Mientras que hoy se estará incumpliendo con nuevos vencimientos de los bonos Centenario y Discount, Martín Guzmán está cerca de concretar una nueva propuesta para cerrar la renegociación de la deuda. Según se dejó trascender desde el ministerio de Economía, se avanzaría con una mejora que sería marginal en relación al último borrador divulgado. Esto significa que de los USD 47 que se habían propuesto hace un par de meses (por cada USD 100 de deuda original) como mucho se podría saltar a un nivel cercano a los USD 50.
El funcionario ya se había ocupado la semana pasada, tanto en un webinar del Consejo de las Américas como en una charla con la agencia Bloomberg, de aclarar que la posibilidad de establecer nuevas mejoras a la propuesta era realmente mínima.
Pese a los trascendidos de las últimas horas, los tres grupos de acreedores no tenían aún detalles alguno de la posible oferta. “Ninguno de los tres grupos tuvo contacto con Guzmán en los últimos diez días”, aseguraron a Infobae desde uno de los grupos de acreedores. Sin embargo, la expectativa es grande porque se espera que Estamos muy cerca de un acuerdo, unos pocos centavos separan las ofertas de un lado y del otro. Ahora toda la decisión es del ministro”, explicaron a Infobae desde uno de los grupos de acreedores.
“Tampoco tuvimos contacto con UBS. Pero lo más importante es que ellos podrían tener una representación totalmente marginal de bonistas. Cualquier otra cosa que digan está totalmente alejada de la realidad”, agregan.
Según dejaron trascender desde Economía, la negociación de la oferta que se presentaría a la SEC en las próximos horas se habría terminado de acordar el último fin de semana. El dato tomó totalmente por sorpresa a los tres grupos que vienen negociando con el Gobierno hace por lo menos tres meses, pero que en esta etapa de definiciones habrían sido ignorados.
La preocupación sigue presente ya que no parecería haber mucho margen de negociación adicional, que es lo que pretenden casi desde el inicio del proceso. Pero más allá de estas quejas, en realidad desde el fracaso de la primera propuesta sí hubo distintos encuentros y avances que llevaron a que las diferencias se ubiquen entre USD 5 y 7, es decir cifras poco significativas.
Por lo pronto, los mercados esperan con mayor confianza esta posible oferta. Se registraron subas de entre 2% y 3% en los bonos en dólares, aunque también influyó que Wall Street tuvo una jornada favorable cuando falta apenas una jornada para el cierre del segundo trimestre.
Una vez presentada la oferta, para el Gobierno será clave conseguir un grado de aceptación relativamente alto. En el caso de los bonos emitidos a partir del 2016, durante la gestión de Mauricio Macri, el nivel de aceptación debe ser como mínimo del 66% para meter adentro del canje a todos los tenedores
Ahora las miradas de la nueva oferta están puestas en algunos aspectos puntuales, que son los siguientes:
- El valor que surja de los nuevos títulos, tomando un “exit yield” -o tasa a la que cotizarán una vez que finalice el canje- del 10% anual en dólares. Guzmán ya había ofrecido un período de gracia mucho menor para el pago de los intereses, reduciéndolo a un año, mayores cupones en los años subsiguientes y menores quitas de capital. Con todo eso había mejorado significativamente la propuesta. Lo próximo podría ser algún pago adicional de intereses, pero que no sería significativo sobre todo en los años que dura el mandato de Alberto Fernández, es decir hasta diciembre de 2023.
- Cláusulas de emisión de los nuevos bonos. La principal exigencia de los acreedores que poseen los bonos del canje 2005 es que les mantengan las mismas cláusulas (o “indenture”). Esto se debe a que brindan mayor protección legal a los poseedores de estos papeles, es decir Par y Discount. Es uno de los puntos que más ruidos está generando en la negociación, pero según las últimas informaciones Guzmán lo habría aceptado. Los tenedores de esta deuda aseguran que no es negociable un eventual cambio de las cláusulas protectivas y lo mismo señala el ministro.
Guzmán podría ofrecer algún pago adicional de intereses, pero que no sería significativo sobre todo en los años que dura el mandato de Alberto Fernández, es decir, hasta diciembre de 2023.
- Activo “contingente” para mejorar el valor de la propuesta. Fue una opción que surgió en las últimas semanas, es decir reflotar un cupón atado a la evolución de las exportaciones o del PBI. Pero ante las dificultades para tasarlo y poner cláusulas que dejen conformes a todo el mundo, finalmente el Gobierno habría desistido de ofrecerlo. La experiencia del cupón PBI del 2005 no fue positiva. El mercado casi no le asignó valor, pero luego al Gobierno le costó una fortuna porque el crecimiento excedió las expectativas.
Una vez que se abra la etapa para que los inversores definan si aceptan o no la oferta de la Argentina, empezará otra cuenta: qué porcentaje de aceptación es capaz de obtener para cerrar la transacción. Se trata de un dato fundamental. El Gobierno precisa al menos una aprobación del 66% para los títulos emitidos durante el gobierno de Mauricio Macri para avanzar con una reestructuración total de las distintas series. Con los bonos Discount y Par (canje 2005) la cuestión es diferente, porque requieren de un 75% o el 85% de aprobación según los casos para meter a todos los acreedores adentro de la renegociación.
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