Crecen las consultas para cambiar la residencia fiscal a Uruguay, pero la AFIP confía en sus controles para evitar maniobras fraudulentas

Para especialistas, la iniciativa uruguaya destinada a atraer contribuyentes de países vecinos no cambia en nada las normas locales. Sólo lo recomiendan a quienes estén realmente dispuestos a emigrar, porque el riesgo es caer en la doble tributación

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La AFIP está en alerta por la iniciativa uruguaya de intentar atraer a grandes contribuyentes, una intención que disparó las consultas de argentinos con grandes patrimonios en estudios contables. El organismo que conduce Mercedes Marcó del Pont ya alertó que recibe una cantidad inusual de trámites de renuncia a la residencia fiscal argentina y que va a poner la lupa sobre esos movimientos, de los que sospecha que son maniobras destinadas a eludir la presión fiscal local. Existen inspecciones específicas destinadas a corroborar la veracidad de esos trámites que, en la actualidad, van a contar con un mayor celo por parte de ente recaudador. Los especialistas recomiendan considerar el cambio de residencia fiscal sólo si se está dispuesto a emigrar, nunca como método de planificación impositiva.

El presidente uruguayo Luis Lacalle Pou anunció a poco de ganar las elecciones que buscaría atraer a grandes contribuyentes, con facilidades para radicarse en el país. La semana pasada, ya en el Gobierno, el decreto que mejora las condiciones para radicarse en Uruguay se volvió una realidad. Los asesores tributarios dicen que las consultas al respecto crecieron en los últimos días, con el agregado de que ya no sólo consultan dueños de grandes patrimonios sino también personas de clase media con algún patrimonio o dificultades en su rubro laboral.

Aumentaron las consultas por el impuesto extraordinario, el aumento de la presión tributaria para los que más tienen y la reforma tributaria. También los exportadores de servicios que tienen que liquidar al dólar oficial lo analizan. Las consultas crecen, pero quizás cuando se les dice que hay que mudarse con toda la familia se reconsidera”, dijo Sebastián Domínguez de SDC Asesores Tributarios.

El trabajo de asesoría, admiten los especialistas, en la mayoría de los casos consiste en apenas explicar cuáles son las condiciones necesarias para pasar a tributar en el país vecino. Muchos de los que consultan, aseguran, tienen la fantasía de que alcanza con un movimiento contable. Pero la posibilidad de simular una nueva residencia es baja, aseguran.

“La única opción es una emigración real, de hecho en nuestro estudio cuando una sociedad u otra planificación nosotros sólo recomendamos el cambio de residencia real. La mudanza es como la última solución. Hablamos siempre de mudanza, no de cambio de residencia. Implica darte de alta en otro país para renunciar a la residencia fiscal, si alguna de las dos falla no lo vas a conseguir”, dijo Martín Litwak, abogado especializado en planificación patrimonial.

“De hecho en el estudio no recomendamos ir a buscar la residencia de Paraguay, Uruguay o Panamá. Hay que analizar otras alternativas, como mudar un negocio, armar otra estructura fiduciaria”, dijo Litwak.

Para conseguir la residencia permanente en otro país hay que no pasar más de 180 días en la Argentina durante un año, pasar más días en ese país que en la Argentina y no tener el centro de intereses vitales en la Argentina. Es algo bastante engorroso de simular.

El intento de Uurugay por atraer grandes contribuyentes hizo crecer las consultas a contadores, pero concretar el cambio de residencia fiscal es más difícil de lo que parece
El intento de Uurugay por atraer grandes contribuyentes hizo crecer las consultas a contadores, pero concretar el cambio de residencia fiscal es más difícil de lo que parece

A principios de año Marcó del Pont dijo que existía una cantidad poco habitual de trámites de renuncia a la residencia fiscal argentina, 17 este año, cuando lo habitual es que no haya más de dos o tres anuales. En la AFIP dicen que desde entonces la cantidad de contribuyentes que buscan abandonar la residencia fiscal no creció. Se trata de titulares de grandes patrimonios, no de contribuyentes medianos. La lluvia de consultas a contadores, entonces, por ahora no se trasladó a los papeles.

Es que el organismo tributario no teme por la posibilidad de maniobras de cambio de residencia. La capacidad de cruzar datos hoy es enorme y, sin mayores complicaciones, puede complicar a cualquier contribuyente que busque tributar en otro país sin cambiar su residencia.

“El trámite administrativo es bastante simple operativamente, pero obviamente el fisco tiene amplias facultades para verificar si es real esa mudanza. El que se mude, en Argentina sólo va a tributar por la ganancia que tiene en Argentina y los bienes que tiene en la Argentina. Puede exigir certificado de la residencia permanente, el detalle de las salidas del país, la mudanza de toda la familia, en ese sentido no debería tener ningún problema para detectar simulaciones”, dijo Domínguez.

Y el proceso, advierten, puede tardar un año entero en el que se tributa en ambos países y, de fracasar la renuncia a la residencia fiscal argentina, la doble tributación puede volverse permanente.

Lo que hizo Uruguay es volver mucho más atractivo algo que ya existía, no sólo para argentinos sino también para brasileños y chilenos. Para cualquiera es interesante tener 5 o 10 años de vacación fiscal, pero yo lo sigo recomendando a los mismos que antes. Siempre digo que la planificación patrimonial es secundaria al modo de vida que uno quiere tener”, concluyó Litwak.

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