La constante necesidad del Tesoro de recursos para compensar la caída de la recaudación por el parate económico que genera la pandemia de coronavirus preocupa no sólo a analistas y a críticos del Gobierno, sino también a sus funcionarios del ala económica. El riesgo de que un exceso de oferta de dinero dispare el ritmo de avance del nivel general de precios o al precio de las distintas cotizaciones del dólar una vez superada la cuarentena también está entre los temores de los funcionarios que acompañan al ministro de Economía, Martín Guzmán. Por eso, para limitar al menos marginalmente la emisión monetaria, el Gobierno se lanza a tratar de endeudarse en pesos con bancos. Con la idea de emitir a plazos de hasta seis meses, pagará más tasa que en el pasado.
La emisión monetaria récord con la que el Banco Central financia las cada vez mayores necesidades del Tesoro es una de las principales preocupaciones para el mercado y su idea de lo que puede ser la economía post pandemia. Los datos que actualiza a diario la entidad conducida por Miguel Pesce muestran que la medida tomada a principios de año en la que se decidió computar a un valor más alto las Letras Intransferibles que le coloca el Tesoro a la entidad cuando toma reservas fue poco menos que visionaria. Permitió aumentar las ganancias contables y dar margen legal para emitir y transferir en torno a $ 2 billones este año al fisco.
El 19 de junio pasado, por ejemplo, el Central emitió otros $ 120.000 millones para transferir al fisco en concepto de giro de utilidades, llevó a la cifra acumulada en junio a los $ 200.000 y al total del año a los $ 920.000 millones. Si se cuentan además los $ 320.000 millones en adelantos transitorios, una especie de préstamo que también implica emisión monetaria, las creación de dinero para ayudar al Tesoro a pagar sus cuentas ya supera ampliamente $1,2 billón.
Hoy, el Ministerio de Economía licitó por un total de $27.863 millones tres series de letras ajustadas por el índice CER con vencimientos que llegan hasta abril del año que viene. Se trata de una refinanciación de vencimientos pequeños de bonos ajustados por ese mismo índice. Pero Hacienda ya llamó a otra colocación en pesos para el lunes próximo que aspira a ser mucho más relevante en cuanto a montos.
El lunes se van a licitar cuatro series de letras del Tesoro con vencimiento en septiembre, noviembre, diciembre y enero de 2021, pero en lugar de estar ajustadas por el índice CER se van a colocar a una tasa fija que surja de la licitación del lunes, pero en el propio llamado hay una indicación. Economía fijó un precio mínimo para cada serie de letras, lo que marca una tasa máxima que está dispuesto a pagar el Tesoro a quienes inviertan en ellas. Las tasas tope, según el plazo, van del 33,4% al 35,5%
Son rendimientos que están lejos de competir con expectativas de inflación largamente por encima del 40%, pero al menos le sacan varios puntos al rendimiento de plazos fijos de más de $1 millón, que están debajo del 30%.
“Es mejor que un plazo fijo pero a la vez es algo más largo. Yo creo que la inflación los próximos meses va a empezar a subir fuerte, así que la tasa real que te quede no creo que sea muy buena”, dijo un operador de un fondo común de inversión.
Sin embargo, los fondos comunes ya no son los principales blancos de estas emisiones. La intención oficial es que más que nada los bancos, y en menor medida otros institucionales como las empresas de seguros, coloquen parte de su liquidez en estas letras para encontrar en ese público cautivo -que no puede invertir en dólares y tiene muy regulados los destinos de sus fondos- una fuente de financiamiento que no encuentra en el mercado externo, por el deault, ni puede cubrir con ingresos.
El principal blanco es la liquidez de los bancos, hoy ampliada por la enorme emisión monetaria para financiar al Tesoro. Los bancos tienen $5,071 billones en depósitos en pesos, de los cuales sólo $2,2 billones están colocados en préstamos. Otro $1,6 billón está estacionado en Leliq, muy poco apreciadas por el oficialismo, y $690.000 millones más en pases pasivos, otro instrumento de regulación monetaria con el que cuenta el Central.
Esa liquidez estacionada haciendo tasa en Leliq y pases es la que el Gobierno quiere aprovechar. Creen que si aciertan con la tasa y los plazos, pueden empujar parte de esos pesos que los bancos tienen colocados en letras a entre 7 y 28 días a letras del Tesoro de hasta seis meses y, a lo largo del año, conseguir financiamiento por el equivalente a entre 1% y hasta el 2% del PBI.
Margen hay de sobra. Las normas del Banco Central impiden que los bancos tengan títulos del Tesoro por más del 50% de su “RPC” -patrimonio- mientras que según datos del ultimo Informe de Estabilidad Financiera al cierre del primer trimestre el financiamiento al sector público representaba apenas 9,2%. Entre bancos del sector privado alcanza alrededor del 5%. Con todo ese margen para avanzar, en Economía se ilusionan con, al menos, borrar el déficit financiero ya que la posibilidad de eliminar el déficit primario está descartada.a
En el Gobierno creen que si aciertan con la tasa y los plazos, pueden empujar parte de esos pesos que los bancos tienen colocados en letras a entre 7 y 28 días a letras del Tesoro de hasta seis meses y, a lo largo del año, conseguir financiamiento por el equivalente a entre 1% y hasta el 2% del PBI
“En el contexto de un Gobierno que está renegociando la deuda en dólares con el sector privado, tanto extranjera y local, aumentar el nivel de exposición del sistema financiero al sector público aumenta el riesgo que los depositantes perciben. Con todo lo demás estable, te van a reclamar más tasa. En el cepo anterior no se había jugado tanto con eso, porque había stocks para financiarse con otras cosas. Es algo con lo que no se jugó en los últimos años, no se trató de empapelar al sector financiero. Todavía no estamos en riesgo, hay mucho margen, pero estas cosas vos sabés cómo empiezan no como terminan”, dijo Gabriel Caamaño de Consultora Ledesma.
Desde el punto de vista monetario, mientras tanto, para Pesce significaría que necesitará emitir un poco menos para financiar al Tesoro. Pero, también, que lo que ya emitió no va a ser sacado de circulación: las emisiones de deuda del Tesoro, a diferencia de las Leliq del Banco Central, no reducen la base monetaria. Es así que, si bien por un lado morigeran la emisión monetaria, no hacen nada para evitar que la emisión ya concretada se vaya a precios.
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