La inseguridad rural fue noticia destacada en la última semana, por el aumento de los hechos que tuvieron lugar en diferentes zonas productivas de la Argentina. Una problemática que movilizó al gobierno y a sectores del oficialismo en el Congreso y se materializó en un proyecto de ley con la firma del presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Sergio Massa.
Los ministros de Seguridad y Agricultura repudiaron los hechos y establecieron diálogo con los dirigentes de la Mesa de Enlace, para definir acciones a implementar ante la difícil situación. Por su parte, Massa y el diputado del Frente de Todos, Ramiro Gutiérrez, presentaron un proyecto para penalizar el vandalismo rural que recibió el apoyo de más de 30 entidades de la cadena agroindustrial, de Confederaciones Rurales Argentinas, Coninagro Córdoba y la Cámara Argentina de Comercio.
Pero pese a todo esto, la inseguridad en el interior no cesa.
Un hecho de inseguridad rural más en el que, además de vandalismo, hubo mucha maldad. El mismo sucedió en el pueblo de Juan N. Fernández, sobre la Ruta Provincial 86, entre Necochea y Benito Juárez. La víctima: Pablo Tambussa, un joven de 31 años, que trabaja desde hace años como contratista rural y productor agropecuario.
Es tan importante la tarea del contratista rural en la actividad agrícola que en la actualidad se hacen cargo del 90% de la cosecha de los granos que se cultivan en el país y del 70% de la siembra. Su aporte también es valioso en la aplicación de agroquímicos. Y procesan el 90% de los forrajes conservados y el 100% de las tierras sistematizadas para riego y forestación.
Durante la semana, delincuentes ingresaron en un establecimiento rural donde Tambussa desarrolla tareas de contratista en la cosecha, muy cerca del campo de su padre. De inmediato, tomaron contacto con el equipo de cosecha y tiraron al piso 11 toneladas de maíz que se encontraban en una tolva, un dispositivo muy similar a un embudo de gran tamaño que se utiliza para el depósito de granos y que se monta sobre un chasis que permite el transporte.
Luego los delincuentes fueron al tractor, que conduce el equipamiento que es necesario para volcar todo el resultado de la cosecha, sacaron el filtro de aceite y encendieron el motor hasta fundirlo. Y lo mismo hicieron con la cosechadora.
La maldad y violencia no terminó ahí. Además de robar dos alternadores, y como no pudieron ingresar a la máquina de la cosechadora porque estaba cerrada, los forajidos lograron introducir una manguera por un orificio que se encontraba en la zona de los pedales del embrague, y una vez que consiguieron el objetivo, de inmediato vaciaron un matafuego.
“No entiendo porqué tanta maldad”, dijo el productor y contratista a Infobae. “No sospecho de nadie. Somos gente de trabajo y no tenemos problemas con nadie. No me inclino a pensar que la política pueda estar detrás de lo que me sucedió, porque vinieron a dañar directamente a la maquinaria, y para hacer eso tienen que conocer del tema”.
A todo esto, comentó: “No me quiero enterar quien fue, porque no sé cómo reaccionaría. Y si reacciono mal, termino perdiendo más yo que el delincuente que me hizo tanto daño en el campo”.
El lamentable hecho del que fue víctima Tambussa se viralizó en las últimas horas en las redes sociales, porque el productor desde su cuenta de Facebook y mientras conducía una cosechadora publicó un mensaje a sus seguidores. Esa máquina no sufrió ningún daño porque el productor la había llevado a su casa para reparar.
“Es algo inexplicable lo que me pasó. No hay motivo para tanto daño. Y al que haya cometido este hecho, le deseo que sea feliz, porque a mí no me va a parar porque me rompan dos motores, ya que me enseñaron desde chico la cultura del trabajo”, dice el contratista en su mensaje.
Otra rotura de silobolsas
Además de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, la rotura de silobolsas afecta a la provincia de Entre Ríos. Esta semana un informe de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) pudo determinar que fueron más de 5.000 toneladas las dañadas en todo el país desde diciembre pasado, cuando asumió el actual gobierno.
Uno de los últimos hechos fue en la madrugada de ayer, en el distrito de Gobernador Echague, en el Departamento de Tala, entre Mansilla y el cruce de la ruta 6. En dos campos, arrendados por el productor José Barbiero, rompieron 3 silobolsas y se perdieron 450 toneladas de soja.
El productor damnificado contó a Infobae, “ayer sábado me llamó un vecino del campo donde alquilo para avisarme lo sucedido. Me rompieron dos silobolsas en un campo y el restante en otro campo. Me llama poderosamente la atención que sea en dos lugares diferentes. Entre uno y el otro campo hay una distancia de 6 y 8 kilómetros. Si bien la denuncia policial ya fue realizada, cuando me encuentre, más tranquilo, empezaré a buscar si el origen del ataque está relacionado a cuestiones políticas o hay otros motivos”.
Y también precisó: “Me llamó mucho la atención que en uno de los silobolsas rotos alcancé a leer las iniciales HMP, un insulto hacia mi que no lo alcanzo a entender, porque en la mayoría de los casos que han sucedido en otras regiones productivas no hubo un mensaje como el que dejaron en el campo que alquilo”.
En ese sentido, Barbiero aclaró: “No tengo problemas con nadie, y además no tengo sospechas de quien o quienes pueden haber cometido el hecho. En estos momentos estoy trabajando para recuperar la mayor cantidad de soja posible, y trasladarla de inmediato a los lugares de comercialización. En resultado de la cosecha que estaba almacenado en los silobolsas, se iba a sacar de los campos el lunes”.
Pero no pudo ser. La destrucción llegó antes.
Seguí leyendo: