A lo largo de junio, 11,9 millones de hogares argentinos se endeudaron, lo que equivale al 86,5% de los hogares del país. La deuda de las familias, según un informe de la consultora CERX, creció un 4,6% en total, con un aumento del 16,1% en las dudas “no bancarias” —que incluyen impuestos, servicios, alquileres, expensas, y préstamos de parientes y amigos— y una reducción de 1,6% de la deuda bancaria.
La deuda total de las familias, en junio, alcanzó los $1.905.119 millones. Frente a mayo, hubo 163.000 hogares menos con deudas, pero creció en $83.415 millones el stock adeudado para quienes no pudieron cancelar sus pasivos. La información surge de un cruce entre los datos del Banco Central y una encuesta entre 6.770 hogares realizada por CERX entre el 22 y 25 de junio.
Porcentaje de los Hogares con deudas
En cuanto a las deuda “no bancarias” lo más frecuente en junio continuaron siendo los atrasos en impuestos, que acumuló deudas por $185.040 millones, 24% más que en mayo. Las familias continuaron dejando de pagar impuestos como el inmobiliario, patentes, y otros nacionales y municipales.
La otra gran deuda que se acumula es servicios: el stock total alcanzó los $165.102 millones, 15,5% más que en mayo. Con una deuda promedio de $16.140 por familia. Aún así, aparece como una de los principales deudas a cancelar cuando se recuperen los ingresos.
Aun cuando los ingresos comiencen a ganar terreno. Primero se cancelarán deudas y después habrá consumo
Con un leve crecimiento de 1,4%, le sigue la deuda con familiares y amigos por $117.881 millones. “Una deuda que creció fuerte en junio, con un 12,6%, y preocupa por su costo y riesgo es con prestamistas, que alcanza los $106.000 millones, como consecuencia de las urgencias de muchos hogares y la creencia que podrán en breve recuperar ingresos”, detalló el informe de CERX.
Con todo, el 44,9% de los hogares manifestaron en junio alto temor a perder su empleo o quedar sin ingresos. Para el 19,3% ese temor es moderado mientras que para el 35,8% es bajo.
Sin embargo, el 61,8% de las personas encuestadas sostiene que cuando se levante la pandemia y se regularicen los ingresos destinará esos fondos prioritariamente a pagar deudas atrasadas. Mientras tanto, 16,2% lo utilizará para un mayor consumo de bienes y servicios y 5,7% para mejorar su vivienda.
“En la medida que se liberen más actividades es de esperar que las familias vayan regularizando sus deudas no bancarias. Pero ese proceso será muy lento e irá combinado con aumentos en el stock de deuda de quienes perdieron ingresos o empleo y no recuperan todavía”, precisó el informe.
“Eso será uno de los grandes limitantes para recuperar el consumo, aun cuando los ingresos comiencen a ganar terreno. Primero se cancelarán deudas y después habrá consumo”, concluyó.
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