que, por el contrario repuntó 0,8 puntos porcentuales.

Mejor clima político

Por el lado de la situación política, el informe semanal de Management & Fit, dio cuenta, una vez más, de valores muy superiores a los detectados en el caso de la economía.

Todos los subíndices: optimismo, expectativas y clima actual, “se ubicaron en guarismos similares a la medición anterior con 39,3; 34,4 y 44,1 puntos, respectivamente.

Fuente: Management & Fit
Fuente: Management & Fit

Probablemente, por la falta de un liderazgo claro en la oposición, pero principalmente por los relativamente buenos resultados que el Gobierno va logrando en el frente sanitario, con índices de letalidad del COVID-19 muy por debajo de los que se registran en el resto del mundo, explicarían la brecha positiva en más de 10 puntos porcentuales entre el “optimismo político” y el “optimismo económico”, en el estudio de marras.

Se mantiene una brecha positiva en más de 10 puntos porcentuales entre el ‘optimismo político’ y el ‘optimismo económico', en el estudio de marras

De todas formas, en ambos frentes los índices de m&f reflejan puntos de saturación por parte de la población por la extensión indefinida de la cuarentena, en particular para los sectores mano de obra intensiva, porque no sólo ha llevado a una parálisis de sus actividades y aumento del endeudamiento, sino peor aún al cierre de locales comerciales e industria y aumento del desempleo.

Y si bien en algunos casos, como en el de la indumentaria, turismo y en el mercado inmobiliario, se observan iniciativas destinadas a revitalizar el consumo, se estima que sólo podrán ser aprovechados por sectores que no han sido tan afectados en sus ingresos por el ASPO, como los empleados en el sector público y actividades decretadas esenciales.

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