La situación económica del sector hotelero se considera en extremo delicada teniendo en cuenta que fue uno de las primeras actividades que tuvo que cerrar las puertas como consecuencia del COVID-19. Y todo parece indicar que será de las últimas a volver a operar.
Según la Asociación de Hoteles de Tursimo (AHT), las primeras cancelaciones de reservas comenzaron en enero desde Europa, continuaron en febrero y se agravaron en marzo. Y desde entonces la actividad fue nula, en particular en el Área Metropolitana de Buenos Aires.
“Cerca del 60% de los establecimientos considera probable el cierre definitivo de sostenerse este escenario. Con expectativas de recupero lentas donde recién se prevé un volver a la normalidad hacia 2022 y con una previsibilidad baja respecto al inicio de la reactivación en Argentina, lamentablemente muchos hoteles están optando por cerrar las puertas”, afirmó a Infobae el presidente la AHT, Roberto Amengual.
Las expectativas de recupero son lentas, se prevé volver a pleno para el 2022 y con una previsibilidad baja respecto al inicio de la reactivación
Asimismo, la presidenta de la Cámara de Hoteles de la Ciudad de Buenos Aires, Gabriela Akrabran, dijo a Infobae que hay un 10% de hoteles porteños que ya cerraron la persiana definitivamente y pidieron la baja, como en el caso del Hotel Castelar.
“Muchos son hoteles que alquilan o son empresas familiares que no pueden sostener más la estructura. La actividad viene hace un año mal, bajo mucho la facturación, esto empezó en marzo pero en diciembre enero y febrero son temporada baja para la ciudad, así que si uno va acumulando la deuda, la poca facturación en marzo apareció la cuarentena y no dio tiempo de recuperarse”, detalló.
En tanto, para Amengual resulta muy difícil para el sector reconvertirse como lo hicieron otros rubros con el propósito de sostener cierto nivel de facturación. No tienen posibilidades de modificar su negocio como otros porque la inversión inicial es muy alta y los costos de reconversión también.
“Readecuar una instalación hotelera a una de oficinas o departamentos es muy costoso. Por otra parte, la necesidad de reconvertirse es muy discutible. Una vez habilitados los viajes, para turismo de placer o corporativos, la demanda de hoteles existe y es concreta. Esta no es una crisis de demanda futura, donde es probable que haya cambios en el comportamiento del consumidor, pero nunca tan agudos como para pensar en prescindir de los hoteles”, precisó Amengual.
La necesidad de reconvertirse es muy discutible. Una vez habilitados los viajes, para turismo de placer o corporativos, la demanda de hoteles existe y es concreta (Roberto Amengual)
Algunos números del sector hotelero que dan cuenta de la crisis
Según la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (Fehgra), que realizó una encuesta entre sus miembros a través de Invecq Consultora Económica, la caída interanual en la actividad del sector fue de 83% en abril; 83% en mayo y se proyecta disminución del 79% en junio. Pero la región más afectada es la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con una caída de más de 90% que se espera que se repita en junio.
En este contexto, el 65% de los empresarios hoteleros de todo el país aseguraron que no podrán continuar con su empresa si la situación actual se prolonga en el tiempo. Es más: el 75,7% consideró que se encontrará en situación de cierre en un período comprendido entre uno y tres meses.
La Asociación de Hoteles de la Ciudad de Turismo (AHT) informó que el 92% de los hoteles pudo acceder al Programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP), lo que significa un gran aporte en el componente de salarios. Con respecto al crédito, sólo el 35% pudo acceder a los préstamos al 24% que otorgan los bancos.
El presidente de la AHT, Roberto Amengual, dijo a Infobae: “la estructura de costos fijos de los establecimientos hoteleros es muy alta y el principal componente es la mano de obra, que cuando los hoteles están operativos puede representar hasta un 55% de los costos totales seguido por los servicios públicos y luego el impositivo.
En ese sentido, destacó que el ATP que brinda el Estado es una medida a la que la mayoría de los hoteles pudo acceder ayuda en un porcentaje pero remarcó que “hay otros componentes vinculados a los gastos fijos como en la energía, donde se cobra por potencia contratada y representa un costo fijo altísimo que no ha cambiado durante la pandemia, a pesar de haber cerrado los hoteles y reducido el consumo variable”.
La estructura de costos fijos de los establecimientos hoteleros es muy alta y el principal componente es la mano de obra, que cuando los hoteles están operativos puede representar hasta un 55% de los costos totales seguido por los servicios públicos y luego el impositivo (Roberto Amengual, presidente de AHT)
“En el caso de impuestos provinciales y municipales nada ha cambiado, seguimos pagando el 100% de los impuestos inmobiliarios y de servicios a pesar de estar cerrados. En este momento, muchos de los gastos devengados no están pudiendo ser abonados por parte de los hoteleros quienes están priorizando el pago de salarios cuando pueden hacerlo. De todos modos, hay muchos que no han podido hacer frente al mismo”, afirmó.
En cuanto a lo impositivo y fiscal aún no se estableció postergación alguna de vencimientos ni excepciones. “Este componente muy alto en el caso de grandes establecimientos como los hoteleros, están generando deudas que luego limitarán el flujo financiero por varios años”, indicó Amengual.
Y añadió: “Con respecto a las medidas provinciales y municipales, en la mayoría de las filiales de AHT hemos presentado solicitudes de medidas específicas pero aún sin respuesta positiva. Hay algunas provincias que ya han avanzado en la sanción de leyes de emergencia como por ejemplo Jujuy, Entre Ríos o Tierra del Fuego, generando condiciones de ayuda a la actividad y fomento de la reactivación esperada una vez que se levanten las barreras a la circulación”.
Cuánto tiempo pueden sostenerse sin facturación
Según datos de la AHT, cerca del 60% de los establecimientos considera probable el cierre definitivo de sostenerse este escenario de asilamiento social. Además, destacaron que las expectativas de recupero son lentas donde recién se prevé una recuperación total del sector para el 2022 y con una previsibilidad baja respecto al inicio de la reactivación en Argentina.
“Para volver a la actividad, todo el ecosistema turístico debe reactivarse. La hotelería, la gastronomía, las agencias de viaje, el transporte terrestre y los aeropuertos. En principio, en septiembre está fijada la fecha de apertura de los cielos, aspecto fundamental para la reactivación del turismo. Lamentablemente, con el cierre de Latam la oferta aérea se contrajo en un 20%, lo cual agrega una nueva dificultad al ya complicado escenario”, afirmó Roberto Amengual.
Que no nos dejen descartados, los hoteles hoy están cerrando porque no se puede sostener una estructura con muchos empleados por cien días, en el camino si no nos ayudan realmente con algo, muchos hoteles van a desaparecer (Gabriela Akrabian, Cámara de Hoteles)
No obstante, remarcó el empresario: “el sector sigue creyendo en la posibilidad de que se adelante la habilitación de los corredores turísticos en aquellas zonas que estén en igual fase. Esto puede reactivar a un gran porcentaje del turismo interno dando algo de flujo de caja para los establecimientos y la posibilidad de recrear la cadena de pagos”.
Mientras que Akrabian, presidenta de la Cámara de Hoteles advirtió que es necesario que se declare la emergencia hotelera porque hay muchos hoteles familiares que de lo contrario van a desaparecer.
“Que no nos dejen descartados, los hoteles hoy están cerrando porque no se puede sostener una estructura con muchos empleados por cien días, en el camino si no nos ayudan realmente con algo, muchos hoteles van a desaparecer”, concluyó.
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