Moratoria ampliada: los analistas aseguran que la pandemia no terminó y que se acumularán más deudas tributarias

La decisión del Gobierno de lanzar una moratoria ampliada, que aumentó el universo de beneficiados e incluyó deudas hasta mayo -la vigente sólo permitió pasivos hasta el 30 de noviembre- fue aplaudida por los analistas, pero al mismo tiempo que apoyan la medida, advierten que se quedará corta. El país se encuentra en el medio de una profunda crisis económica por la pandemia y nadie sabe exactamente cuándo terminará. Por lo tanto, si bien valoran la decisión oficial de que el nuevo plan incorpore las deudas hasta el 31 de mayo y no sólo alcance a las pymes, sino también a las grandes empresas, creen que seguirán acumulándose atrasos en los próximos meses.

“El proyecto era esperado y es bienvenido, pero tiene algunos aspectos para corregir. Por ejemplo, se permitirían entrar obligaciones hasta el 31 de mayo último, cuando todavía no sabemos cuándo va a terminar el aislamiento y la pandemia. Cuanto menos, debería permitírsele al Poder Ejecutivo ampliar el alcance de las deudas hasta algunos meses después de que termine esta crisis, sobre todo teniendo en cuenta los desastrosos efectos que está causando en la economía”, afirmó a Infobae Diego Fraga, abogado y especialista en derecho tributario.

Se trata de un proyecto de ley que será presentado por diputados oficialistas la semana próxima al Congreso, y que tiene ya el aval del Poder Ejecutivo. Las características son similares a la moratoria vigente, que vence a fin de junio, pero la diferencia es que incorpora las deudas de las grandes empresas -aunque con requisitos- y extiende hasta fin de mayo las deudas que podrán ser incluidas. Para poder ingresar y mantenerse en la moratoria, las empresas grandes no podrán distribuir dividendos o utilidades a sus accionistas o socios por alrededor de 3 años, como así tampoco podrán comprar dólares al cambio oficial para pagos a sociedades, empresas o cualquier otro beneficiario del exterior.

Para César Litvin, es una buena decisión el hecho de que se permita regularizar las deudas no sólo a las pymes, sino también a grandes empresas. También destacó la ampliación del plazo, ya que entre noviembre y la actualidad “pasó un tsunami” y “entre marzo y mayo hubo muchas dificultades para pagar los impuestos”. El tributarista remarcó que el plazo debería extenderse hasta el fin de la cuarentena, que aún se desconoce cuándo termina.

Según Litvin, si bien una moratoria no puede prorrogarse por mucho tiempo, debería incluir las deudas hasta el fin del aislamiento, ya que a partir de la reactivación, las empresas comenzarán a tener flujo de ingresos. Consideró que las deudas nuevas que se generen por la caída de las ventas y el efecto recesivo pos pandemia deberían resolverse con un plan de pagos a un año.

“La moratoria en estos momentos me parece inoportuna. Lo peor de esta recesión no pasó y se van a dejar afuera a los peores meses, en los que las empresas ya han agotado todas sus fuentes de financiamiento. No parece para nada razonable”, opinó Iván Sasovsky, del estudio homónimo. El tributarista dijo a Infobae: “se deberían estar debatiendo bajas en los impuestos, como se está haciendo en todo el mundo y no estos parches de moratorias y condonaciones permanentes”.

Coincidió con esta crítica Florencia Fernández Sabella, del estudio Laiún, Fernández Sabella & Smudt: “si bien una ampliación de la moratoria es más que necesaria en el actual contexto, el límite del 31 de mayo parece corto si se considera que, al menos, la situación de aislamiento ya fue prorrogada hasta el 28 de junio”.

Como dato a destacar, la contadora se refirió a la reducción de los intereses y la eximición de sanciones para todas las empresas que ingresan a la moratoria. En este caso, las sanciones recibidas al 31 de mayo quedarían condonadas, si se regularizan antes del 31 de octubre. “Una extensión a mayo donde el primer pago que se haga es en noviembre va a representar una descarga de la mochila de deuda inmediata que tengan los contribuyentes”, valoró, por su parte, César Litvin.

Para Sebastián Domínguez, en tanto, “es probable que más adelante se deba ampliar o sancionar otra moratoria para incorporar deudas de junio en adelante”. “Sucede que hay muchas empresas, especialmente pymes, que no están trabajando o trabajan pero el volumen de actividad es muy bajo o directamente venden y no cobran”, agregó el tributarista.

Respecto de las pymes que hayan ingresado en la moratoria actual, si bien no especifica qué podrán hacer con las deudas posteriores al 30 de noviembre, los analistas creen que en la posterior reglamentación debería quedar en claro que podrán entrar en el nuevo plan para incluir lo vencido entre noviembre y mayo.

La moratoria establece condiciones bastantes generales en cuanto a beneficios, como: condonación de sanciones e intereses punitorios y resarcitorios por el capital adeudado y la inclusión de deudas hasta el 31 de mayo; 60 cuotas para las deudas previsionales y para retenciones o percepciones impositivas de las pymes, y 48 cuotas para los demás sujetos; y 120 cuotas para las restantes obligaciones de las pymes y 96 para el resto.

El proyecto prevé que la primera cuota vencerá, como máximo, el 16 de noviembre. En cuanto a la tasa de interés, será fija, del 2% mensual hasta el 31 de enero de 2021, y luego Badlar de bancos privados.

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