Tras más de 100 días de vigencia del aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO), y dadas las distintas flexibilizaciones que ocurrieron en cada provincia según la cantidad de contagios, Tierra del Fuego y Tucumán fueron las dos provincias que tuvieron mejor respuesta económica en junio para combatir la crisis que generó la pandemia, según un informe de la consultora Analytica, de los economistas Ricardo Delgado y Rodrigo Álvarez.
En ese marco, el informe arrojó que a partir del sexto mes del año se profundizó el desacople de realidades entre la provincia de Buenos Aires y la Ciudad -el epicentro de la pandemia- con el resto de las provincias.
Si bien algunos casos, como Chaco y Jujuy, debieron retroceder de fase, en la mayor parte del país la actividad económica ya está liberada en torno al 90% del producto bruto geográfico, a diferencia del Área Metropolitana, donde las restricciones continúan durante julio.
Para Analytica, una particularidad es que el consumo de las familias, principal motor para una eventual recuperación, está muy castigado por la caída en los ingresos y el elevado endeudamiento, lo cual dificulta la salida de la crisis
El tercer Monitor de Respuesta Local Covid-19 abordó un período de análisis que va desde el 25 de mayo al 26 de junio inclusive y evalúa los impactos de las medidas de contención económica y social que fueron adoptando las provincias, al igual que en abril y mayo, y a la vez computar los efectos sobre la actividad económica de los sectores que se fueron liberalizando en cada territorio.
En junio se volvieron a relevar y analizar las medidas de asistencia publicadas en los boletines oficiales y organismos públicos de las 23 provincias argentinas y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; clasificándolas en tres categorías de asistencia: mipymes, familias y municipios.
Tierra del Fuego, un caso de éxito
La provincia austral pasó de ser unos de los distritos con mayor cantidad de infectados por millón de habitantes a frenar casi por completo la propagación del virus. Además logró implementar un importante paquete de medidas de asistencia que le están dando buenos resultados en esta primera etapa.
Entre ellas, posponer por 90 días los pagos de Ingresos Brutos de marzo, abril y mayo para contribuyentes con facturación menor a $3 millones, con excepciones de pago en junio, julio y agosto.
También destinó $370 millones para asistencia alimentaria y subsidios energéticos a las familias vulnerables. E instrumentó el plan Progreso por $2.000 millones para fondear líneas de crédito desde el banco provincial y subsidios en comercios y sectores productivos.
No hay que perder de vista que Tierra del Fuego llevaba 38 días sin casos positivos de Covid-19, hasta que a comienzos de julio se registraron cuatro nuevos contagios, tres en Ushuaia y uno en Río Grande, siempre de personas que habían llegado en forma reciente a la provincia.
Además el gobierno fueguino analiza por estos días la reapertura de jardines maternales, mientras que dio luz verde a la celebración de matrimonios y uniones convivenciales de forma presencial en la provincia, en otra medida que flexibiliza actividades dentro de las restricciones por la pandemia de coronavirus.
El resto de las provincias
Según Analytica, las comparaciones con abril y mayo permitieron evaluar como varió la respuesta de cada provincia en comparación con el promedio. En particular, en junio la mayoría de las provincias mostraron mejoras respecto de mayo.
Además de la exitosa Tierra del Fuego, las que mostraron mejores resultados fueron Tucumán, La Pampa, La Rioja, Santiago del Estero, Catamarca, y desde mayo, Misiones y San Luis.
En aquellas provincias donde la oferta económica está liberada por sobre el 90% existe un comportamiento heterogéneo. En algunas, como Tierra del Fuego y Tucumán, la demanda está reaccionando mejor de lo esperado. Lo opuesto sucede, por ejemplo, en Mendoza y Salta.
Para la consultora, hay que comenzar a enfatizar la tendencia relativa a que el regreso de la actividad económica post Covid-19 no será automático.
“En algunas provincias, el consumo no está acompañando a la amplia liberalización de la oferta y en las que sí, todavía es prematuro para definir si se convierte en una tendencia. Es obvio que en el sector de servicios (comercios, gastronomía, recreación, etc.) el distanciamiento social comienza a imponer cambios estructurales que resetearán las estructuras de esas actividades por largo tiempo”, remarcó.
Y agregó: “A estas líneas de fondo, se suma que las economías provinciales sienten, como es obvio, el impacto de la caída del consumo del AMBA, el principal mercado argentino. A medida que la región con mayor densidad poblacional vaya liberalizando su actividad tendremos más certezas respecto de cómo será la economía post-pandemia”.
Para Analytica, una particularidad es que el consumo de las familias, principal motor para una eventual recuperación, está muy castigado por la caída en los ingresos y el elevado endeudamiento, lo cual dificulta la salida de la crisis.
En ese sentido, advirtió que la pérdida de empleos y el cierre de empresas pueden destruir capacidades, llevando a que el coronavirus deje de ser una crisis de flujos (por caída de ventas) a otra de stocks (destrucción de capital físico y de conocimientos).
“Estamos transitando una etapa donde la sintonía fina de los equipos de gobierno de las provincias es determinante. Pulsar la actividad sector por sector y adoptar medidas en aquellos donde la recuperación de la actividad sea más lenta es fundamental para que los efectos de la pandemia no dejen huellas a largo plazo”, indicó la consultora en el informe.
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