En medio de situación excepcional que generó la pandemia, el Fondo Monetario Internacional (FMI) apoyó hoy la decisión del gobierno argentino de financiar gasto con emisión monetaria, en un contexto de fuertes restricciones fiscales, pero advirtió que será necesario, cuando pase la crisis, que el país vuelva a tener un plan sustentable en términos monetarios que contribuya a reducir la inflación.
Durante una conferencia de prensa organizada para explicar las proyecciones económicas de América Latina, que el Fondo oficializó el miércoles cuando publicó el informe del WEO, el director del Departamento del Hemisferio Occidental, Alejandro Werner, afirmó, ante una consulta periodística, que la “política de emisión monetaria tiene sentido dadas las restricciones y las urgencias de apoyo” a vastos sectores de la sociedad por el virus.
Pero remarcó que “será importante que cuando la situación se vaya normalizando, tener un plan de sostenibilidad monetaria y profundizar lo que se ha ido viendo en términos de reducción de la inflación”. “Será un reto muy importante”, añadió el directivo del organismo.
En este sentido, la principal preocupación que esbozan los analistas privados es qué pasará con el índice de precios cuando comience a reactivarse la economía, ya que si bien parte fue absorbida, el nivel de emisión es alto. De acuerdo con datos oficiales, más del 40% del gasto primario hoy es financiado por el Banco Central (BCRA). Y ello traerá consecuencias en los próximos meses, aseguran los economistas, quienes ya estiman una inflación para el año superior al 43%, según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM).
“La Argentina enfocó su propuesta económica pos el Covid-19 en transferencias y programas de apoyo focalizados en las poblaciones más afectadas. El financiamiento del BCRA parcialmente fue esterilizado y dadas las restricciones y urgencias del apoyo, esta política hace sentido”, sostuvo Werner, para luego mencionar la necesidad de seguir con el plan antiinflacionario cuando la economía comience a normalizarse.
Sobre cómo actuó la Argentina frente al coronavirus, Werner aseguró que “la respuesta fue muy rápida, agresiva y permitió que la Argentina sea uno de los países que ha podido tener tasas de contagios y muertes en un rango bajo dentro de la región”.
“Obviamente estas políticas de distanciamiento social y cuarentena tuvieron un efecto importante sobre la economía, que en el caso argentino también se ve afectado por la evolución económica de los países vecinos”, como es el caso de Brasil, cuyo PBI se contrará 9,1% en 2020. En el caso de la Argentina, la caída del producto esperada por el FMI asciende a 9,9 por ciento.
Los datos de empleo no fueron actualizados aún por el organismo; se harán en octubre, cuando se realice la revisión amplia durante la reunión anual del FMI en octubre, explicó el director del Departamento del Hemisferio Occidental.
Sobre el proceso de reestructuración de la deuda, reiteró la postura esbozada por el organismo respecto de los criterios de sustentabilidad y el apoyo técnico que le dieron al Gobierno en ese sentido, y volvió a remarcar, como también lo hizo esta mañana la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, su deseo de que la negociación se encarrile y llegue a buen puerto. “Tengo la expectativa y el deseo de que rápidamente se llegue a una solución y luego la Argentina pueda avanzar en la próxima etapa”, manifestó Werner.
Respecto de una eventual revisión de la economía argentina en función del artículo IV, el funcionario del Fondo afirmó que lo único que conocen hasta el momento son las intenciones expresadas por el gobierno argentino de que solicitarán en algún momento un programa con el FMI. “Estamos a la espera de esa solicitud. Las autoridades están concentradas en la solución de la deuda y una vez que eso culmine, seguiremos el diálogo y veremos cuál es el camino que las autoridades quieren tomar”, precisó Werner.
Durante la rueda de prensa, el funcionario también se refirió a la región y planteó que “América Latina y el Caribe es el nuevo epicentro internacional de la pandemia”, con más de 100.000 vidas perdidas”. “La región se contraerá en 9,4% en 2020 y ello representa una contracción de 4 puntos porcentuales más profunda que la estimada en abril. Representa la peor recesión regional de la que se tienen datos”, dijo.
También consideró que, en el marco del Covid-19, que los países deberían ser “cautelosos a la hora de replantearse la apertura de sus economías y permitir que la ciencia vaya guiando ese proceso”. Precisó que varios países tienen niveles de informalidad altos y están pocos preparados para hacer frente a nuevos brotes de la pandemia. “Las medidas de distanciamiento tendrán que prolongarse, deprimiendo la actividad económica y el empleo, y limitando la velocidad de recuperación que estimamos para el segundo semestre”, sintetizó el funcionario del FMI.
Seguí leyendo: