Médico, actor, cineasta y empresario gastronómico, Enrique Piñeyro es siempre recordado como la persona que anticipó y advirtió sobre la tragedia de Lapa, la mayor catástrofe aérea de la Argentina. El piloto e investigador de accidentes aéreos opinó sobre el cierre de la operación de Latam en el mercado de cabotaje y el impacto que tendrá su salida en el sector aerocomercial.
— ¿Qué factores influyeron en la salida de Latam de la Argentina?
— A Lan la trae Néstor Kirchner por el motivo de que había quebrado Lapa y había un montón de desempleados. La trae con un modelo inteligente de tener una compañía estatal de bandera y una compañía privada que genera fuentes de trabajo. Es razonable. Pero luego se la atacó con mucha violencia, la quisieron llevar a Ezeiza, sacarle el “hangarcito” como dijo en ese momento Axel Kicillof, y eso fue una estocada. Y después, cuando llega Mauricio Macri, la pone a competir con las low cost. Es una competencia desleal. Macri trajo a cinco aerolíneas a un mercado que daba para dos.
Los pilotos no tienen ninguna posibilidad de reinsertarse en los próximos años. Luego de la crisis de 2001, se tardó cinco años en volver al mismo nivel de actividad. Va a haber miles de pilotos sin trabajo en el mundo y en la Argentina
— ¿Considera que hubo una intransigencia de parte de los gremios?
— Bueno, es parte de la destreza de una empresa de poder lidiar con los gremios, con la economía, con las tormentas. En muchos países se ataca a la sindicalización de los pilotos. Pero son derechos laborales, agruparse y defender sus derechos. No te vas por los sindicatos. Los gobiernos de Cristina y Macri le hicieron la vida imposible. No podés atacarla a diestra y a siniestra. Esto es la cosecha de tu siembra. Quedan 1.700 familias sin trabajo. No se cuidó la fuente de trabajo y ahora se enarbola esa bandera. Los pilotos no tienen ninguna posibilidad de reinsertarse en los próximos años. Luego de la crisis de 2001, se tardó cinco años en volver al mismo nivel de actividad. Va a haber miles de pilotos sin trabajo en el mundo y en la Argentina.
— ¿Durante el Gobierno de Macri el problema fueron las low cost?
— Macri le regaló el mercado de cabotaje a Norwegian. Andá con una aerolínea argentina a volar desde Oslo a otra ciudad de noruega a ver qué si te dejan. Fue una payasada. Ya hubo dos quiebras de low cost y van a venir más. Las low cost en Europa se van a aeropuertos alejados y acá le damos uno que está más cerca que Ezeiza y los vecinos tenían un derecho adquirido a que no se volara de noche y no se volaran aviones grandes.
— ¿Cuál va a ser el impacto de la salida de Latam del mercado de cabotaje?
— Hubo un modelo tradicional de una aerolínea estatal y una privada. Primero, fue Aerolíneas Argentinas y Austral. Luego, Aerolíneas Argentinas y Latam. El modelo es un mercado con una aerolínea fuerte, que hace carga, que va a los lugares menos rentables y que se la banca. Y una empresa privada que genera fuentes de trabajo y riqueza accesoria, con el crecimiento del turismo por ejemplo. Ese modelo no está mal. Pero Aerolíneas Argentinas no está en condiciones de absorber todo el mercado. La empresa tiene que profesionalizarse, unificar su flota, algo que ahora no se puede porque estamos técnicamente en default. Es una situación muy complicada.
— ¿Se podría haber evitado la salida de Latam del mercado local?
— Todo fue evitable. El hostigamiento kirchenrista y el hostigamiento de Macri con sus políticas de cielos abiertos. Avianca entró a la Argentina y compró los permisos de vuelo de una empresa que era de la familia Macri.
La revolución de los aviones fue una farsa total. Se habla de personas que volaron por primera vez y no sé de dónde sacan esa estadística. ¿Quién la hace?
— Con menos jugadores, ¿los precios de los pasajes se van a encarecer?
—La forma de bajar los pasajes es con una gestión muy profesional y eficiente o con un subsidio estatal. Los subsidios para Aerolíneas Argentinas aparentemente no fueron para bajar los precios. Pero las low cost tenían un montón de letra chica. Cuando comparabas un pasaje de Flybondi con Aerolíneas no siempre era más barato, dependía de la fecha, si llevabas o no valija, cuando sumás todo no era low cost.
—¿Cómo considera que seguirá el mercado a partir de ahora?
— Mi deseo es que se profesionalice la gestión de Aerolíneas Argentinas, al servicio de objetivos estratégicos para el país, unificar al país y ser una herramienta de comercio exterior. Con una red de rutas que comunique al país, que es inmenso, sin ferrocarriles ni autopistas y con seis horas de vuelo entre Jujuy y Tierra del Fuego; con hubs regionales en Neuquén, Córdoba y Tucumán, por ejemplo, y no un modelo radial ferroviario de otro siglo; y que sea un puerto central exportador para sacar la producción de las economías regionales al mundo. Hoy eso lo hace Latam Cargo y American Airlines.
— Pero no habrá muchas chances de que se sumen nuevas empresas privadas, por el contexto.
—Si vienen, van a venir a hacer rapiñaje de corto plazo. Desde que comencé a volar, hubo 24 quiebres de empresas, desde Aerochaco, Southern Winds hasta Lapa, Dinar y Lafsa. Aerolíneas Argentinas es una gran aerolínea en seguridad. La cultura de la seguridad se preservó. La revolución de los aviones fue una farsa total. Se habla de personas que volaron por primera vez y no sé de dónde sacan esa estadística. ¿Quién la hace? Cuando empezaron las low cost lo que dije fue que había que ver cuántas quedaban en 15 años. Ya se fueron dos. Y se van a seguir yendo.
— ¿Qué deja el fin de la operación de Latam en la Argentina?
— Es un golpe muy duro. Son muchas fuentes de trabajo. La empresa empezará a hacer maniobras raras con los aviones de matrícula extranjeras con pilotos argentinos. Se le hicieron esas concesiones. Pero debieron haberla dejado en paz con el tema del hangar.
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