El duro pronóstico de Broda: estima que recién a fines de 2026 la Argentina podría recuperar el PBI de principios de 2018

En su último informe mensual, el consultor comparó la actual crisis con las de 1998-2002 y 2008-2009 y concluyó que esta vez la recuperación será mucho más difícil y lenta, por las condiciones previas y de salida

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El consultor Miguel Ángel Broda
El consultor Miguel Ángel Broda pronosticó que al país le llevará al menos 8 años volver al nivel de actividad previo al actual ciclo recesivo

Después de la pandemia y las cuarentenas, cuyo final aún no se avizora, y de la negociación de la deuda, cuyo resultado se desconoce, a la economía argentina le llevará muchísimo tiempo recuperarse, dijo el economista Miguel Ángel Broda.

En su último informe mensual y tras analizar y comparar características previas, duración, intensidad y escenarios de salida de las recesiones de 1998-2002 y 2008-2009 con la actual, el consultor concluyó que la salida, tras el “rebote técnico” inicial por la reapertura de ciertos sectores, “será trabajosa y modesta: recién en unos 26 trimestres se lograría recomponer el nivel de actividad del primer trimestre de 2018, previo al sudden stop (freno abrupto) del segundo trimestre de 2018. Ello cuando después de la crisis de 1998-2002 volver al pico de actividad previo a la recesión tomó 12 trimestres y después de la crisis de 2008-2009, tomó 4 trimestres”.

Ahora se necesitarán 26 trimestres para volver a los registros del PBI del primer cuarto de 2018, más del doble que en la crisis precedente

Sucede, explicó Broda en su último informe mensual, que la situación previa “difiere mucho” de las que precedieron a otras recesiones, incluida la de 1989-1990, en la que el PBI tuvo una caída del 16,1%, porque fueron más breves.

En la de 1998-2002 la economía venía de un período de más de ocho años en que se había expandido a un promedio anual de 6,3%, la inversión había crecido 205%, aumentando en 9,8 puntos, alcanzando el 21,4% del PBI, y hasta al año previo al inicio de la recesión el empleo formal en el sector privado lo había hecho al 7,8% anual.

En la recesión 2008-2009, a su vez, el PBI llevaba llevaba 6 años y medio de crecimiento, a un ritmo anual de 7,6%, la inversión venía creciendo al 20,5% anual y en los cuatro trimestres previos al inicio de la recesión se habían creado empleos privados formales a un ritmo del 5,9% por año.

Ilustración sobre las grandes recesiones
Ilustración sobre las grandes recesiones previas y la actual

Las condiciones ahora son muy distintas, resaltó Broda. En los 25 trimestres (6 años y 3 meses) previos al frenazo de principios de 2018 la economía creció un magro 3,1% (0,5% anual), en los dos años previos al inicio de la pandemia de coronavirus la inversión registró una caída acumulada de 30,2%, retrocediendo en 5,5 puntos del PBI, a un nivel insuficiente para reemplazar el desgaste del capital, y en el año y medio previo a la pandemia se perdieron 4,1% de los puestos de trabajo formales en el sector privado. Bien lejos de ser una plataforma de “despegue”.

Argentina negoció mal la deuda: de manera agresiva, unilateral y demorando los tiempos. El daño ya está hecho y afectará la tasa de crecimiento de mediano plazo del país (Miguel Ángel Broda)

Broda resaltó varios factores a tener en cuenta al evaluar las posibilidades de “salida post-recesión”, como la pérdida de stock de capital y de empleo y la poca capacidad del gobierno para impulsar una política macroeconómica expansiva. “Sin acceso al crédito externo, en medio de la reestructuración de su deuda, la única fuente de financiamiento del Gobierno es la emisión del BCRA, que permite recaudar poco" para financiar el aumento del déficit. “¡Qué paradójico! –notó el consultor- El gobierno más izquierdista de las democracias latinoamericanas es el que menos política de estímulo puede hacer”.

Esto es así más allá de cómo termine la negociación de la deuda, por la forma en que se llevó a cabo. “Argentina negoció mal: de manera agresiva, unilateral y demorando los tiempos. El daño ya está hecho y afectará la tasa de crecimiento de mediano plazo del país”, dijo el consultor.

Sin margen fiscal ni crédito,
Sin margen fiscal ni crédito, el paquete de ayuda fiscal del gobierno es reducido en comparación al de otros países con "macro" más sólida

También influirán las condiciones externas ya que, explicó Broda, “estamos frente a un shock global atípico, de características únicas, que también puede afectar la salida. La incertidumbre en materia sanitaria es alta y ello constituye un serio problema para pensar cómo puede ser la recuperación: hoy no tenemos certezas sobre la duración del brote, ni tampoco sobre cuándo habrá un tratamiento o una vacuna”.

Por eso, siguió, la crisis “va a dejar cicatrices, que hacen difícil pensar –salvo un breve rebote inicial- en una recuperación en "V". Al respecto, consideró probable que ante la incertidumbre sobre el futuro aumente el ahorro precautorio, las familias restrinjan sus gastos de consumo y la demanda agregada se mantenga débil por algún tiempo”.

Al respecto, un reciente informe de Analytica también descartó una recuperación en “V” señalando que según encuestas e información del BCRA cerca de 80% de las familias tienen algún tipo de deuda (bancaria, con servicios públicos o con el Estado) “por lo que es previsible esperar que el comportamiento de los consumidores pospandemia sea muy frugal y precavido, atento a los riesgos asociados al desempleo y a la pérdida de ingresos reales”.

El consumo no podrá recuperar dinamismo en lo que resta de 2020, lo que dificultará el paso del rebote a la recuperación (Analytica)

El consumo, previó la consultora de Ricardo Delgado y Rodrigo Álvarez, no podrá recuperar dinamismo en lo que resta de 2020, lo que dificultará el paso del “rebote” a la “recuperación”. Esta, señaló, sería tan lenta que la economía probablemente le siga jugando en contra al gobierno en la elección legislativa de fines de 2021.

Sin plan económico

Otro aspecto que, según Broda, limita las posibilidades de recuperación es la incertidumbre macroeconómica. Hoy en día, señaló en su informe, “no hay plan económico ni se sabe si lo habrá apenas se salga de la emergencia: se desconoce cuál será el desenlace de la reestructuración de la deuda y cuál será la política macroeconómica post cuarentena”. Lo cual plantea varias dudas: ¿el salto del déficit fiscal es transitorio o permanente?, ¿La inyección monetaria perdurará en el tiempo o el BCRA retirará una gran cantidad de pesos del mercado monetario?, ¿Se mantendrá la estrategia de atenuar síntomas sin corregir la causa del problema?, ¿Qué pasará con el tipo de cambio?

Broda recordó que la recuperación tras la recesión 1998-2002 fue lenta y heterogénea al inicio pero luego tomó carrera y en tres años se volvió al nivel de actividad previo al inicio de la depresión, amén de que la economía exhibía superávit fiscal, baja inflación y tipo de cambio alto y usufructuaba la inversión que se había realizado en los años noventa.

La recuperación post-recesión 2008-2009 fue en cambio en forma de V, rápida y generalizada: en los tres primeros trimestres tras el piso recesivo la economía creció a un ritmo anualizado del 19,4%, gracias a una extraordinaria cosecha (130% superior a la del ciclo previo, en que había golpeado una sequía) y a la recuperación de la economía mundial y del precio de las materias primas (fue el período que desembocó en la abrumadora victoria electoral de la fórmula Cristina Kirchner-Amado Boudou en 2011).

Diciembre 2011. Amado Boudou y
Diciembre 2011. Amado Boudou y Cristina Kirchner saludan en Plaza de Mayo. Su abrumadora victoria llegó al cabo de la fuerte recuperación post-recesión 2008-2009 (NA)

En cuanto a la crisis actual, Broda precisó: "entre el primer trimestre de 2018 y el ´valle recesivo´ del segundo trimestre 2020 el PBI apunta a una caída del 25,3% en 9 trimestres, a un ritmo anual del 12,2%, lo que constituye “la peor recesión en cuanto a la magnitud de la caída y a la velocidad del deterioro de la economía” (la de 1998-2002 fue de 19,9% en 15 trimestres, y la de 2008-2009, de 10,1% en tres trimestres).

Sin embargo, concluyó el consultor, “mayor caída no implica mayor rebote”. Habrá sí rebote inicial “simplemente porque los sectores que estaban prácticamente paralizados van a volver a producir y a vender”. Pero más allá es todo incertidumbre y aun asumiendo que no estallan los contagios, el déficit fiscal se frena, el BCRA retira parte de la mega-emisión y el Gobierno evita el default, no hay margen para el optimismo.

Los tiempos de salida que estimó Broda son claros al respecto: mientras llevó 4 trimestre recuperar el PBI de pre-crisis tras la recesión 2008-2009 y 12 tras la de 1998-2002, esta vez volver a 2018 llevaría 26 trimestres. Esto es, hasta fines de 2026.

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