Con el riesgo país nuevamente en niveles de 2.600 puntos, los bonos se tomaron una pausa luego de la fuerte suba que tuvieron el último mes. Ahora los inversores están bastante más cautos, por dos razones: Martín Guzmán dio señales de no estar dispuesto a mejorar sustancialmente la oferta y el anuncio de expropiación de Vicentín tampoco cayó bien en los mercados.
Sin embargo, hoy podría haber un nuevo giro luego de la noticia de una nueva propuesta por parte de los acreedores más duros. Según reveló ayer la agencia Bloomberg, tanto el grupo Ad Hoc como Exchange Bondholder presentaron nuevas ofertas que se acercan mucho a lo que el Gobierno estaría dispuesto a pagar. Ahora estarían dispuestos a aceptar una quita del 45%, aunque recibiendo como parte de pago un “endulzante” que podría ser un cupón PBI.
La propuesta de Guzmán incluiría un cupón, pero atado a la evolución de las exportaciones agrícolas.
Esta nueva oferta de los acreedores llega justo antes de que el propio ministro de Economía elabore una contrapropuesta oficial, que según él mismo se encargó de aclarar sería la definitiva.
La ofensiva sobre la cerealera, sin embargo, no impacta de manera directa en la negociación con los acreedores, claramente puede influir en el futuro precio de los bonos argentinos. Si el clima se vuelve más negativa para las inversiones, el futuro rendimiento de los títulos se ubicaría en niveles claramente superiores al 10 por ciento. El denominado “exit yield” es un dato clave para la negociación porque permite calcular cuál será el nivel de ganancia para los bonistas que acepten entrar en la transacción. Cuanta más inseguridad haya por delante, más alto será el rendimiento de los bonos y menores sus precios futuros.
Guzmán está dispuesto a mejorar su última propuesta, en la que ofreció informalmente UDS 47 y los grandes bonistas presentaron una nueva oferta para bajarla a menos de 55 dólares. De esta forma, es inminente la posibilidad de un cierre de la transacción en los próximos días
Es difícil medir el impacto del “episodio Vicentín” en el valor de los bonos y el riesgo país, que ayer subió cerca de 2%. Sucede que la última semana fue extremadamente volátil para los mercados internacionales y los activos locales fluctuaron muy influidos por el ánimo cambiante de los inversores.
El viernes el Gobierno anunció una nueva prórroga hasta el 19 de junio para el cierre de la oferta de canje, pero en el medio debe dar a conocer una nueva oferta y que los bonistas definan si la aceptan o no. Todo indica que una vez cumplido ese paso habrá un plazo adicional para elegir, ya que la oferta “enmendada” debe durar como mínimo diez días. Mientras tanto rige un acuerdo de confidencialidad en las negociaciones, pero que implica básicamente que los bonistas se comprometen a no arrancar causas judiciales en contra de la Argentina ante los tribunales de Nueva York, pese a que el país cayó formalmente en default el 22 de mayo.
Martín Guzmán dio señales de no estar dispuesto a mejorar sustancialmente la oferta y el anuncio de expropiación de Vicentín tampoco cayó bien en los mercados
En caso de que haya un principio de acuerdo en los próximos días, la principal variable a monitorear será el grado de aceptación de la nueva oferta. En los bonos emitidos después de 2016, durante el gobierno de Mauricio Macri, con un 66% que ingrese en el canje alcanza para arrastrar al resto de los bonistas.
En el caso de los bonos provenientes del canje 2005 la situación es más compleja, porque hace falta una mayoría especial del 85% para que entre el resto y evitar que haya “holdouts”, es decir grupo de acreedores que se queda afuera para litigar.
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