En un edificio casi vacío por la cuarentena se escucharon los pasos de la ejecutiva transitar por el pasillo que la depositó en el despacho del funcionario que intentará revertir la decisión de la compañía que comanda.
La CEO de Latam Argentina, Rosario Algelt, fue citada esta tarde por el ministro de Transporte, Mario Meoni, para intentar destrabar el conflicto por el cual la compañía anunció que se retira del mercado aéreo doméstico y que deja a 1.700 personas sin trabajo.
El problema estalló esta semana cuando se conoció que la aerolínea dejará de volar en el país y presentó un proceso preventivo de crisis (PPC) ante el Ministerio de Trabajo para discutir cómo desvincula a sus 1.700 empleados.
“Nunca nos habían dicho nada. No tuvimos ningún pedido más allá de los ATP para los salarios”, explicó a Infobae una fuente oficial. “Los queremos escuchar porque hasta ahora nunca nos habían planteado que tenían problemas”, agregaron desde Transporte.
La carta que les envió Algelt a los empleados no dice lo mismo. Allí, siempre según expresó la ejecutiva a los empleados, se detalló que: “Durante las últimas semanas trabajamos intensamente en conversaciones con todos los actores e interlocutores, tanto en el ámbito público como en el privado, poniendo de manifiesto la crítica situación de la compañía con la esperanza de lograr acuerdos y poder trabajar de manera mancomunada en las soluciones colectivas necesarias. Lamentablemente, estos esfuerzos no han sido suficientes”.
Fuentes del sector indicaron que Latam tuvo varias reuniones con el Gobierno en medio de esta crisis y que presentaron un escrito oficial para hacer suspensiones y reducir salarios. En el medio, incluso hizo vuelos de repatriación para 16.000 argentinos. “Hubo seis reuniones y no pudieron resolver el tema. Los obligaron a pagar el 100%, pero no lo hicieron porque presentaron un recurso administrativo”, detallan desde la industria. “Igual, la mitad de los empleados aceptó la reducción por medio de acuerdos individuales, tanto en mayo como en junio”, aseguran.
Según explicó la CEO de la compañía con respecto a la situación laboral, de acuerdo a las características del Proceso Preventivo de Crisis (PPC) iniciado, las disoluciones de vínculos laborales serán tratadas en el ámbito del Ministerio de Trabajo. Además, detalló que la compañía iniciará un nuevo programa de retiro voluntario, cuyas condiciones aún no se informaron.
“Soy plenamente consciente de que el cese de nuestras operaciones significa un doloroso golpe para todos, más allá de sus implicancias a nivel individual. Cada uno de nosotros es una parte indivisible en la historia de esta compañía”, indicó la CEO. Y destacó la pasión que tanto ella como el resto de los empleados sienten por la actividad y por la empresa, que llevó adelante 15 años de operación en Argentina.
Es la única filial regional de la empresa chilena que tomó está drástica medida luego de intentar, sin éxito, reducir salarios al 50 por ciento de su personal y otras medidas que no fueron aceptadas por los gremios ni el Gobierno.
Se trata de la segunda compañía del mercado de cabotaje local, después de Aerolíneas, y venía pasando por un deterioro de varios años, con balances en rojo en al menos cuatro de ellos.
La decisión se tomó en medio del brutal impacto que la pandemia tuvo en el sector aerocomercial e involucra a los 12 destinos domésticos que la empresa hacía en el país, 3 regionales y uno internacional. Con todo, las rutas a Santiago de Chile, Brasil y Perú se mantendrán y serán operadas por las empresas de esos países. A nivel local la empresa volaba a Buenos Aires, Iguazú, Bariloche, Salta, Tucumán, Mendoza, Córdoba, Neuquén, Comodoro Rivadavia, Río Gallegos, El Calafate y Ushuaia
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