En contexto de cuarentena y caída de la actividad los comercios barriales sufrieron con dureza la caída de la facturación. Es por eso que distintos distritos recurrieron a medidas para garantizarles una cuota de mercado en medio de la pandemia: prohibieron o analizan prohibir que los supermercados vendan ropa y otros productos no esenciales. Ahora, la ministra de Gobierno de la provincia de Buenos Aires, Teresa García, salió a respaldar esas iniciativas.
“Con el tema de los hipermercados que venden textiles y otros rubros habría que generar una modalidad en la que no se presente competencia”, dijo la ministra en declaraciones a Radio Metro.
“Jorge Macri (intendente de Vicente López) tiene razón con que los supermercados venden productos que al comercio barrial se le hace difícil”, agregó.
Con el tema de los hipermercados que venden textiles y otros rubros habría que generar una modalidad en la que no se presente competencia
Las declaraciones de la colaboradora de Axel Kicillof se dan en medio de medidas de distintos distritos que tratan de conservar porciones de mercado para los pequeños comercios, en un intento por protegerlos ante la caída del consumo y la actividad que generaron las medidas de aislamiento social preventivo y obligatorio vigentes desde el 20 de marzo.
En las últimas semanas los municipios de Vicente López y Morón implementaron medidas para impedir que las grandes superficies comerciales continúen con la venta de artículos que los mismos comercios pyme no pueden ofrecer por pautas de aislamiento social. Normas parecidas se implementaron en distintos distritos en Córdoba, La Rioja y Santa Fe.
Pero si bien hasta ahora fueron medidas aisladas de municipios, en el Gobierno de la provincia de Buenos Aires admiten que analizan la cuestión. “Es un tema que está en agenda y se está trabajando en eso”, dijeron desde el ministerio de Producción, que dirige Augusto Costa. Aunque “aún se está evaluando qué es lo mejor".
La iniciativa, impulsada por FECOBA tiene a los intendentes como principales abanderados que buscan mantener con vida a los comercios que generan trabajo y pagan tasas municipales en cada uno de sus distritos. Los comerciantes argumentan ante ellos que el 40% de los establecimientos podría quebrar como resultado de la cuarentena.
Desde el día cero de la cuarentena los supermercados vendían ropa sin ningún tipo de protocolo de seguridad, mientras que nosotros no podíamos trabajar. Y desde el punto de vista comercial, además, mientras los comercios de proximidad pueden atender de lunes a viernes de 11 a 20, los supermercados pueden abrir los siete días (Castillo)
Buscan llegar también a nivel nacional, con contactos con el ministro de producción Matías Kulfas y el jefe de gabinete Santiago Cafiero. Buscan no sólo limitar la venta de indumentaria y calzado en los supermercados, sino además electrónicos,, bazar y otros rubros no esenciales. Y también a la Ciudad de Buenos Aires, donde tienen mañana una reunión prevista con el ministro de Desarrollo Productivo José Luis Giusti.
“Desde el día cero de la cuarentena los supermercados vendían ropa sin ningún tipo de protocolo de seguridad, mientras que nosotros no podíamos trabajar. Y desde el punto de vista comercial, además, mientras los comercios de proximidad pueden atender de lunes a viernes de 11 a 20, los supermercados pueden abrir los siete días de la semana con horario corrido. Entonces nuestro reclamo es de salud y también de equidad comercial”, dijo Fabián Castillo, presidente de FECOBA.
Entre los supermercadistas, mientras tanto, se defienden.
Los supermercados dicen que sus ventas de artículos de ropa y calzado cayeron durante la pandemia porque el consumo viró hacia lo esencial
“Nosotros la participación que tenemos en el mercado de indumentaria es el 1,4% y en el de calzado el 0,3%, según datos de Scentia”, dijo Juan Carlos Vaso Martínez de la Asociación Supermercadistas Unidos (ASU).
“Creo que es un factor mucho más psicológico de responder a presiones políticas de otros sectores. Pese a tener nosotros la posibilidad de vender no ha aumentado, ha disminuido, porque los gastos se han dirigido a subsistencia. La gente sale menos”, dijo Vasco Martínez. “Es generar un problema donde no lo hay. Algunos productos pueden considerarse tan esenciales como otros. Una campera en invierno puede serlo. Cuando los comerciantes se quejan no se quejan de todo lo que se vende por mercado libre”, agregó.
Por lo pronto, las cadenas de supermercados siguen vendiendo esa clase de productos y hasta tienen aprobado un protocolo de atención que impide probar ropa en el lugar, estrablece un procedimiento de desinfección en caso de cambio o devolución y asigna personas del local a hacer respetar medidas de seguridad.
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