Hay convencimiento entre los principales operadores de que la Argentina va a lograr el 66,6% de aceptación del canje de la deuda con lo que saldrá del default porque obliga al resto a aceptar las nuevas condiciones.
Para Federico Siddi, de Compass Group, “Se va a llegar al porcentaje que se requiere. Solo habrá que hacer algunos retoques menores para que cedan los más duros. Tenemos el ejemplo de Ecuador, otro defaulteador serial, que arregló su deuda en poco tiempo con quitas de capital e intereses y se sacó el problema de encima”.
“Nosotros lo vemos en los inversores que ahora volvieron y se volcaron a los fondos de acciones y a los corporativos. Los bonos de América Latina ya no son furor porque las trabas cambiarias son un impedimento”, agregó.
Lo cierto es que el precio de los bonos del martes indica que la mayoría cree que la Argentina saldrá del default y que la oferta luce más después de la crisis de esta semana de los países del primer mundo, que ven que la reactivación que esperaban se está desvaneciendo por el recrudecimiento de los brotes de la pandemia. Las tasas de los bonos en el mundo siguen bajando y el temor los está llevando a cubrirse con el oro que en lo que va del año subió 25% en dólares. El Bono del Tesoro de Estados Unidos a 10 años, ahora rinde 0,65% y las tasas de interés están en un piso que todavía puede estar más abajo.
Para Iván Cachanovsky de la Fundación Libertad y Progreso, “se va a llegar al porcentaje de aceptación que se requiere. La oferta de la Argentina es buena y no creo que una pequeña diferencia con los acreedores más duros interfiera en un acuerdo que junte la masa critica y evite que se vaya a juicio”.
El pago de la Argentina de USD 224 millones a fondos buitres que ordenó la justicia de Estados Unidos por pedido de la Argentina para no dejar ningún litigio pendiente, es por un juicio que empezó en 2001. Es decir, pasaron 19 años. A los fondos buitres, que viven de cobrar cada año los juicios que ganan por bonos basura, el plazo no les importa. Pero este no es el caso de los inversores que le confiaron sus divisas a los grandes fondos de Estados Unidos.
Ellos no son litigantes, sino que quieren el mayor beneficio posible sin llegar a juicio. Por eso con algún edulcorante que puede estar dentro del contrato de los bonos o en una leve mejora de los números puede estar la solución definitiva.
Aunque el partido gobernante fue siempre crítico del FMI, ahora se apoya en ese organismo porque con el arreglo de la deuda podría tener acceso a los USD 11.000 millones que quedan pendientes de desembolsar al tiempo que mejoraría el perfil de vencimientos con la entidad, previo acuerdo donde se cambien las condiciones del memorándum de entendimiento. Pero así y todo el FMI no renunciará a exigir que la economía tenga reformas profundas en lo laboral, previsional y gasto público.
El país tiene un problema con los subsidios y los atrasos tarifarios. “En el caso del transporte los subsidios bajaron apenas 15% comparado con los últimos años de Gobierno de Cristina Kirchner y lo mismo sucede con las tarifas. Esto en el futuro lo va a tener que enfrentar el Gobierno”, señaló Sidi.
Lo cierto, es qué, con esta propuesta de la deuda, el debate del futuro se abrió porque al dar por descontada la aceptación, se comienza a debatir lo que sucederá en la economía real. Los números que hay que remontar son muy elevados. La construcción cayó casi 50% en mayo.
“El sector inmobiliario está en una fuerte crisis y la ley de alquileres no ayuda, pero creo que en 2021 el motor de la reactivación puede venir por el lado de la construcción donde el metro cuadrado tiene valores irrisorios en dólares”, señaló Adrián Mercado, broker inmobiliario.
En este escenario, los bonos respondieron bien por segundo día consecutivo. Los títulos con ley local tuvieron otra buena rueda. El Bonar 2020 subió 4,27% y el Bonar 2024, 0,83%. Entre los bonos de ley extranjera, los más representativos tuvieron aumentos de 1,45% en el caso del Discount y de 2,88% cuando se trató del Par.
La versión en ley argentina del Discount sumó un alza de 6,10%. Con estos precios, el riesgo país bajó 67 unidades (-2,8%) a 2.332 puntos básicos. No solo se asentó en el rango de los 2.300 sino que apunta a quebrar ese piso.
La Bolsa, tuvo una leve toma de ganancias después de la euforia de la rueda anterior.
El S&P Merval, el índice de las acciones líderes, perdió 1,94% pero con negocios por $ 1.232 millones que es la mitad de lo que se operó el día anterior y emiten una señal de que hay inversores que no estuvieron dispuestos a desprenderse de sus acciones a precios más bajos.
La caída más importante fue la de Cresud (-4,57%), pero este papel había subido 24% el día anterior. Banco Macro bajó 3,63%, un porcentaje descartable en comparación a 16% de alza del lunes. La Bolsa desde el punto más bajo del año en abril hasta el presente acumula una suba de 55% en dólares.
También hubo toma de ganancias en los ADR’s argentinos, los certificados de tenencia de acciones que cotizan en dólares. La baja más importante fue la de Cresud con 10,77% pero el día anterior había aumentado 40%.
Solo dos ADR’s subieron: Edenor (+1,44%) y MercadoLibre (1,14%). Este papel acumula alzas en dólares de 76,11% en lo que va del año. Es el único del tablero que tiene saldo positivo en 2020 y su capitalización en Bolsa es de USD 50 mil millones.
Los dólares alternativos se recuperaron. El dólar Bolsa o MEP aumentó $ 1,88 a $ 108,58 y el contado con liquidación, con escasos negocios, subió $1,37 a $109,48.
El dólar libre se mantuvo en $127. En el mercado oficial, la divisa se vendió 3 centavos más cara a $74,63 en bancos y casas de cambio y el dólar solidario quedó en $96,20. En la plaza mayorista se operaron USD 293 millones.
Las liquidaciones de los exportadores están mermando porque están esperando mejores precios para la soja, además del atraso cambiario, entre otras razones. El dólar mayorista subió 6 centavos a $ 70,88 y el Banco Central fue comprador de alrededor de USD 40 millones. Las reservas por la suba del oro, subieron USD 36 millones a 43.240 millones.
Para hoy se espera una reafirmación de los bonos y una reacción de la Bolsa.
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