La actividad industrial mostró signos de recuperación en junio y ratificó la tendencia durante los primeros días de julio, mientras que el consumo - medido a través de las compras con el programa Ahora 12 fue mejorando semana a semana tras una caída inicial al principio de la pandemia. Ese incremento en las ventas a través del programa mostró mayor intensidad fuera del Área Metropolitana (AMBA).
Así se desprende del informe de julio del Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI) del Ministerio de Desarrollo Productivo, que indicó que aunque todavía no se recuperaron los niveles de producción anteriores al inicio del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), la industria pasó de caer un 40% interanual entre fines de marzo y principios de abril, a 12% entre el 7 de junio y el 7 de julio.
De acuerdo con el informe, los sectores que impulsaron la mejora en junio y que se sostuvo en los primeros días de julio fueron el automotriz -cuya producción había sido nula en abril y muy reducida en mayo-; la fabricación de materiales para la construcción - que ya está casi en terreno positivo con respecto a la precuarentena - y el tabaco.
En cuanto al consumo, el informe señaló que tras una contracción superior al 80% con el inicio de la cuarentena a fines de marzo, en la primera quincena de junio, las ventas a precios constantes con Ahora 12 volvieron a los niveles de la primera quincena de marzo en todo el país. El mayor dinamismo se notó en las ventas de artículos ligados al hogar (como muebles, colchones o materiales de construcción), lo cual se asocia con que las personas permanecen más tiempo en sus hogares.
La mejora también se observa en la cantidad de comercios con facturación quincenal con Ahora 12 superior a los $10.000, que pasó de 38.915 en la primera mitad de marzo a 12.055 en la primera mitad de abril, para luego recuperarse y llegar a 38.299 en la primera mitad de junio. En cuanto a las ventas de indumentaria y calzado, si bien tendieron a mejorar con el correr de las semanas, en la primera quincena de junio todavía se ubicaron un 33% por debajo de la primera quincena de marzo.
Pero más allá de las mejoras en el nivel de actividad, la pandemia dejó secuelas en el tejido productivo. Por ejemplo, entre febrero y mayo, el 3,9% de las empresas dejaron de enviar sus declaraciones juradas a la AFIP, aunque “es prematuro para catalogar esto como cierres definitivos”, dijo la cartera productiva.
Del mismo modo, se registró una caída del empleo asalariado formal en abril del -2,2% mensual, la mayor desde el 2002. En abril se dispararon las suspensiones, lo cual explica por qué el salario nominal cayó 7,9% mensual, algo inédito desde al menos 1995. “Cuando los signos de recuperación de la actividad económica y de la industria impacten en el empleo y los salarios, esta negatividad en los indicadores laborales irá revirtiéndose”, consideró el Gobierno.
Así como el Covid-19 dejó secuelas negativas, también tuvo consecuencias positivas, según Desarrollo Productivo. Una fue una mayor inclusión financiera, tanto de personas como de empresas. Gracias al Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), hoy tienen cuenta bancaria más de 2 millones de personas que no estaban bancarizadas. Además, el crédito a tasa cero para monotributistas y autónomos permitió que se impriman 135.000 nuevas tarjetas de crédito; y el pago de salarios por parte del programa de la ATP generó que muchas empresas que antes pagaban “en mano” a sus empleados hayan abierto nuevas cuentas sueldo.
A su vez, el informe precisó que muchas PyMEs y cooperativas ( cerca de 140.000) están por fuera del crédito del sistema financiero y para ellas el Ministerio de Desarrollo Productivo, en coordinación con el BCRA, creó la línea PymePlus, con una tasa del 24%, por un monto total de $38.000 millones. El esquema, recordó la cartera que dirige Matías Kulfas, es similar al del crédito a tasa cero: el Fondo de Garantías (FOGAR) es garante al 100%, y los bancos están obligados a darlo a las firmas que son elegibles y lo solicitan. Entre el 19 de junio (primera acreditación) y el 8 de julio, se otorgaron $1.400 millones a 1.800 PyMEs a través de esta línea.
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