A pesar de que todavía no está resuelta la reestructuración de la deuda soberana y con un rígido cepo cambiario que restringe la actividad financiera, la Argentina mantuvo su categoría de “mercado emergente”, una categoría en la que MSCI (Morgan Stanley Capital International) la había colocado hace poco más de un año, después de una década de haber permanecido en el listado “de frontera”.
No obstante, MSCI, el mayor proveedor de índices del mundo, advirtió que la Argentina podría ser removida de ese grupo de países si en el futuro “se deteriora su posibilidad de acceder a los mercados”.
MSCI precisó que “seguirá consultando sobre índice de Argentina y advierte sobre una posible reclasificación potencial” ya que “los inversores institucionales internacionales continúan sujetos a estrictos controles de capital que se implementaron en septiembre de 2019, lo que hace que sea imposible a los inversores acceder al mercado de renta variable nacional”.
Sebastien Lieblich, presidente del Comité de Índice de acciones de MSCI, explicó que “la imposición de los controles de capital actuales no está en línea con los criterios de accesibilidad del mercado de los Índices de Mercados Emergentes de MSCI“.
Lieblich apuntó que “las autoridades argentinas deben darse cuenta de que la aplicación prolongada de los controles de capital o la introducción de más controles pueden forzar la reclasificación del índice MSCI Argentina desde el estado de mercado emergente a mercado fronterizo o de mercado independiente” o “standalone”, esta última una categoría intermedia pero también inferior a la presente.
Los controles de capital de Argentina no están en línea con los criterios de MSCI sobre la accesibilidad que deben tener los mercados financieros
MSCI, el mayor proveedor de índices del mundo, mantuvo a la Argentina dentro del listado emergente, que sirve de guía para que los grandes fondos de inversión destinen importantes cuotas de capitales a los mercados financieros de los países que integran la nómina.
“Si bien la volatilidad aumentó dramáticamente debido a la pandemia de COVID-19, los mercados de renta variable mundial se mantuvieron accesibles y continuaron funcionando bien, permitiendo a los emisores recaudar capital y a los inversores gestionar riesgo durante la crisis“, dijo Dimitris Melas, director global de Equity Research y presidente del Comité de Política del Índice MSCI.
Sin embargo, Melas afirmó que “en los últimos 12 meses, dos importantes mercados emergentes, Argentina y Turquía, sufrieron un deterioro sustancial en la accesibilidad al mercado que podría conducir a su exclusión del índice MSCI Emerging Markets“.
En medio de una crisis económica cuyo inicio puede fijarse en mayo de 2018, el Gobierno de Mauricio Macri decidió en septiembre de 2019 establecer restricciones cambiarias (límite USD 10.000 mensuales a la demanda), que se ajustaron en forma drástica el 28 de octubre después de las elecciones (límite de USD 200 mensuales) y se hicieron más rígidas a partir del 23 de diciembre (impuesto PAIS, del 30%), ya con Alberto Fernández como presidente.
En los últimos 12 meses, Argentina y Turquía sufrieron un deterioro sustancial en la accesibilidad al mercado que podría conducir a su exclusión del índice MSCI
En noviembre de 2019, MSCI ya había retirado a varias empresas argentinas de su índice, decisión que impactó en la caída de precios de las acciones de Banco Francés, Pampa Energía y Transportadora Gas del Sur. En mayo deslistó a Banco Macro y Grupo Financiero Galicia, mientras que aún permanecían YPF, Telecom y Globant.
“Los índices elaborados por MSCI se usan de benchmark –o espejo– por varios fondos de inversión y otros índices. El pertenecer al índice de Emergentes ‘obliga’ a que los fondos de inversión que invierten en países en esta categoría y repliquen el índice, deban tomar posición en determinadas acciones argentinas que ponderen en el índice”, señalaron desde Portfolio Personal Inversiones.
El 18 de diciembre pasado MSCI había decidido extender la consulta al mercado sobre la reclasificación de Argentina para analizar mejor “el impacto total de los controles de capitales en el proceso de inversión, tanto como los problemas de replicabilidad del índice, particularmente, aquellos relacionados con el reparto de dividendos”.
Seguí leyendo: