El índice salarial aumentó 0,2% durante abril, primer mes de cumplimiento estricto de las medidas de aislamiento para combatir el coronavirus, con un retroceso del 0,2% en los ingresos de los trabajadores privados, una suba del 0,7% de los empleados no registrados, y un alza del 0,6% en los sueldos los empleados públicos, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
De esta manera, el índice de salarios en abril se colocó por debajo de la inflación, que fue del 1,5%, según la propia medición del organismo estadístico. En ese mes, varios sindicatos acordaron una baja de hasta el 25% de los salarios de los trabajadores cuyas actividades se encuentran suspendidas por la cuarentena para combatir el Covid-19, además de que se suspendieron las horas extras; y ello fue lo que explicó la caída en los salarios del sector privado formal.
Durante el cuarto mes del año, el índice de salario promedio en el sector privado registrado acusó la primera baja nominal en 18 años, concretamente desde la depresión económica de los primeros meses de la crisis de 2002, con la caída de la convertibilidad, devaluación y default de la deuda pública.
En el primer trimestre del año, la mejora real había sido del 5,2% respecto a diciembre de 2019. Y si se agrega la caída de abril, esa cifra cae al 3,8 por ciento.
Las expectativas indican que la caída en las remuneraciones del sector privado formal se replicará en mayo y junio, a partir de la extensión de la cuarentena en la región del AMBA hasta el 17 de julio, ya que en esa zona es donde se genera la mayor parte del empleo y del PBI.
De acuerdo con un análisis realizado los economistas Nadin Argañaraz y Bruno Panighel, del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), en los meses previos al aislamiento, los salarios habían recuperado un poco de terreno respecto a lo perdido en 2018 y 2019. En el primer trimestre del año, la mejora real había sido del 5,2% respecto a diciembre de 2019. Y si se agrega la caída de abril, esa cifra cae al 3,8 por ciento.
Según el informe del IARAF, en abril, el salario registrado no mostró una gran caída. “Todos los capítulos del índice de salarios mostraron una caída entre 0,8% y 1,7%, pero comparado con una caída del 26% en la actividad económica es algo ínfimo. Esto quiere decir que las empresas están vendiendo menos y manteniendo sus costos laborales, ya que el empleo también cayó entre 1% y 2%”, aseguraron los analistas.
Agregaron que la prolongación de la cuarentena llevará a que sea imposible sostener la estructura de costos de cierto tamaño de empresas y llevará a cierres permanentes y concursos de acreedores. “Si este es el caso, el ajuste se hará por cantidad (empleos) y no ya no por precios (salarios), que vienen de caer 20% en los últimos 2 años”, aclararon.
Por otro lado, analizaron, es posible que el porcentaje efectivamente pagado del salario no alcance para acceder a la canasta básica y que una gran porción de los trabajadores formales perfore la línea de pobreza (ubicada en $42.594 para el mes de abril para un matrimonio con dos hijos). La remuneración bruta mediana (previa a las deducciones por cargas sociales) relevada por el Ministerio de Trabajo fue de $46.390 en marzo. El salario formal, en muchos casos, no alcanza para no ser pobre, si un solo padre trabaja.
El informe también remarca que si se toma el salario promedio de cada año, el 2020 se mantiene en terreno negativo acumulando una caída de 0,5% respecto al promedio de todo 2019. En este sentido, “si el salario real no se recupera luego de las medidas de aislamiento, el 2020 se convertirá en el tercer año consecutivo de perdida de poder adquisitivo. En 2018, el salario cayó un 6,3% y en 2019, otro 9,5 por ciento.
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