Las empresas de servicios públicos están logrando salir de los niveles de mora alarmantes en los que cayeron sus clientes durante las primeras semanas de cuarentena. En los distintos sectores aseguran que, a pesar del parate económico, la cobranza mejoró con el avance del período de aislamiento social preventivo y obligatorio y hubo dos elementos clave detrás de ello: el primero, que con la flexibilización de las medidas de distanciamiento social volvieron a abrir los locales de pago presencial de facturas; y el segundo, pudieron atraer a una porción mayor de sus clientes al pago digital. Los que todavía dan señales de alarma, sin embargo, son los administradores de consorcios.
La llegada de la pandemia a la Argentina y el freno de todas las actividades económicas no esenciales golpeó fuerte a la capacidad de las empresas de servicios de cobrar a sus clientes. La mora en algunos rubros llegó a dispararse hasta casi el 40%, sobre todo en los primeros días de abril, apenas empezada la cuarentena.
La preocupación era que ante el menor ingreso disponible en manos de empresas y familias por el parate económico se generaran abultados pasivos difíciles de manejar. Pero tanto en las empresas, como en el sector de cobranzas no bancarias, explican que superados los problemas logísticos que supuso el cierre de la economía, muchos clientes tendieron a ponerse al día.
Tanto en las empresas, como en el sector de cobranzas no bancarias, explican que superados los problemas logísticos que supuso el cierre de la economía, muchos clientes tendieron a ponerse al día
En las dos empresas distribuidoras de energía eléctrica que trabajan en el área metropolitana de Buenos Aires cuentan una historia similar. El inicio del aislamiento social golpeó fuerte su recaudación. “Con nuestros locales de atención comercial cerrados, y los locales de empresas de cobranza presencial también cerrados lo que vimos fue una caída que llegó al 40% en los pagos”, dijeron fuentes del sector a Infobae.
“Lo que intentamos hacer desde entonces fue un esfuerzo por fortalecer los canales digitales que nos rindió mucho, y después cuando se flexibilizó la cuarentena para que puedan volver a trabajar los canales de aceptación de pagos alternativos a los bancos. Hoy pasamos a tener una mora que rondará el 15% cuando lo habitual antes de la cuarentena era estar debajo del 10%. Es un cambio, pero no es el nivel del principio”, agregaron los informantes.
La mudanza a lo digital fue lo que primó, con el uso de tarjeta de débito, la transferencia por homebanking, la tarjeta de crédito y portales específicos de pago, como las vías que más terreno ganaron, en particular entre los niveles socioeconómicos más altos y entre los habitantes del AMBA
Una encuesta de D’Alessio IROL reflejó cómo ante las dificultades para pagar en forma presencial, muchos usuarios tuvieron que cambiar sus hábitos. Según consigna el reporte, 7 de cada 10 argentinos cambiaron sus formas de pago durante la cuarentena. La mudanza a lo digital fue lo que primó, con el uso de tarjeta de débito, la transferencia por homebanking, la tarjeta de crédito y portales específicos de pago, como las vías que más terreno ganaron. Sin embargo, el cambio fue mucho más importante entre los niveles socioeconómicos más altos y entre los habitantes de Buenos Aires. En los sectores menos pudientes y en el interior la preferencia por el pago en efectivo se mantuvo.
En una de una de las distribuidoras de energía precisaron: “los pagos digitales y la vuelta al trabajo de los locales de pago presencial desde el 20 de abril también fueron clave. De tres millones de clientes logramos que 1,3 millones se adhiera a los canales digitales. La mora sigue por encima de lo que es habitual, pero se regularizó mucho respecto de abril”, comentó una fuente de la empresa. “Además, a los que se atrasaron les acercamos formas de pago facilitadas para tratar de que no se convierta en un problema”, dijo.
La situación es parecida entre las distribuidoras de gas. En el sector se quejaron por la forma en que fue comunicada la normativa que impedía los cortes de servicios de gas por redes y agua corriente, telefonía fija o móvil e Internet y TV por cable por considerarse esenciales durante la cuarentena. El decreto de fines de marzo alcanza sólo a los beneficiarios de AUH y la Asignación por Embarazo, pensiones no retributivas, inscriptos en el monotributo social, jubilados que cobren el haber mínimo, trabajadores que cobren el salario mínimo, los beneficiarios del seguro de desempleo, electrodependientes, empleados en casas particulares y exentos del ABL, además de ciertas pymes. Sin embargo, muchos usuarios pensaron que se aplicaba a todos. “Sufrimos una caída de casi el 70% en la facturación en abril, pero desde entonces pudimos ir regularizando bastante la situación”, dijeron desde una distribuidora.
Preocupación por no acumular deudas o perder un servicio clave
En la industria de las cobranzas, mientras tanto, resaltan que muchos usuarios parecen priorizar evitar la acumulación de deudas a pesar del menor ingreso disponible. Y también hablan de pagos, como el de la medicina prepaga, que se volvieron poco menos que sagrados para las familias en medio de una crisis de naturaleza sanitaria.
Entendemos que el problema estuvo al empezar la cuarentena y puede volver si se mantiene la actividad parada, porque cuando el ingreso falta se empieza a priorizar otras cosas (Combal)
“El que no paga no elige no pagar, en el trato con los clientes vemos eso constantemente. Cuando se fueron liberando actividades la gente volvió a pagar. Estamos con niveles de mora que rondan el 4% de la cartera de nuestros clientes, cuando lo normal son 2,5 puntos. Entonces son mayores pero no enormes, como temíamos cuando empezó todo”, dijo Guillermo Combal de Recuperos y Mandatos, una empresa de cobranza que gestiona mora para firmas de servicios financieros, de seguros, medicina prepaga y otros servicios hogareños.
“Entendemos que el problema estuvo al empezar la cuarentena y puede volver si se mantiene la actividad parada, porque cuando el ingreso falta se empieza a priorizar otras cosas. Pero con mucha gente trabajando desde las casas los servicios pasaron a ser más esenciales todavía, y esas prioridades se ven mucho en el tema prepagas, donde la mora no creció para nada”, dijo Combal.
Más complicada, sin embargo, es la situación en los consorcios, en los que dicen que la mora que siempre es un factor se mantiene en niveles más altos de lo habitual. “Sólo en la Ciudad de Buenos Aires tenemos niveles de mora que llegan al 50% en algunos casos, cuando lo habitual es estar cerca del 30%”, dijo Eduardo Awad, abogado y director del Instituto de Derecho de la Propiedad Horizontal del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal. “Es un problema que se está volviendo serio porque se viene uno de los gastos más grandes del año que es el pago de aguinaldos de encargados y va a pesar mucho sobre los que están al día con los pagos”, agregó.
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