Las Bolsas del mundo se derrumbaron ante las malas noticias de Estados Unidos, porque en ciudades en donde el coronavirus estaba en retroceso resurgió con fuerza. Los inversores temen que se retroceda en las fases de apertura, afectando a la actividad económica. Las caídas no fueron menores en Wall Street. El Dow Jones perdió casi 7% y el S&P 500, retrocedió casi 6%. El Nasdaq de las acciones tecnológicas bajó 5,37%.
En la Bolsa argentina, en otro momento, la caída del S&P Merval, el índice de las acciones líderes, de 7,35% con un volumen elevado de $2.701 millones, se hubiera relacionado con ese movimiento. Pero el impacto de la expropiación de Vicentin está marcando a fuego a la economía y tuvo mucho más que ver que el derrumbe de las Bolsas mundiales.
El inversor local sabe que esta medida alejará por años a los inversores. La torpeza jurídica y lo arbitrario de la medida, en medio de una pandemia hace ver que el país no tiene reparos en adoptar las medidas menos convenientes para la economía, en aras de lo más conveniente para la política.
Gastar dinero en una expropiación, cuando está creciendo diariamente el número de infectados por el Covid-19 y hay riesgo de emergencia sanitaria, muestra que más que un despilfarro, la adquisición de una empresa que debe USD 1.300 millones es insensata. Es más del doble de lo que no se pagó por los bonos Globales a fines de mayo que llevaron al país al default.
El otro problema, es que los inversores no se sienten seguros cuando ignoran quien conduce el Gobierno en uno de los momentos más críticos de su historia.
Por eso, el riesgo país subió 3,7% a 2.616 puntos básicos. Los bonos también fueron afectados por la caída de los títulos en el mundo y en el país porque creen que se llegó al techo. Ahora, los bonos valen menos para los argentinos. La economía está herida y lo transmite en el precio de su deuda. Cuando se toman decisiones equivocadas, los indicadores las señalan como si fueran sensores sísmicos. Si los títulos no bajaron más es porque se cree que las negociaciones se cerrarán de manera favorable.
Por caso, entre los bonos de ley argentina, el Bonar 2020 perdió 1,50%, mientras el Bonar 2024, de precio muy atrasado, recuperó 0,87%. Entre los de legislación extranjera, los de más alta ponderación tuvieron bajas de hasta 1,88% como fue el caso del Discount.
El dólar en bancos y casas de cambio subió 14 centavos a $ 72,34 lo que equivale a un dólar solidario de $92,95. El dólar mayorista con menos liquidaciones de lo habitual -se negociaron USD 248 millones- subió 6 centavos a $ 69,32. Las reservas tuvieron una suba de USD 82 millones a 43.123 millones, ayudadas por el alza de 1,52% del oro que cotizó en el post cierre a USD 1.748,90 por onza troy y por compras de alrededor de USD 60 millones en la plaza mayorista.
Los dólares alternativos siguieron en baja. El contado con liquidación cedió $ 1.87 a $112,27 y el dólar bolsa, $ 0,58 a $112,27. La noticias sobre la deuda mantienen aplacados a esta salida cambiaria al igual que al dólar libre que se mantuvo en $ 124.
En la bolsa los papeles más afectados fueron los que más subieron en los días previos. Edenor perdió 11,03%; Banco Supervielle, 10,07% y Banco Macro, 9.03%.
Los ADR’s argentinos -certificados de tenencia de acciones que cotizan en dólares en Wall Street- continúan aplastados por la crisis mundial y el efecto Vicentin. Banco Supervielle cayó 13,07%; Edenor, 11,39% y Ternium, 10,24%.
El mercado está desorientado y se tornó cauteloso. Está recogiendo ganancias y cubriéndose porque el escenario ya no solo es volátil, sino que se le agregó el efecto desconfianza por la creciente influencia del kirchnerismo en el poder. Las palabras “nacionalización” y “estatización” renacieron con tanta fuerza como los piquetes en el centro de la ciudad y en algún acceso en los últimos días. El nuevo récord de contagios agregó su dosis de incertidumbre. El jueves fue la peor jornada de la pandemia y los infectados siguen creciendo en número. Esto también influirá en la Bolsa porque los inversores temen que cese la actividad económica y se vuelva atrás en la flexibilización y, por lo tanto, haga caer más la escasa actividad económica.
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