Se presentó como la salvación para la economía argentina. La nueva soja, lo que iba a suplantar, y con creces, las divisas que aporta el sector agroexportador. Hoy, con unos años de desarrollo esa imagen sigue sin aparecer y Vaca Muerta navega muy cerca de la costa, lo que la llevaría a encallar.
Así lo entienden el Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero (IEEFA, por sus siglas en inglés), que en su último informe señala que Vaca Muerta, que era señalada como la solución para los problemas locales, ha detenido su desarrollo.
“La producción no convencional (fracturación hidráulica o fracking) impulsaría la economía del país y acabaría creando un lucrativo mercado de exportación. Pero la explotación de Vaca Muerta ha sido lenta en comparación con la de otras cuentas de esquisto, incluso antes de la destrucción de la demanda y de la abrupta caída de los precios del petróleo este año en todo el mundo. Ahora esta paralizada. Dependía de la inversión extranjera que se se ha materializado lentamente en los últimos años” explica el trabajo.
La explotación de Vaca Muerta ha dependido de empresas en participación creadas por el estado y sociedades internacionales que “hasta ahora eran impulsadas son sustanciales subvenciones del Gobierno argentino”.
“La desaparición de esas subvenciones debido al deterioro de la situación fiscal de Argentina ha ido erosionando los compromisos de las empresas extranjeras con Argentina”. A partir de esto es que el informe señala que, sin una inversión “sustancial” por parte de las empresas, “no se pondrán en práctica los ambiciosos planes” para explotar el potencial de Vaca Muerta
Kathy Hipple, analista de IEEFA y autora del informe, ha dicho que Vaca Muerta estaba lejos de cumplir sus promesas incluso antes de que esos dos cataclismos sacudieran la industria energética. En ese sentido, señala que “el fracaso de la explotación de Vaca Muerta ofrece al presidente Alberto Fernández, una oportunidad única para cambiar de rumbo. Su Administración puede aprender del fracaso de la fractura hidráulica en la Cuenca Permian de EE. UU. y evitar el ciclo de auge y caída que parece cada vez más de caída que de auge”.
El informe señala que hay tres problemas principales para Vaca Muerta. El primero es que para aprovecharla “harán falta entre USD 15.000 y USD 20.000 millones por año. El año pasado las empresas tenían previsto invertir solamente USD 4.900 millones en Vaca Muerta, pero probablemente invirtieron menos debido a la inestabilidad política y económica.
El segundo tiene que ver con las pérdidas. El trabajo cita que según IHS Markit, una empresa de investigación del mercado energético mundial con sede en Londres, los activos en Vaca Muerta perderán USD 13.000 millones como consecuencia de la baja del precio del petróleo de USD 60 a 30 dólares por barril. La misma empresa de investigación también predice que la producción no convencional de petróleo en Argentina “caerá más del 30% con respecto al año pasado, quedándose en 90 000 barriles diarios” y recuerda que la administración de Mauricio Macri “había pedido que la producción llegara a más de 150 000 barriles por día”.
“Estas constataciones y las cifras de producción recientes indican que el Plan Energético Argentino de 2018, formulado durante el mandato del Macri, no está saliendo como se esperaba y que el nuevo presidente tiene que volver a escribir el futuro energético de Argentina”, dijo Tom Sanzillo, coautor del informe. “La nueva Administración de Argentina tiene la oportunidad de considerar enfoques alternativos para satisfacer las necesidades energéticas del país y favorecer la recuperación económica”, sentencia.
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