“Desgraciadamente hay una mala señal”. Sin pelos en la lengua y con la lucidez que lo caracteriza, el ex presidente de Uruguay Julio María Sanguinetti analizó la decisión del gobierno argentino de intervenir y expropiar Vicentin, una de las principales compañías del sector agroexportador.
“Hoy tenemos este enorme signo de interrogación que anhelamos, deseamos fervorosamente que pudiera despejarse. Ojala que esta empresa santafesina, en esta zona agrícola tan querida para nosotros, pueda salir a flote, pero desgraciadamente hay una mala señal”, remarcó en diálogo con el periodista Carlos Pagni en el programa Odisea Argentina, que se emite por la señal LN+.
Sanguinetti hizo hincapié en la repercusión internacional que provocó este avance del Estado sobre la propiedad privada. “No es buena”, dijo. Y le recomendó a la administración del presidente Alberto Fernández que vuelva “a la normalidad” y no convoque de nuevo “a los fantasmas”.
Esos fantasmas a los que aludió el mandatario están asociados a los peores años de las dos gestiones de Cristina Kirchner que los uruguayos vivieron en carne propia con relaciones bilaterales muy complejas en el plano comercial y en el plano político, con el conflicto desatado en torno al Río Uruguay por la instalación de dos plantas productoras de celulosa. Con la puesta en funcionamiento de un tercer emprendimiento, ese sector se convirtió en uno los principales motores de la economía uruguaya.
“Yo tenía la razonable esperanza de que la Argentina no cayera en lo peor de aquellos gobiernos kirchnristas que, para los uruguayos, fueron realmente negativos porque ‘entrancaron’ el comercio, agredieron la actividad portuaria y fue una situación realmente muy penosa, muy compleja", recordó.
Para el ex jefe de Estado integrante del Partido Colorado, los gobiernos de Cristina Kirchner representaron “un tiempo muy triste” para las relaciones entre Buenos Aires y Montevideo, pero remarcó que con la llegada de Alberto Fernández se generó cierta “esperanza”, ya que se trata de alguien que “fue crítico en aquel momento” de la administración de la ahora vicepresidenta y “de los excesos que se habían cometido”.
Desde el punto de vista político, calificó a Alberto Fernández como un hombre informado, con capacidad jurídica, pero que “evidentemente está envuelto en una situación política de la cual no tiene su contralor total o mayoritario”. “Responde a un poder en una estructura política del cual la señora Kirchner es importante y ambos representan una línea muy distinta”, puntualizó.
Las principales frases de Sanguinetti
“Todos tuvimos esa razonable esperanza de que no recayéramos en lo peor de los gobiernos Kirchner que para nosotros, Uruguay, fueron muy negativos porque trancaron el comercio, agredieron la actividad portuaria. Fue una situación realmente muy penosa, muy compleja".
“Recordemos lo que pasó con las fábricas de celulosa. Fue un momento muy triste de las relaciones entre la Argentina y Uruguay a nivel de gobiernos, no a nivel de la gente porque las sociedades nunca se enemistaron ni aún en los peores momentos”.
“Uno veía (por Alberto Fernández) un presidente que fue crítico en su momento de la propia presidenta (por CFK), de muchos excesos que se habían cometido y todos abrevamos alguna esperanza que en algunos aspectos uno todavía mantiene. Uno ve en el doctor Fernández un hombre bien informado, con capacidad jurídica, pero evidentemente envuelto en una situación política de la cual, es un hecho objetivo, no tiene su contralor total ni quizás mayoritario”.
“Es evidente que Alberto Fernández responde a un poder en la estructura política en el que la señora Kirchner es evidentemente importante y desde ya representa una línea política muy distinta a la que expresa el doctor Fernández y a la que expresamos nosotros. Yo diría que es aun distinta a la que en su tiempo representó el Frente Amplio porque, entendámonos, los grandes conflictos del kirchnerismo con Uruguay fueron bajo el gobierno de Mujica".
“Mujica pensaba que los temas se resolvían con una conversación amistosa, de camaradería más o menos populista, y lejos de resolverse los problemas se agravaban”.
“Hoy tenemos un enorme signo de interrogación que anhelamos, deseamos fervientemente, pueda despejarse”.
“Esta nota de esta empresa santafesina, en esta zona agrícola tan querida para nosotros, ojalá pueda salir a flote... Desgraciadamente hay una mala señal”.
“Uruguay no está haciendo una política para atraer argentinos, Uruguay tiene una política general con la cual trata, desde una economía muy pequeña que no es por sí misma atractiva, atraer inversores”.
“La celulosa es hoy nuestro segundo producto de exportación y en pocos años va a ser el primero. La forestación es el principal complejo industrial del Uruguay y es una política que se inició en nuestra Presidencia y felizmente se transformó luego en política de Estado y nadie lo ha cambiado. Esa es una gran lección: lo bueno que se ha logrado es por la continuidad”.
“Espero que volvamos a la normalidad y no convoquemos de nuevo a los viejos fantasmas”.
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