Finalmente, después de hacer una oferta inicial muy astringente que fue rechazada masivamente, al punto que el Gobierno decidió no dar a conocer los porcentajes de aceptación y emprendió una larga etapa de acercamiento a los bonistas, el gobierno presentará mañana ante la Securities and Exchange Comission, el organismo regulador del mercado de valores de los EEUU. una nueva oferta, cuyo resultado se conocerá recién el 4 de septiembre, cuando estén sobre la mesa los resultados en términos del grado de aceptación por parte de los bonistas al nuevo convite oficial.
Lo cierto es que entre aquella oferta, cuyo “Valor Presente Neto” (la cifra a la que los mercados de capital reducen la panoplia de variables que tiene cada bono soberano, que es en definitiva un pagaré del Estado) era un pelín menos que 40 dólares de los bonos nuevos a canjear por cada 100 dólares en promedio de los bonos viejos que los bonistas deberían entregar, y la nueva propuesta, la diferencia de valor será sustancial: el gobierno se comprometerá a pagar 30% más de lo que allá por abril consideraba el límite de lo “sustentable”.
Los “Valores Presentes” de los bonos nuevos, precisó Esteban Domecq, de la consultora Invecq, al cabo de un primer análisis, estarán entre 52 y 55 dólares por cada cien sujetos a negociación. “Para los bonos emitidos en 2005 el Valor presente es incluso mayor”, dijo Domecq.
Se trata de mejoras sustanciales y que se acercan muchísimo a lo que pretendían los distintos grupos de bonistas, cada uno dibujando propuestas según su propia conveniencia. Así que en el plano económico, “la diferencia con los bonistas es marginal”, dijo Domecq.
Aunque menos preciso al respecto, Daniel Marx, ex secretario de Finanzas y viceministro de Economía y experto en bonos y mercados de capital, coincidió en que el valor de la nueva oferta “se acerca bastante” a las pretensiones de los acreedores, aunque la exacta valuación de esa distancia dependerá de cada bonista. Más que por tipo de bonos, la diferencia es respecto a cada tenedor y qué pretende hacer con los nuevos bonos, señaló Marx.
Asuntos legales
Más allá del acercamiento en el plano financiero, sin embargo, hay cuestiones como el sistema de cómputo de los porcentajes de aceptación y eventual agrupamiento de los diferentes tipos de bonos. “Resta ver qué pasa con las cuestiones legales; ahí la diferencia es significativa y tiene que ver con deciones políticas”, dijo Domecq.
Siempre más reservado, Marx señaló que para evaluar los aspectos legales habrá que esperar hasta que se conozca la “enmienda” completa de la oferta registrada ante la SEC.
Por último, el comunicado en el que anoche Economía anticipó la mejora de la oferta, como para que la presentación formal no sea vista como un engaño a la tribuna local, también adelantó que el Gobierno enviará al Congreso un proyecto de ley para equipara las condiciones legales de la deuda en dólares bajo legislación argentina a la deuda en dólares bajo legislación extranjera, “Es importante -dijo Domecq- porque servirá para dar mayor previsibilidad a todo el proceso de reestructuracion (varios bonistas que tienen bonos ley extranjera tienen también bonos ley local, acotó), no seguir castigando más el riesgo de la jurisdicción argentina y pensar en el desarrollo del mercado de capitales de largo plazo”.
De vuelta, Marx fue más cauteloso en su evaluación. “Es importante la equiparación -comentó a Infobae- pero si para eso se necesita una ley lo dirán otros”. Tal vez el gobierno piense que de ese modo fortalecerá los aspectos legales y administrativos y también dará una señal política en el mercado local, dijo Marx, lo cual en principio luce positivo. Sin embargo, acotó, hay que tener en cuenta que hay papeles locales, como las Letes en dólares, que no tienen equivalente con legislación extranjera. De todos modos, señaló, es ciertoque hay muchos tenedores de papeles argentinos con legislación local que pueden tomarlo como una señal positiva.
¿Servirá la nueva oferta para conseguir los porcentajes mínimos de aceptación para que la restructuración sea un éxito? “Esperemos que sí, dijo. lacónico, Marx.
La respuesta, al igual que en la primera oferta, la darán los bonistas.
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