La jueza Loretta Preska, a cargo del tribunal del Distrito Sur de Manhattan, en EEUU, que lleva adelante la causa contra el Estado argentino e YPF, por la expropiación de la petrolera en 2012, decidió hoy que el llamado proceso de discovery tendrá un mix de lo que pidieron las partes. La causa, cuya contraparte es el megabufete Burford Capital, podría costarle al país una condena que obligue a un resarcimiento de entre USD 3.000 y 12.000 millones.
El juicio se llevará adelante con las leyes argentinas pero la estrategia, tanto del gobierno de Mauricio Macri como la inicial del de Alberto Fernández, fue convencer a la jueza de que se tenía que hacer en Argentina, algo que Preska no aceptó definitivamente a comienzos de junio. Burford, además, pidió enfáticamente que ya se empiece a hablar de dinero: de cuánto será la condena económica para el Estado en un fallo que podría llegar en marzo del año que viene.
El discovery es la presentación de pruebas y cada parte puede tener una estrategia. El de “expertos”, que ofreció la Argentina, limitaba la prueba a la presentación de expertos legales. El de “hechos”, que pregonó Burford, es una vía más amplia y directa: demostrar cosas qué pasaron, sin detallar por ahora por qué medios. En concreto, Burford insiste con que la raíz de la demanda es el incumplimiento –o rotura– de un contrato; que no se hizo lo que establecía el estatuto de la empresa y por eso hubo daño. Los locales aseguran que no se registró tal incumplimiento, que en todo caso hubo una violación del estatuto. Ahora, el curso del debate legal tendrá partes de ambas.
“En un esfuerzo por acelerar la resolución final, la Corte concluye que tanto el discovery de expertos sobre cuestiones de derecho argentino como el de hechos se realizarán simultáneamente”, dice la resolución de la jueza.
¿Todos contentos? “No tanto, a Argentina le conviene menos porque habrá discusiones sobre la empresa y otros detalles que hubiese preferido no tener”, explica una fuente cercana a la causa.
“Hay dos cosas importantes. La jueza ratificó que aún no se resolvió sobre el fondo de la cuestión; o sea, quién tiene razón. Además, volvió a decir que hay cuestiones regidas por el derecho local que incluso puede dar por terminado el caso de manera favorable para el país, y que eso se debe resolver todavía. Es un calendario mixto, con expertos y con prueba documental. También está la pandemia, que complica todo. Por eso argentina quería primero resolver la parte de expertos, pero se harán en paralelo sin problemas”, asegura otra fuente del caso.
Según destacó Sebastián Maril, CEO de Fingurú, el cronograma de Discovery en el caso YPF será el siguiente:
- Inicio Discovery de Hechos (Burford): 14/7/20
- Cierre: 16/11
- Inicio Discovery de Expertos (Argentina): 21/12
- Respuesta de Burford: 25/1/21
- Respuesta de Argentina: 8/2
- Cierre Discovery Expertos: 22/2
- Pedido de Sentencia Burford: 8/3
- Respuesta de Argentina: 29/3
- Cierre Burford: 9/4
- Juicio: 1/6
Si se hubiese elegido 100% la propuesta de Burford hubiese sido una señal más clara en el sentido de que podría haber condena a su favor. El equilibrio plantea dudas al respecto, pero el fondo se prepara para ganar: la semana pasada presentó los documentos para cotizar en Wall Street (por ahora lo hace sólo en Londres).
“No es coincidencia. Ellos admiten que este caso representa más o menos el 50% del valor de la empresa. Su futuro económico depende de este caso, lo dicen claramente en sus balances. Ellos compraron este juicio por USD 15 millones y ya vendieron partes de él por más de USD 230 millones. Y podría ganar al menos 10 veces más si les sale bien. Cobrar es otra cosa, claro, pero si ganan pueden registrar el monto como un activo en sus balances, y eso no es poco”, resumió Maril.
Audiencia telefónica
La noticia llegó luego de audiencia telefónica que tuvieron las partes el jueves pasado. Allí, básicamente, la jueza Preska escuchó a los abogados y luego de un intercambio en el que para muchos había dejado una luz de esperanza para los intereses locales, comunicó que iba a tomar una postura sobre el tipo de juicio que se llevará a cabo. Eso ocurrió hoy.
En la audiencia remota los abogados querellantes acusaron a la Argentina de jugar al “Día de la Marmota”. “Buscan repetir indefinidamente argumentos que ya fueron mencionados anteriormente. Ya llevamos 5 años de juicio”, protestaron para explicar la metáfora cinematográfica.
Los locales, por su parte insistieron con que el juicio se haga aplicando la ley argentina en EEUU. También esgrimieron dificultades logísticas producto de la pandemia.
“Debemos evaluar cada argumento que presenta Argentina. La pregunta es si podemos hacerlo de la manera que lo propone Burford Capital o de la manera que lo propone el país”, aseguró Preska en lo que pareció en ese momento un guiño para la estrategia del Estado y la petrolera. Y ahí quedó planteada la agenda que cada parte proponía para el discovery: “expertos” versus “hechos”.
La causa
La demanda tiene su origen en que algunos socios minoritarios de la YPF privada aseguraron que el Estado no los trató igual que a Repsol, la española que era el accionista mayoritario al momento de la expropiación, en 2012. Esas empresas le delegaron su derecho a litigar a Burford.
Preska y la cámara de alzada de su tribunal ya fallaron en contra de los intereses locales con anterioridad. La estrategia local, entonces, se centró en demostrar que el juicio debía tramitarse en Argentina.
El año pasado, la Corte Suprema de EEUU se excusó de opinar sobre el tema. Finalmente, Preska, que volvió analizar cuál era el foro conveniente –e incluso dilató sus decisiones para esperar el desarrollo del calendario electoral del año pasado– se declaró competente para continuar con la causa y pidió el detalle de las agendas que pretendían las partes. Eso quedó definido hoy. Ahora, el juicio.
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