Por la extensión de la cuarentena, la industria operó en mayo a menos de la mitad de su potencial

El Indec registró una capacidad ociosa en el conjunto de los establecimientos manufactureros de 53,6%, el más significativo desde la crisis de comienzo de siglo para ese mes, y 15,2 puntos porcentuales mayor que la del año anterior

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La industria automotriz volvió a
La industria automotriz volvió a trabajar en mayo luego de la parálisis plena de abril

En línea con la modesta reactivación de 9% registrada en mayo en comparación con la parálisis que afectó a diversas industrias en abril, el Indec registró un leve aumento en el promedio de uso del conjunto de las instalaciones manufactureras, a 46,4% del máximo potencial técnico efectivo.

Claramente, se trató de un fenómeno particular, porque a diferencia de abril, todos los sectores tuvieron algún grado de producción, en particular el poderoso e influyente en la estadística complejo automotriz que pasó del 0% a 6,2%, y fue clave para provocar el aumento del índice general. También las manufacturas de tabaco pasaron de 0% a 62,2% de utilización de las plantas, pero su contribución al total general es significativamente menor.

Todos los sectores tuvieron algún grado de producción, en particular el poderoso e influyente en la estadística complejo automotriz que pasó del 0% a 6,2%, y fue clave para provocar el aumento del índice general

De ahí que en una mirada retrospectiva se advierte rápidamente que el nivel promedio de uso de las instalaciones fabriles se ubicó entre los más bajos de la serie histórica para el quinto mes del año, incluso respecto de 2002 cuando había descendido a 55,2%, y 15,2 puntos porcentuales por debajo del medido un año antes.

También mejoraron su desempeño relativo la industria textil de 4,2% a 17,8%; las refinadoras de petróleo de 46,2% a 57%; metálica básica de 25,1% a 39%; metalmecánica de 20,1% a 31,7%; y, en menor medida, la elaboradora de caucho y plástico, de 31,7% a 36,4 por ciento.

De las 12 ramas fabriles que releva el Indec sólo tres registraron un índice de uso de las plantas inferior al de abril: la elaboradora de sustancias y productos químicos, de 69,3% a 63%; la fabricante de alimentos y bebidas, pasó de 59,7% a 57%; y la de edición e impresión, de 57,6% a 54,3 por ciento.

Cierre de empresas y baja del empleo fabril

Un indicador anticipado a los datos del Indec fue el de empresas manufactureras y empleos registrados por el conjunto de las manufacturas en mayo por el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), se redujo a 49.037 empleadores y 1,09 millones de trabajadores y acusaron sendas disminuciones de poco más de 14% en comparación con los máximos de mayo de 2012 en el primer caso (8.083 menos) y mayo de 2013 en el segundo, perdieron esa fuente de ingreso 199.310 personas.

Así, la cantidad de establecimientos activos, al menos en lo que respecta a las declaraciones juradas presentadas a la Dirección de Recursos de la Seguridad Social, descendió al nivel más bajo desde 2005, mientras que los puestos de trabajo declarados fueron los menores en 14 años.

En los últimos 8 años cerraron 8.083 establecimientos industriales registrados y se redujo el empleo en 199.310 puestos; de ese total correspondieron al bimestre pleno en cuarentena 1.139 empresas y 22.169 trabajadores

Y en línea con las expectativas de los industriales, como de los sectores que componen la cadena de valor, hacia abajo, como los proveedores de insumos, en particular importados, como hacia arriba, el comercio interno y de exportación, el bajo uso del potencial productivo se estima que será una característica de todo el tercer trimestre.

Durante junio, se sumaron a la reapertura nuevas actividades industriales, incluyendo ampliaciones de turnos, pero el retroceso en la fase del aislamiento social y obligatorio en la región del AMBA que afectó el desplazamiento de trabajadores hacia actividades que estaban exceptuadas demorará más allá de julio un rebote de la actividad comercial e industrial.

Sobre todo porque la conjunción de cierre de empresas, disminución de los puestos de trabajo y baja nominal de salarios por suspensiones y ausencia de horas extras en la mayor parte de las actividades personales que pudieron sostenerse vía remota, determinará una lenta recuperación de la demanda agregada, y por tanto de la actividad productiva en su conjunto.

Destaca el informe del Indec: “El indicador de la utilización de la capacidad instalada comprende un panel de entre 600 y 700 empresas de las 1.700 que forman parte de la encuesta cualitativa de la industria manufacturera en el contexto de COVID-19″, es decir, una pequeña muestra del total de más de 49.000 empleadores del rubro que presentaron sus declaraciones de puestos de trabajo al SIPA, aunque muy representativa en cuanto a su contribución a la producción fabril en su conjunto.

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