El ex ministro de Economía, Hernán Lacunza, se mostró favorable a incoporar la variable de la sustentabilidad con un rol protagónico dentro de la negociación de la deuda, uno de los principales ejes enunciados por el actual titular de la cartera económica, Martín Guzmán, desde el comienzo de las conversaciones con los acreedores.
Al mismo tiempo, señaló que el acceso a los mercados internacionales de crédito en el futuro no dependerá únicamente por el modo en que se cierre el acuerdo con los bonistas sino también por la implementación de “Un programa pospandemia consistente” en el que coincidan el equilibrio fiscal, emisión prudente y la normalización del mercado cambiario.
“El enfoque de ‘sustentabilidad’ es valioso e infrecuente: el futuro importa. Sin extremo opuesto de despreciar el presente: el ‘pagadios’ solo rinde una noche. La sustentabilidad depende más del futuro programa fiscal que de proyecciones plurianuales inciertas”, señaló Lacunza a través de una cadena de mensajes en Twitter.
El ex funcionario señaló que “por fin, la propuesta oficial de reestructuración movió las palancas disponibles (plazos, quita, intereses, cláusulas legales) y llegó a zona de acuerdo.”
Para analizar la resolución de la negociación, apeló a metáforas futbolísticas. “Con el diario del lunes, el análisis será ‘bilardista': si hay acuerdo, estrategia exitosa; si hay default, tiempo perdido”.
“Con 45 millones de espectadores involucrados, definir por penales puede ser una imprudencia. El tiempo reglamentario terminó el 22 de abril. El alargue, el 22 de mayo. Sin precipitarse, el regateo por penales agrega incertidumbre. El tiempo importa. Más en tiempos de pandemia”, advirtió.
Asimismo, Lacunza se despegó del análisis de los economistas que cuantifican la cantidad de dinero que “perdió” el país por haber cedido en sus pretensiones desde el comienzo de las trativas hasta el presente. “Una negociación es una película, no una foto: el desenlace depende del desarrollo. Comparar la primera escena con la última dice poco. Intransigencia no es fortaleza, ni concesión, debilidad. Cambiar es superior o obcecarse en pretensión irrealista y costosa”, tuiteó el último ministro de Economía de Mauricio Macri.
También apuntó al mensaje de apoyo a la postura argentina que un grupo de economistas de renombre de todo el mundo, envió a comienzos de mayo. En ese mensaje, empujado por ganadores del Premio Nobel como Joseph Stiglitz o Edmund Phelps, los economistas afirmaron|: “En este momento excepcional de la historia mundial, la oferta propuesta por la Argentina también presenta una oportunidad para que la comunidad financiera internacional demuestre que puede resolver una crisis de deuda soberana de manera ordenada, eficiente y sostenible. Una resolución responsable sentará un precedente positivo, no solo para la Argentina, sino para el sistema financiero internacional”.
Lacunza no ve rédito en esa movida: “Propuestas unilaterales ‘tómelo o déjelo’ son inconducentes. Negociación incorpora aspiraciones y límites (mutuos) de contraparte. Declaraciones de académicos o aspiraciones refundadoras de reglas financieras internacionales, distraen. Hay que persuadir a los bonistas”.
Por último, el ex funcionario puntualizó qué objetivos deberá incluir un futuro plan económico para cuando se supere la emergencia del coronavirus y se cierre la negociación: “La reputación importa, pero el crédito siempre es al futuro, no al pasado. Un programa pospandemia consistente (equilibrio fiscal convergente, emisión prudente, mercado cambiario normalizado) definirá el futuro acceso al crédito (y el exit yield de los bonos del canje)”.
Seguí leyendo: