Este lunes los mercados internacionales transitaron una rueda con escasas variantes y que en Wall Street se definió al cierre con un alza de 0,6 por ciento.
Pero los títulos argentinos adquirieron dinámica propia, frente a la acuciante recesión doméstica, con una cuarentena sin horizonte de finalización, y las expectativas sobre la concreción del canje de deuda soberana.
Los indicadores de la Bolsa de Buenos Aires exhibieron pérdidas de 1,5%, aunque repuntaron los títulos públicos, luego de que el Gobierno extendiera hasta el 24 de julio el plazo límite para llegar a un acuerdo con acreedores en las negociaciones por la reestructuración de una deuda soberana de unos 65.000 millones de dólares.
En ese sentido, los bonos en dólares de referencia ganaron un 2% en promedio, mientras que en la plaza local descollaron los Cupones atados al PBI, ante especulaciones sobre la utilización de este warrant emitido durante el canje de 2005 dentro de la propuesta de reestructuración de deuda. El TVPP trepó 17,4%, mientras que el TVPA avanzó casi 10 por ciento.
El grupo de acreedores Ad-Hoc y Exchange (AE) propuso el cobro en efectivo de la mitad de los intereses corridos y la otra mitad con un bono, a la par que pidió un cupón vinculado al PBI en lugar del atado a las exportaciones ofrecido por Economía.
El riesgo país medido por la banca JP Morgan, cedía 45 unidades para la Argentina, a 2.496 puntos básicos.
El índice S&P Merval de la Bolsa de Buenos Aires cayó un 1,5%, a las 40.344 unidades, tras acumular una baja del 5,7% en pesos y de 5% en dólares durante la semana pasada.
Los ADR argentinos mostraron bajas generalizadas en una jornada “chata” en Wall Street, con pérdidas destacadas de más de 6% para Corporación América y Telecom.
Operadores dijeron a Reuters que la atención también se direcciona al desarrollo de las tensiones en torno al futuro de la empresa Vicentin, una de las principales trituradoras de soja del país y un jugador clave en las exportaciones agrícolas, que el Gobierno busca tomar el control.
“Cualquier intento de expropiación es una muy mala señal para el mercado, especialmente al de renta variable, donde los inversores ven mayor riesgo y un peor marco legal haciendo que las empresas pierdan valor”, apuntó Portfolio Personal Inversiones en un informe.
Añadió que “esto se vio en las últimas dos semanas por el efecto Vicentin, aunque el fallo de la Justicia sobre el caso y las manifestaciones de los ciudadanos en contra de la intervención demuestran una fuerte oposición a este tipo de medidas, alejando -por lo menos un poco- el fantasma del chavismo”.
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