Como toda la actividad comercial, las franquicias están atravesando un momento de profunda crisis, que incluye el cierre de sus locales, pero también algunos casos de transformación del negocio, que las ayudaron a sobrevivir a la crisis, e incluso planes de expansión, algo inédito en medio de la cuarentena.
A diferencia de los locales independientes, las franquicias tienen cierto margen de negociación frente a los propietarios de los espacios o los proveedores. Según las estimaciones del sector, entre 15% y 20% de los franquiciados (los dueños de un local que forma parte de una cadena) tendrían intenciones de cerrar en los próximos meses.
En el rubro de gastronomía, la situación depende mucho del tipo de local, los que ya tenían delivery, locales pequeño y pocos empleados están subsistiendo mejor que el resto
“Este año va a ser duro muy duro y esas son las estimaciones de posibles cierres. Lo que pasa con las franquicias es que el que quiere cerrar puede ofrecer ese negocio o otro franquiciado que se quiera ampliar. Ya hay casos de algunos que salieron y fueron tomados por otros de la misma cadena, que pueden comprar un local ya instalado por un precio más bajo”, explicó Carlos Canudas, titular del Estudio Canudas, especializado en el desarrollo de franquicias.
Desde que comenzó la cuarentena, ya hubo varias bajas. Entre ellas, la cadena Establecimiento General de Café, una de las primeras en Buenos Aires que ofreció cafés de especialidad. Cerró sus nueve sucursales, tras 20 años de historia. Otras franquicias que se achicaron fueron McDonald’s, que cerró tres locales (en ciudad de Buenos Aires, Rosario y Mar del Plata) pero logró reubicar a sus empleados en otras sucursales. También cerraron cinco locales de Burger King y ocho de Starbucks, la mayoría en la ciudad de Buenos Aires.
Según Canudas, las franquicias más complicadas son las de indumentaria, salud y belleza y agencias de viaje. Mientras que en el rubro de gastronomía, la situación depende mucho del tipo de local, los que ya tenían delivery, locales pequeño y pocos empleados están subsistiendo mejor que el resto. Las cervecerías son las más afectadas. También depende mucho de la zona, el microcentro porteño y Puerto Madero, son barrios que sin turistas ni empleados de oficinas tienen casi nula circulación de personas.
“Las cadenas grandes se pudieron reconvertir y hubo mucho apoyo de los propietarios para renegociar los alquileres. Las franquicias no son tan informales como otros comercios y pudieron acceder al pago de salarios a través del ATP”, detalló Canudas.
El ticket de delivery es más bajo que el salón, porque no se pide entrada, vino o postres. Una cadena te permite hacer mejores acuerdos
Sebastián Ríos, fundador de la cadena Almacén de Pizzas, dijo a Infobae: “logramos adaptarnos a través de acuerdos con proveedores y plataformas de delivery. Las ventas por servicios de delivery hoy representan, en general, entre 8% y 12% si se compara con el volumen previo a la cuarentena. “El ticket de delivery es más bajo que el salón, porque no se pide entrada, vino o postres. Una cadena te permite hacer mejores acuerdos. En el sector gastronómico va a haber muchos cierres, sobreviven mejor los locales chicos, con estructuras de personal muy reducido o los que son propietarios de sus locales. El resto está muy complicado y si llegan a sacar el ATP habrá cierres todos los días”, resalt Ríos.
Una de las cadenas que logró mantener un flujo de ventas a pesar de las medidas de aislamiento es Costumbres Argentinas, especializada en empanadas y panadería. Sus locales son pequeños, no están en las grandes avenidas comerciales y tienen pocos empleados. En la cuarentena incorporaron el delivery y el take-away. “Tuvimos una caída del 20% en volumen, que comparado con otras empresas es muy light. El flujo de clientes, que vienen a comprar el local, cayó un 60% pero creció el delivery por aplicaciones”, explicó Ernesto San Martín, director General de la cadena, que tiene 61 locales en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano.
A pesar de la situación, prevén abrir 11 nuevos locales -seis en la ciudad de Buenos Aires y cinco en el Gran Buenos Aires- en los próximos meses. “Es algo que no esperábamos, pero hay personas que cobran una indemnización y a través de una franquicia, que resistieron mejor la crisis, buscan comprar un empleo”, agregó San Martín. El costo para arrancar es de $4 millones, unos USD 33.000 si se toma el dólar no oficial.
En la cadena Subway, que tiene 110 restaurantes en el país, destacaron que no están exentos a la delicada situación que atraviesa toda la industria gastronómica está. “Aún es temprano para determinar con certeza los impactos en cuanto a cierres. Estamos trabajando para asegurar la continuidad de los restaurantes. Desde la empresa se dieron apoyos, entre otros, en temas operativos e incluso se difirieron algunos pagos de regalías”, dijo Matías Cladera, director de Negocios de Subway para América Latina. El 80% de los restaurantes están abiertos —operando con delivery, take away o con consumo en el local en Mendoza y Neuquén— y la empresa proyecta que el número siga creciendo.
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