En la medida que se extienden las negociaciones de la deuda, cuya nueva fecha límite es por el momento el 4 de agosto, el Gobierno acumula incumplimientos, suma nuevos bonos a la cartera de títulos impagos y profundiza el default. Este mes, los vencimientos de intereses de títulos emitidos bajo ley extranjera ascienden a un total de USD 583 millones, de los cuales el Gobierno ya dejó de pagar USD 357. La próxima semana vencerán cupones por otros USD 220 millones que, se sabe, tampoco serán abonados en el marco de la renegociación con los bonistas que lleva adelante el ministro de Economía, Martín Guzmán.
El monto es similar al de los incumplimientos anteriores pero, en esta ocasión, se amplía el default a seis nuevos títulos, que se suman a las cuatro especies ya impagas. Así, la cesación de pagos alcanzará hacia fin de mes a un total de diez bonos, emitidos tanto en la gestión anterior de Mauricio Macri como en las de Néstor y Cristina Kirchner, en los canjes de 2005 y 2010.
Así se desprende de los datos recopilados en el último informe de deuda pública de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), que dirige uno de los principales especialistas del país en la materia, Marcos Makón, y que elabora el economista Mariano Ortíz Villafañe, ex economista del Fondo Monetario Internacional (FMI) y consultor del Banco Mundial. El lunes 6 de julio, el Tesoro no pagó intereses por USD 95 millones, correspondientes a los Birad 2028 y 2036 y cuatro días más tarde, el viernes pasado, incumplió también los cupones de los Birad 2023, 2028 y 2048 por un total de USD 268 millones.
La cesación de pagos alcanzará hacia fin de mes a un total de diez bonos, emitidos tanto en la gestión anterior de Mauricio Macri como en las de Néstor y Cristina Kirchner, en los canjes de 2005 y 2010.
El listado de bonos impagos sumará dos especies más el domingo 26 de julio cuando, tal como confirmaron una vez más desde el Ministerio de Economía, tampoco se abonen los cupones de interés correspondientes a los Birad 2022 y 2027, que suman USD 220 millones más. En todos los casos, esos vencimientos cuentan con los 30 días de gracia previstos para el pago de intereses antes de ser considerado un evento de default. De esta manera, si se cumplieran los últimos plazos estipulados por Guzmán, según los cuales en dos semanas operaría el cierre para la suscripción de la nueva oferta, esos títulos entrarían directamente en la reestructuración. Siempre y cuando se alcancen, claro, los mínimos de adhesión necesarios para activar las CAC´s y quede así completamente despejado el panorama de default.
Sin embargo, el propio Guzmán admite en privado que ese plazo podría extenderse por 30 días, lo que probablemente será la solución si con el correr de los días, la nueva propuesta no alcanza siquiera el umbral de 50% estipulado por el propio Gobierno para avanzar en el canje. En ese escenario, los eventos de default alcanzarían la decena de distintos bonos.
Fue a partir del impago de estos bonos en mayo, cuando expiró el período de gracia, que las demoras en la negociación con los acreedores extranjeros empezaron a generar impacto directo en el mercado cambiario local. Se amplió la brecha cambiaria y se aceleró la pérdidas de reservas
Hasta el momento, los títulos en esa situación son tres, ya que tal como indica el informe de la OPC “el 28 y 30 de junio se incumplió el pago de los cupones de interés de los bonos Birad 2117 y Discount en dólares legislación extranjera, por un total de USD 328 millones. De acuerdo a su prospecto de emisión, a partir de esa fecha empezó a correr el período de gracia de 30 días para efectuar el pago antes de constituir un evento de default”.
Por otro lado, se mantienen impagos los cupones de interés de los bonos Birad 2021, 2026 y 2046 por un total de USD 503 millones desde el 22 de abril.
Fue a partir del impago de estos bonos en mayo, cuando expiró el período de gracia, que las demoras en la negociación con los acreedores extranjeros empezaron a generar impacto directo en el mercado cambiario local. Se amplió la brecha cambiaria y se aceleró la pérdidas de reservas por parte del Banco Central, de manera tal que la autoridad monetaria decidió extremar las restricciones a la compra de divisas. Esos controles, prometen una y otra vez desde el BCRA y el propio Alberto Fernández a los empresarios, se relajarían una vez resuelta la reestructuración de la deuda. Esa promesa, sin embargo, es menos categórica en boca del ministro Guzmán, quien ayer tuvo su propio encuentro por zoom con los hombres de negocios tan preocupados por el dólar como por la deuda y, sobre todo, la variables económicas que dejará la pandemia.
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